Así se vivió la Feria Odeón
Durante cuatro días el arte hizo delirar los sentidos de los bogotanos con color, textura e interacción.
La Feria Odeón que se llevó a cabo del 27 al 30 de octubre en Bogotá fue una propuesta renovada en la que los espectadores disfrutaron de espacios sin barreras cargados de esculturas, pinturas, fotografías, color y muchas formas.
Espacio Odeón, que antes de aquel fatídico 9 de abril de 1948 (Bogotazo) era conocido como el Cinema Odeón, fue convertido en patrimonio histórico de la ciudad y actualmente ha sido destinado para la exhibición artística, en esta oportunidad el místico lugar albergó diversidad de matices del arte en tres plantas: sección general, planta libre y un espacio de programación en video.
La séptima edición de la feria contó con la participación de exponentes desde: España, Perú, Bolivia, México y Costa Rica. Más allá de servir como una vitrina comercial para los diferentes artistas, la feria buscó impulsar artistas relativamente nuevos, además de visibilizar aquel mundo del arte cambiante y mutado por un mercado creciente y dinámico.
El lugar sin duda le dio un toque muy especial a la experiencia que se enfrentaban los observadores. Dentro de Espacio Odeón, por su aspecto de abandono, es posible transportarse en el tiempo a aquel corazón de la ciudad que constituye el barrio La Candelaria sumando así mayor valor a la expreiencia.
Además de esto se visibilizó la ruptura de las barreras (como las tradicionales paredes blancas o drywalls) así como la inclusión de sonoridades en algunas obras, conceptos políticos, estéticos, geográficos, entre otros que jugaban con los sentidos visuales de cada uno de los espectadores y permitían viajar no sólo por el barrio capitalino sino también por cada uno de los pequeños mundos creados por los artistas.