"Clandestino" de Manu Chao en Conexión Kingston
Este domingo 18 de mayo a la 1 p.m Conexión Kingston recuerda este álbum del músico franco-español lanzado en 1988, el primero que publicó como solista después del fin de Mano Negra.
La música y el estilo de Manu Chao, desde los tiempos de Mano Negra, Señor Matanza y Mala vida, fueron en parte la inspiración de una generación diversa de músicos y artistas latinoamericanos que encontraron en su aire punk, gitano y sin etiquetas, una figura libre y sonora que traducía sus propios deseos de expresión.
Desde Todos tus muertos, La Maldita Vecindad y Café Tacuba en México, pasando por La Severa Matacera y Skampida en Colombia, Los Fabulosos Cadillacs y Bersuit Bergarabat en Argentina, y Ozomatli en Los Ángeles, los sonidos globales de origen franco-español de Mano Negra, fundados en 1988, fueron asimilados en Latinoamerica y recibieron a su vez influencias nacidas en el continente.
Colombia, sobre todo, ocupó un lugar muy especial en la historia de Mano Negra y la vida personal de Manu Chao. Además de haber filmado el vídeo de Señor Matanza en Bogotá, empresas románticas anteriores como la gira de 1992 Tren de Hielo y Fuego por Colombia, lo acercaron a la realidad social y musical del país de manera ingeniosa.
Como parte de la Gira Cargo "mata disquera" que había comenzado meses atrás en Barcelona, Tren de Hielo y Fuego por Colombia fue un viaje alucinante, colorido y lleno de tropiezos, que atravesó el país en tren; una aventura que hasta ese momento solo podía habérsele ocurrido a Jose Arcadio Buendía.
De Aracataca a Clandestino
El Tren de Hielo y Fuego por Colombia pasó por Aracataca, junto al grupo de teatro Royal De Luxe, llevando hielo y dragones que escupían fuego como los gitanos de Melquiades en Cien años de soledad.
Ramón Chau, padre de Manu, los acompañó en el periplo. Escribiría después el libro Mano Negra en Colombia: un tren de hielo y fuego, una crónica que el escritor inglés Michael Jacobs describió como "el homenaje más loco que se le ha dado a García Márquez".
Al terminar esa locura irrepetible, llegó la desintegración parcial de Mano Negra, luego de la partida en Aracataca de Santiago, Garbancito, Jean Marc y Kropol.
"La idea de Manu fue la de comandar y reconstruir un viejo tren de pasajeros, llenarlo de 100 músicos, acróbatas y artistas, y llevarlos desde Bogotá a Aracatacá. (...) Esta empresa peligrosa, idealista, destinada inevitablemente al fracaso, es contada de manera atrapante y cómica", escribió también Jacobs.
Manu volvería a París diezmado, aunque grabaría allí el que muchos alaban como el mejor disco de Mano Negra, y que está celebrando sus primeros 20 años: Casa Babylon (1994).
A pesar del éxito del álbum, el final de Mano Negra estaba cerca. En 1995, luego de girar como Radio Bemba con los que quedaban, la historia de Manu tomaría otros rumbos con el cierre del capítulo final de su antigua banda.
Este daría paso a su carrera solista con el lanzamiento de Clandestino (1998), su primer álbum solista, del que recordamos canciones como Desaparecido, Bongo Bong y Je Ne T'Aime Plus.
Ahora, en Conexión Kingston con Simona Sánchez, escucharemos este importante trabajo para Manu Chao y los sonidos iberoamericanos y del mundo, con el especial Clandestino el próximo domingo 18 de mayo a la 1 p.m.
A propósito de este especial, compartimos un artículo sobre Manu Chao escrito por Catalina del Castillo, artista escénica colombiana y directora de Trópico Destino, un montaje inspirado en el espectáculo que el músico montó después del viaje a Aracataca: La feria de las mentiras.