"Con Litigante estoy más cerca a lo que yo soy": entrevista a Franco Lolli
“Podría suceder en Tokio, París, Bogotá o en Sri Lanka”. Como lo dice Vladimir Durán, director y actor (Abel en Litigante), la historia de la nueva película del colombiano Franco Lolli es universal.
Si bien los temas que Lolli ha explorado desde su primer cortometraje (Como todo el mundo-2007) rondan el universo familiar, en Litigante el director ha invertido los papeles con relación a su primer largo, Gente de bien (2014), en donde recreó la relación padre e hijo con madre ausente, tríada que en su nueva película se volca al universo femenino con una complicada relación entre madre e hija, de padre ausente.
“Yo siento que Litigante, con mis cortos, son lo más interesante que yo he hecho. Mi primer largo tiene cosas muy buenas pero yo me siento un poco más lejano, y con Litigante siento que estoy más cerca a lo que yo soy realmente.”
En esta película el universo femenino es explorado con muchos aciertos, los personajes principales tienen una carga emotiva de tal profundidad que terminan por afectar al espectador y recrear de manera certera la compleja figura de la mujer en un hogar no convencional, con problemas muy convencionales: madre soltera que busca equilibrar sus tiempos entre la oficina y el cuidado de su hijo, y una madre con cáncer a la cual cuidar.
Para Lolli fue motivo de múltiples cuestionamientos la lectura que, él, pudiera hacer de la figura de la mujer, le temía a esa distancia que pudiera existir entre el creador hombre y sus personajes femeninos, “me dio miedo representar mal a la mujer”; pero lo afortunado del resultado, según él, obedece a su manera de trabajar: “al acercarme a actrices muy interesantes y darles una voz durante la creación de la película me protejo muchísimo de que salgan mal las cosas”.
Aquí se revela uno de los aspectos más destacados de la obra del director colombiano: la dirección de actores, que comienza con un riguroso y efectivo trabajo de casting: “Uno no puede dirigir bien a un actor que tuvo un mal casting, eso no existe”.
Para Litigante el proceso de casting duró 9 meses, hasta no tener la certeza de que cada actor tuviera las capacidades máximas de interpretar el papel construido no se dio continuidad al proceso, y el resultado final también obedece al método de Lolli, quien trabaja a partir de improvisaciones con total claridad de las escenas que busca alcanzar entre ensayo y ensayo con actrices y actores: “Ellas ensayan y van encontrando la escena conmigo, yo voy escogiendo lo que me gusta de esa escena y lo volvemos a ensayar a partir de las pautas que se van dando y al final se nos da la escena, una que se va construyendo orgánicamente a partir de lo que yo tengo escrito y de lo que ellas van encontrando. Y eso hace que la actuación sea más espontánea.”
La película protagonizada por Carolina Sanín, Leticia Gómez y Alejandra Sarria, también cuenta con Vladimir Durán (Adiós entusiasmo-2017), a quien el método de Lolli le parece mejor: “Creo que el actor no necesita tener la información de un todo, porque en la vida real no pasa así. La información que Franco nos daba era más concreta, más precisa y menos de información sicológica. Por eso, entre otras muchas cosas, hay tanta verdad en su película”.
Si bien Litigante fue un proyecto cinematográfico que desde su inicio contó con “buena suerte”, y en festivales y en salas ha tenido buena acogida, su realización fue, según recuerda Lolli, caótica. La primera versión del guión ganó el estímulo del Fondo de desarrollo cinematográfico y eso aseguró -en parte- su realización, pero cuando llegó el momento, “todo fue un mierdero”, el primer día de rodaje se cayó la locación y se corrió contra el tiempo durante 40 días, lo que le imprimió -sumado a otros aspectos- mucha emotividad al rodaje, que estuvo cargado de conflictos y emociones.
La entrevista completa con Franco Lolli a continuación: