'Anhell69', la cinta colombiana queer, distópica y multipremiada llega a salas
Por: Sergio Villamizar | Colprensa
En total, Anhell69 se ha presentado en más de 60 festivales donde ha cosechado 24 premios, una cifra bastante importante para una obra tan profunda como imaginativa, con la que su creador, Theo Montoya, ha sido es considerado uno de los cineastas más prometedores de su generación.
“Con esta película, quiero reconstruir una parte de mi vida y honrar a mis amigos, tanto los que han fallecido como los que aún viven, y así elaborar el testimonio de una generación aniquilada. Anhell69 es el diario de una primera película que no se pudo realizar, el proceso de creación de un director y un homenaje al cine”, comentó el director.
Una reflexión profunda sobre su nación y, en particular, el desencanto que experimenta una generación de jóvenes acostumbrados a la violencia y la muerte. En consecuencia, el propio director la describe como una película trans, que trasciende cualquier categoría o etiqueta en términos de género.
Según el director, “Hablar de mi vida es hablar de la religión, la guerra, el cine, pero sobre todo es hablar de los demás; aquellos que he conocido, que han dejado huella en mi vida, que me han influenciado, que me han hecho avanzar, todos aquellos que fueron y son importantes para mí. Una generación marcada por el suicidio, las drogas y la opresión de una sociedad conservadora y violenta. Una generación que debe enfrentarse constantemente a la realidad cruda y cruel de una vida sin oportunidades, donde la muerte está presente en todas partes y todo el tiempo”.
Un viaje emocional a través de su mezcla única de fantasía y realidad, tejida a través de metraje de casting y escenas de clubes nocturnos que se vuelven fantasmales. Sin embargo, la tragedia golpea cuando se revela que Najar falleció debido a una sobredosis de heroína poco después del casting. Esta pérdida inesperada marca un cambio significativo en la película, pasando de una fantasía distópica a una realidad vivida. Montoya aprovecha esta transición para explorar la intersección entre el amor y la muerte, creando una metáfora poderosa.
“Es una película que dialoga con fantasmas, en el contexto de una ciudad que parece un cementerio. Tengo mis propios fantasmas, y cada persona de esta generación también tiene los suyos. Quiero retratar esta generación en la que yo, Theo Montoya, habló íntimamente con mis amigos, muertos y vivos, sobre temas como miedos, drogas, sueños, futuro, amor, deseos y sexualidad. Es un retrato de un universo juvenil que también ha sido moldeado por las redes sociales, que navega entre la virtualidad y la realidad, que se siente en armonía con la noche, la música, la libertad, la belleza y el placer”, continuó.
Todo esto en la escena Queer de Medellín, los espectrofílicos llenan los callejones y rincones oscuros de la ciudad con sexo, drogas y vicios desenfrenados. No hay un más allá cuando los espectros corrompen a los jóvenes sin esperanza.
“Al igual que esta generación queer, creo que el cine puede transgredir las formas establecidas de crear, interactuar con otras expresiones artísticas, escapar de sus propias jaulas utilizando cada vez más las sensaciones en lugar de las lógicas clásicas de la narración lineal. Anhell69 es una película documental híbrida. En un momento en que se cuestionan las etiquetas de género y sexo, quiero participar en la forma en que el cine también puede ser repensado y renovado. Quiero apostar por las mezclas y la experimentación. Creo que estamos entrando definitivamente en una era de transformación, una era Trans, donde los estereotipos hegemónicos vacilan”, aseguró.
Asegura que con Anhell69 quiere crear una conexión entre el pasado y el presente, tanto cultural como político y artístico, siendo además, un homenaje a muchos autores que le han inspirado, como Apichatpong Weerasethakul, Federico Fellini, Abbas Kiarostami, Ingmar Bergman y Chris Marker, entre otros.
“También quiero rendir homenaje directamente a cineastas de mi país, Víctor Gaviria, Carlos Mayolo y Luis Ospina, que todos destacaron una cierta contracultura. Singularmente, el ‘Gotico tropical’ de Mayolo y Ospina - el vampirismo de las tierras cálidas - sigue resonando hoy; aquellos que viven fuera de las normas todavía son percibidos como monstruos por la sociedad colombiana, que sigue siendo conservadora y puritana”.
Y finalizó. “También las obras de dos escritores de mi ciudad, Gonzalo Arango y Fernando Vallejo, que han explorado los vínculos entre el catolicismo, el sexo y la muerte, también impregnan el universo de mi película”.
Vea aquí el tráiler de la película: