'Tres anuncios por un crimen': historia, actuaciones, drama, sarcasmo, el cine...
La cinta escrita, producida y dirigida por Martin McDonagh merece, por mucho, llevarse el Oscar a Mejor Película y esta es una opinión netamente personal. Les voy a explicar por qué...
'Three Billboards Outside Ebbing, Missouri' o 'Tres anuncios por un crimen' (2017), es una película que lo tiene todo. Un director que si bien tiene una corta carrera en el universo cinematográfico, obtuvo de las tablas, del teatro, todo lo necesario para sentir los dramas como propios y reflejarlos en la gran pantalla. Una historia que atrapa desde el minuto 1 y que se puede contar desde diferentes perspectivas. Unas actuaciones que más que un premio, merecen ser el nombre de una materia en una digna academia de actuación. Diálogos reales, la dosis perfecta de humor negro y, el postre, un final perfecto.
Martin McDonagh pensó cada letra, cada signo de exclamación, cada paso de cada actor, cada mirada, cada segundo, cada cosa como una acción o reacción al profundo drama que vive su protagonista, Mildred Hayes, interpretada por la señora actriz Frances McDormand, nominada a Mejor Actriz en los Premios Oscar 2018 y ganadora en la misma categoría a todos los galardones de cine que se han entregado en la última temporada.
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Una madre desesperada que perdió a su hija menor en un caso aún no resuelto pues el culpable no tiene cara ni nombre. Y una decisión para expresar su repudio y dolor por el impune caso que marca el curso de toda la historia. Frente a la trama solo diré eso pues lo único que me interesa con esta reseña, es exponer lo que me produjo y la virtuosidad con la que se hizo. Vayan a verla.
Desde el inicio de la cinta, McDonagh nos pone todas sus cartas sobre la mesa para que nosotros, los espectadores, escojamos la que queramos y apostemos por ella. No hay buenos buenos, ni malos malos, todos los personajes están envueltos en una serie de casos desafortunados que revelan sus más profundos demonios, pero que al mismo tiempo expelen su más grande nobleza, siempre con una premisa, la verdad, y no la verdad del caso impune, sino la verdad de cada quien.
Por lo general uno siempre, en toda película, se encariña o sigue más detalladamente a un personaje. En 'Tres anuncios por un crimen', es muy probable que pase esto pero con todos (o la mayoría) y lo mejor, en cada uno de ellos podría estar reflejada alguna situación de nuestra realidad y de nuestro ser (claro, con una alta dosis de humor negro).
Sam Rockwell es Jason Dixon, un policía, y él, junto con todo lo que hace, es el verdadero centro de la historia (cuando la vean lo afirmarán o lo negarán). Él junto a Mildred Hayes (McDormand) logran crear, a medida que avanza la película, un nudo de sentimientos, emociones y pensamientos en los espectadores que ellos mismos desatan, como si nos metieran la mano en el pecho y nos extirparan todo lo que adentro hay, para limpiarlo y para sanarlo (si es que roto está).
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De eso se trata el drama. De sufrir, de llorar, pero también de reír, de sanar. Todo pasa en un 'tranquilo' pueblo en los Estados Unidos, en un lugar en tan parco como caótico, tan sereno como estremecedor, tan tranquilo como ensordecedor. Es ese pasivo lugar en todo lo malo podría pasar, es decir, es el territorio perfecto para desarrollar la historia ficticia que parece haber salido de la realidad.
La música, como siempre en la buenas cintas, es determinante a la hora de conectar momentos, y canciones como Mildred Goes to War, Billboards on Fire o la versión de Last Rose of Summer de Renée Fleming, logran que empuñemos las manos y nos reacomodemos en la silla de la sala mientras observamos los inesperados giros de la historia o nos damos cuenta de la ejecución perfecta del sarcasmo, presentes a lo largo de toda la narración.
Hay momentos literarios, chistosos, crudos, reales. Hay momentos en 'Tres anuncios por un crimen' en donde pareciese que todos fuéramos parte de la historia, del lugar. Hay momentos para reír y hay momentos para pasar saliva. Hay momentos en donde la trama parece irse al piso pero, de repente, todo vuelve a coger vuelo. Hay momentos en donde unos se pierde y se vuelve a encontrar. Pero el momento más importante del largometraje (y repito, a manera muy personal), es el final. Y es un micromomento, un microdiálogo que concluye todo como debe ser, con un simple gesto.
'Three Billboards Outside Ebbing, Missouri' o 'Tres anuncios por un crimen' es pues la merecedora a todos (o la mayoría) de los 7 premios a los que está nominada. Por todo lo anterior y porque logra lo que pocas películas logran, meternos en el cuento y hacernos sufrir.
Si fuera sobre 5, le doy 5 estrellas, aplauso extendido y las gracias, porque más allá de una calificación, en su simpleza entendí un poco más a la difícil humanidad que nos toca. Vayan, no duden en verla.