[Bogotá 40] De Argentina a Bogotá con malabares
Esta vez quien protagoniza esta entrega de Bogotá 40 es Nicolás, un malabarista argentino que llegó a las calles bogotanas.
Texto por: Richard Hernández
Nicolás es un malabarista argentino que llegó hace un año a la capital colombiana. En Bogotá encontró el respeto del público por su arte: “sinceramente en Colombia es la única parte donde a mí no me gritan cosas en las calles, porque en otros países le dicen a uno, andar a trabajar, agarra la pala. En cambio acá lo tratan a uno de señor malabarista, lo apoyan bastante, lo ven a uno como una persona que está luchando por lo suyo y no como un vago que está ahí no más jugando, por eso me siento cómodo”.
Nicolás comienza su rutina a las nueve de la mañana y escoge una de las principales calle de Chapinero, en donde saca una sombrilla, un balón y unas clavas (pinos de madera más livianos que los utilizados en los bolos); que maneja con destreza, y ante la mirada asombrada de algunos conductores que esperan a que el semáforo cambie al verde, él les pregunta qué opinan de los malabares que vieron, a lo que algunos responden: “es arte y una forma de ganarse la vida”.
Este malabarista quien ya tiene una hija colombiana, aprendió este arte con sus compañeros de barrio y salió hace cinco años de su tierra recorriendo países como Chile, Perú, y Ecuador, entre otras naciones.
Por eso, Nicolás tiene grandes satisfacciones, pues este arte le ha permitido viajar, conocer gente, tener momentos agradables y no estar apegado a una ciudad, a un trabajo estable, sino a tener la libertad de moverse libremente, por eso dice: “los malabares le abren mucho la mente a uno”.