¿Para qué y por qué hacer bodypainting?
Desde la planta de los pies hasta las orejas, el reto del bodypainting es no dejar ninguna parte del cuerpo sin pintura. Es una actividad de paciencia, técnica, y composición en la que el artista juega con las formas del cuerpo para crear mundos inimaginables.
“Cuando uno lleva 4 o 5 horas pintando, hay un momento en esas horas en el que uno se pregunta cuál es la necesidad de estar haciendo eso, pero cuando uno termina se responde: ”aaah, es porque me encanta…”.
A diferencia de Europa y Estados Unidos, Latinoamérica es un lugar en el que poco habitan los artistas que se dedican a la pintura corporal no permanente, o bodypainting, sin embargo desde Pereira hay un nombre que ha venido aflorando poco a poco en el gran encuentro mundial World Bodypainting Festival que se realiza en Austria, y ese es el de Lina Carvajal Araújo.
Allí, con cientos de competidores de todo el mundo, modelos, fotógrafos, y sobre todo pintura, mucha pintura, Lina, licenciada en artes visuales y diseñadora gráfica, ganó el tercer lugar en su primer festival mundial en la categoría amateur en el año 2015.
“¿Pero cómo cree que voy a ir a competir en un mundial yo?, ¿cuánta gente buenísima no va a estar allí? No le llego a los talones a nadie”, le decía Lina a su profesor, Alex Hansen, quien la inscribió “sin ella querer” al Festival.
“El profesor insistió hasta que le dije que sí y participé en la categoría amateur de técnica abierta en la que se puede utilizar pincel y aerógrafo. Para ese año el tema, que siempre lo pone el Festival, era arte pop y a mí me pareció buenísimo porque el tema lo dominaba y me identificaba… Cuando entré al lugar eso era otro mundo, hay muchos competidores, además de mil fotógrafos y todas las modelos que son hermosas, porque a la final el Festival también tiene competencias para la mejor modelo y el mejor fotógrafo, o sea es un nivel de exigencia muy alto para todos los que estamos allí”.
Treinta eran las personas que junto a Lina competían en dicha categoría, ella la única latinoamericana, mientras cinco eran las horas máximas para concluir con su pieza de participación: una vaca rosada, como la de Andy Warhol el más reconocido artista pop, envuelto en un concepto sobre la sociedad de consumo y cómo las personas asocian el poder ser exitoso con la belleza y la perfección.
“Cuando yo terminé, sentí un descanso gigante. Yo dije, lo logré, ya no necesito nada más. Y empezaron a pasar las personas del evento cerciorando que ya nadie tuviera en sus manos un pincel o algo. Luego uno va al jurado y te evalúan concepto, técnica y composición, y bueno, yo me fui de ahí y cuando llegué a la pasarela fui la última y justo después seguía la premiación, cuando nombraron que la tercera ganadora en amateur era de Colombia yo me puse muy feliz porque no sabía que había otra colombiana conmigo, pero cuando dijeron mi nombre yo no lo podía creer, yo no podía creer que había entrado en el podio de una competencia mundial”.
Ese fue un año muy especial para Lina en el que se retó a sí misma y se atrevió a hacerlo. Durante el pasado mes de julio, Lina se volvió a presentar al Festival Mundial 2017, ya no en la categoría Amateur, sino en la categoría profesional en pincel que tenía dos etapas, la primera en la que se enfrentaron 70 participantes con el tema “utopía”, y la segunda competición entre los finalistas con el tema “háblanos de tu país”.
Lina con su primer concepto pasó a la segunda etapa y aunque en esta no quedó entre el podio, se sintió muy afortunada de haber competido y haber sido parte de los 30 finalistas entre los mejores del mundo con un concepto de realismo mágico que plasmó en la piel de su modelo haciendo referencia a Gabriel García Márquez, el sombrero vueltiao, y los gaiteros de nuestro país.
Actualmente Lina es profesora de diseño gráfico y estudiante de maestría en diseño y creación interactiva y su trabajo de grado va enfocado a cómo utilizar las herramientas de interacción digital en el cuerpo humano: ”Por eso es que hago bodypainting, porque es un reto constante, es una meta a la que hay que llegar, es lo que quiero y lo tengo que lograr. Si yo me rindo es dejarlo todo a medias, dejar a la modelo a medias, dejar todo el concepto sin sentido, entonces es un reto, uno personal y a la vez uno de superación académica porque es superarme en técnica y en concepto cada vez que lo hago de nuevo”.