Entre fuego y agua: un documental sobre las raíces del corazón
Camilo Andrés Jojoa Coral, creció con el frío viento que recorre las montañas del Nudo de los Pastos, un complejo geográfico al sur del país, más exactamente en El Encano, Nariño. Un territorio con una historia precolombina de aguerridas comunidades indígenas.
Llegó a este lugar con tan solo tres meses de vida, desde entonces, fue arraigando en su corazón los valores culturales y espirituales de la comunidad Quillasinga de la laguna de La Cocha, pueblo indígena al que pertenece. Entendiendo la cosmovisión ancestral de su familia y haciéndola parte de su caminar, aunque siempre con pensamientos que le hacían sentir que no encajaba del todo ahí.
Si bien Camilo es un joven indígena, su fenotipo afro hace dudar a cualquiera sobre su ascendencia: es alto, de cabellos ensortijados, labios gruesos y piel morena. Esa misma duda, se instaló en él durante su infancia, así lo señala: “Yo empecé a averiguar eso desde los 10 años, porque la gente aquí era muy racista conmigo, en el colegio me trataban de lo peor. Al final no me gustó eso y me retiré, seguí avanzando, siempre preguntándole a mis papas porque yo era de este color y ellos no. A los 15 años me fueron comentando que yo era hijo adoptivo, que me adoptaron el Bienestar Familiar en Pasto. En ese momento les dije que yo quería averiguar sobre mis orígenes”.
En la foto: Camilo en compañía de sus padres, hermanos y mascotas.
La duda fue el primer impulso que lo llevó a transitar por un camino en el cual, las tomas de yagé, poderoso guía espiritual, fueron determinantes para marcarle una ruta en su búsqueda. En una de estas tomas, en su visión -o pinta- se encontró por primera vez con su madre biológica, una mujer afro, muy parecida a él.
Un día, su historia llegó a inquietar la mente de un equipo de productores audiovisuales, quienes decidieron relatar esta búsqueda por medio de un largometraje documental que evocara los elementos que componen el espíritu de Camilo: Entre Fuego y Agua.
La película dirigida por Viviana Gómez Echeverry y Anton Wenzel, bajo la producción de Sonia Barrera Gutiérrez, es una coproducción de Viso Producciones con RTVC a través de su canal Señal Colombia, en asociación con Resguardo Indígena Quillasinga Refugio del Sol y Chicken & Egg Pictures.
El apoyo por parte de RTVC fue determinante para la culminación del largometraje gracias a un premio recibido por parte de Señal Colombia, así lo menciona su productora: “el premio consistía en entrar directo al mercado de coproducción, hicimos el proceso con ellos y nos dimos cuenta que esta historia los tocaba mucho. La coproducción llegó en el momento preciso cuando terminábamos el rodaje, gracias a ella logramos finalizar, y luego, con un premio del FICCI, logramos terminarla”.
Este film, gestado antes de la pandemia, habla desde el amor, pero también desde el conflicto que genera el “no saber quién soy, de dónde vengo y para dónde voy”. Siendo un documental que invita al público a ser testigos de los diálogos internos que vive el joven con respecto a una identidad dividida en la búsqueda de las raíces del corazón.
A propósito de lo anterior, su directora menciona que: “esta historia es muy bonita porque pone a conversar dos pueblos que existen en el país, de una manera muy amorosa, tejiendo puentes y entendiendo la diversidad. Eso le funciona mucho al país, reconocernos en nuestra diversidad y en todas las culturas que tenemos”.
“Lo que yo conocí aquí, el ser colombiano y latino se ve mucho en esta película, porque cuenta mucho sobre la identidad. De las diferentes etnias. De encontrar la identidad de una comunidad, de un país y de un continente”, complementa el codirector de nacionalidad alemana.
El largometraje contó con un lanzamiento internacional como parte de la Selección Oficial en el IDFA 2020, sección Luminous. Siendo un gran inicio para, de ahí en adelante, participar en certámenes que celebran el séptimo arte en diferentes continentes.
De esta manera, más de 20 festivales cinematográficos en todo el mundo, como Katmandú, HotDocs, DocMontevideo, CinéLatino o Ámsterdam, han exhibido el documental que narra la incansable búsqueda por respuestas que acerquen a un joven a su linaje familiar.
En la actualidad, esta película que ha recorrido países como Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Jerusalén, Italia, Rusia y varias naciones latinoamericanas, ha logrado varios premios dentro de diferentes categorías en festivales que destacan la labor audiovisual, triunfando en el exterior.
Pero el público más importante siempre será el de casa, el de Colombia. Con esta prioridad, el pasado 26 de marzo presentaron el documental en la Casa Cabildo de la comunidad Quillasinga, contando con la asistencia de niños, jóvenes y adultos de la comunidad, quienes emocionados se vieron representados en una producción que destaca sus usos y costumbres, el trabajo en el campo y su visión sobre el entorno que habitan y resguardan.
A nivel nacional, la película se encuentra en diversas salas de cine de Bogotá, Medellín y Cali desde 31 de marzo y estará en cartelera hasta el 9 de abril, toda la información la encuentran aquí.
Posteriormente, esta producción llegará a la pantalla del canal público Señal Colombia, lo que les dará la oportunidad a más colombianos de conocer la historia de Camilo, un joven, indudablemente, afroandino.