Reflexiones que deja el Premio Artista Joven en su edición 2021
Un grupo de gallinazos se comen la cabeza de una res en medio del bosque. Los ojos del animal, entrecerrados, parecieran mirar con cierto desdén hacia un lado, esperando con indiferencia, casi que con impaciencia, que las aves hagan lo suyo con el inerte trozo de cuerpo. El bosque permanece impávido frente a este ciclo de vida y muerte.
El video, filmado en el departamento del Cauca, dialoga con un texto sobre el proceso de paz escrito por un profesor de ciencias sociales ajeno, al menos de manera directa, a la situación que ha golpeado a este departamento. Sus letras son a la vez traducidas y reinterpretadas al nasa yuwe por una indígena local, quien sí ha vivido de primera mano lo ocurrido en el territorio y que fue firmante del acuerdo con las FARC. Las palabras de ella son plasmadas sobre papel de hoja de coca.
Con esta obra, titulada “Fragilidad”, que hace parte del proyecto Tierra de gallinazos, Estefanía García Pineda se convirtió en una de las finalistas del Premio Arte Joven 2021, el cual anunció a sus ganadores ayer jueves 24 de 20201. Son varios los elementos que pone sobre la mesa la artista nacida en Montelíbano, Córdoba, quien vivió en carne propia el desplazamiento debido al conflicto y la contaminación por níquel en la mina de Cerro Matoso. Hoy radicada en el Cauca, después vivir en el eje cafetero y graduarse como maestra en Artes Plásticas de la Universidad de Caldas, la conciencia del territorio sigue definiendo su obra.
El gallinazo como animal de superstición y muerte o como ave que limpia la naturaleza y da apertura a nuevos ciclos; el territorio como lugar de disputa, los grupos armados, la fragilidad, la paz en un territorio que ha sido testigo de varios acuerdos y la visión desde el centro y desde la periferia de lo que ha sido el conflicto; el reclamo de un gobierno propio en lugares donde el Estado parece no entender las necesidades o donde pone por encima sus propios intereses -junto con su cuota de violencia-; La subsistencia... Todos estos elementos tratados en la obra de García Pineda, son un ejemplo del trabajo que vienen desarrollando los jóvenes artistas en el país.
La edición Premio Arte Joven 2021
Este 2021, el Premio Arte Joven llegó a su versión número 14, recibiendo alrededor de 880 postulaciones entre pinturas, dibujos, esculturas, videos, instalaciones sonoras, ensamblajes, collage y performance. El medioambiente, la identidad, el cuerpo, el rescate de la memoria, los monumentos, el conflicto armado y el reencuentro con el territorio rural y urbano son algunos de los enfoques que más abordaron los creadores.
”Estos dos años ha habido una líneas temáticas recurrentes y en esa medida el premio no solamente es un termómetro de la actualidad del arte y del abordaje estético de los jóvenes colombianos, sino que también da cuenta de lo que está pasando en el país”, explica Ángel Unfried, director de este certamen. Hay para él una conciencia política mucho más fuerte y mucho más clara que ha ido de la mano de la creación.
Como explica la curadora Ximena Gama, citando un extracto del Premio, la exposición presencial, que tuvo lugar en la Galería Nueveochenta, “tuvo como punto de partida un grupo de obras donde la mirada se repliega en su mundo interior y finaliza con una pregunta por los otrxs”. Es un recorrido por la forma cómo el artista habita y cuestiona su entorno político y social inmediato, abordándolo de una manera interdisciplinar y desde una multiplicidad de medios materiales y poéticos.
El citado trabajo de Estefania García Pineda es un ejemplo de lo anterior: “En mi obra se ve reflejada una parte de la realidad del país. Me atrevo a hablar de estos temas porque hacen parte de mi caminar, de mis recorridos, de mi propia experiencia de vida”, explica. Su creación llegó en el momento en que se cumplen cinco años del Acuerdo de Paz con la guerrilla de FARC y donde se respira en el ambiente una paz en evaporación.
También hubo un acercamiento a debates muy puntuales que han estado en la discusión pública nacional - y mundial - recientemente. Como explica Unfried, fue algo que se vio, por ejemplo, con las creaciones que indagaban sobre la denominada guerra contra los monumentos: “¿Qué significa un monumento? Con un sentido muy frontal de denuncia se habló en varias obras sobre lo monumental, sobre aquello que se impone, se talla en piedra y se toma el espacio urbano desde centros de poder”. Para él se trata de una renovación en preguntas que bajo un contexto retoman vida y se abordan desde nuevas perspectivas estéticas.
O está el caso de Valentina Rodríguez, otra de las finalistas del premio y quien obtuvo el segundo lugar. La artista, que hoy en día está asentada en Austria, donde está terminando sus estudios, es una muestra de las reflexiones que ha suscitado la pandemia. Con su obra “Ansia”, el video y el dibujo convergen en una cuidadosa y hermosa quietud plástica - como analogía del frenón que vivimos-, capturando escenas cotidianas que transmitían una sensación de opresión, monotonía y desesperación asociadas con los meses más duros del aislamiento.
Cambios en la obra y su difusión
Además de aquello que inspira determinada creación, Rodríguez también pone la lupa en los problemas materiales que pueden surgir en coyunturas como la actual: “¿Cómo voy a financiar mi obra? Quiero hacer esto, pero, ¿de qué medios dispongo? Yo creo que en ese sentido los artistas colombianos son muy creativos para encontrar maneras de trabajar con lo que tengan a la mano. Es algo totalmente admirable”, afirma la artista. Ángel Unfried explica que esta situación fortaleció ciertas técnicas digitales, pero también “produjo una salida desesperada, urgente, hacia la naturaleza. Un retorno al campo que busca reconectar”.
Es por esto que estos espacios se convierten, más que nunca, en pilares fundamentales para los artistas, asumiendo además el reto de adaptarse a las circunstancias. En 2020, cuando tuvo que afrontar la pandemia por primera vez, el Premio Artista Joven amplió la bolsa de reconocimientos para estimular a más participantes en un momento difícil. Pero además tuvo que pensarse de forma digital, lo que derivó en una exposición virtual 360 que se mantuvo en esta edición y que incluso aún se puede visitar en la Revista Bacánika.
Este año, como dice Unfried, estamos en “un lugar gris”, pues “hay una reactivación en lo cultural, y en general, pero sigues siendo intermedio”. Él sabe que la presencialidad va a regresar, aunque esos pasos que se dieron en lo digital son de vital importancia y permanecerán: “No mucha gente tiene acceso a la galería. Incluso hay artistas qué no logran venir a visitar y ver su exposición. Con las dinámicas digitales y su interacción se abre además una forma de poner los acentos sobre los artistas. Las obras obviamente son protagonistas, pero también decirle a los ceradores que nos importan, que estamos con ellos, que tienen ese espacio que es suyo”, señala.
Seguro estas transformaciones darán lugar a debates necesarios. Por ejemplo, aunque Estefanía García reconoce la importancia de esta alternativa, para ella el encuentro presencial “sigue siendo mucho más profundo, porque te conecta con el otro en muchos sentidos, tanto físicos como mentales y hasta espirituales”. Para Valentina Rodríguez, lo virtual es una tendencia que permite mostrar las obras más allá de Colombia, aunque sigue sin responder las limitaciones de la brecha digital que aún tiene el país: “¿Quién puede acceder a esta redes sociales? ¿Cuáles son las condiciones de las otras personas? Es importante pensar en eso, en democratizar esa exposición y esas muestras para todo el público”, afirma.
Este punto que toca Rodríguez es también fundamental para el actual director del premio y constituye uno de los retos a futuro: “Sentimos que la proporción de lo que está concentrado en Bogotá sigue siendo muy grande y queremos que la gente de todo el país se anime a participar. Las condiciones están dadas, es muy fácil hacerlo y queremos que ese carácter nacional sea cada vez más sólido. Que se vea representado en los finalistas, ganadores y asistentes”.
Los Ganadores
La curadora Ximena Gama revisó cada una de las 880 postulaciones y preselección 58 obras. El resto del jurado, conformado por Carlos Hurtado (director de la Galería Nueveochenta), las galeristas españolas Idoia Fernández y Nerea Fernández, Frank Harb (vicepresidente comercial de Keralty) y Juan-Pedro Pérez-Gómez (consejero cultural de la Embajada de España en Colombia) seleccionaron 26 que fueron expuestas en la Galería Nueveochenta hasta el pasado 11 de noviembre.
De aquí salieron diez finalistas del Premio Arte Joven 2021, que participaron en el ciclo 10 días/10 artistas hasta el pasado 24 de noviembre. Quienes llegaron a este punto ya tenían asegurado un estímulo económico de la bolsa de premios de este año.
Estos fueron los resultados de la premiación, que tuvo lugar ayer jueves 25 de noviembre de 2021:
- El ganador del premio del público fue el artista bumangués Luis Sebastián Sanabria, al obtener con su obra "Entre pecho y espalda" la mayor votación en la plataforma digital.
- El segundo lugar fue para la ya mencionada Valentina Rodríguez Morales, de Bogotá, con su obra "Ansia".
- El ganador del primer lugar fue Daniel Andrés Jiménez Riveros, de Bogotá, por la obra "Nómadas": una pieza de cartón intervenido con tinta que reflexiona sobre la virtualización de los objetos a manos del comercio global.
Apuntes finales
El reto a futuro no es menor, como explica Ximena Gama: “Es difícil hablar de reactivación ya que la crisis en el medio viene de muchos años atrás, incluye un debilitamiento progresivo de las instituciones y la poca profesionalización que promueve prácticas precarias de trabajo. El reto ahora es promover que espacios como este premio sigan abiertos, que los artistas se animen a participar y que más proyectos de este tipo y otros que involucren exposiciones y circulación puedan abrirse”.
Esta impresión que comparte la artista Estefanía García, que además considera que la cultura está muy desatendida en las regiones y que se debe trabajar en una política pública que vaya más allá de los términos de Economía Naranja, que muchas tiende a excluir las dinámicas que se dan por fuera de los centros urbanos.
Son varios los impactos de espacios como el del Premio Artista Joven. Para Valentina Rodríguez significó una profesionalización como artista en un premio muy fácil de aplicar. Estefanía García lo ve como una oportunidad de mostrar lo que está ocurriendo en el país. Son, en definitiva, lugares de comunicación y encuentro que, como explica Ángel Unfried, le devuelven al arte y a la cultura un lugar menos accesorio y menos ornamental y donde se puede ver la fuerza de los jóvenes creadores del país.