Pez León: la especie exótica invasora que amenaza nuestros ecosistemas marinos
Aunque no se sabe con exactitud cómo fue la llegada del pez León al continente americano, ya que es una especie originaria de las aguas del Pacífico sur y el océano Índico, muchas de las historias que se cuentan al respecto, coinciden en que este pez escapó de unos acuarios en Florida, después del paso del huracán Andrew en 1992.
Luego de 17 años de su escape, el primer avistamiento que se hizo sobre el pez León en Colombia fue en el año 2009 en la isla de Providencia. Posteriormente, comenzó a haber registros de presencia de la especie en todas las costas del caribe colombiano, desde la Guajira hasta el Golfo de Urabá, y aunque aún no se tienen registros de este pez en el pacífico colombiano, representa una gran amenaza para la vida marina en nuestro país.
Es una especie que además de tener características atractivas, puesto que posee aletas en forma de abanico y una serie de líneas blancas, marrones, violetas y rojas que le concede un físico exótico y llamativo para los acuarios y pescadores, deteriora los recursos naturales y, en consecuencia, los servicios ecosistémicos.
En palabras de Jeff Mcneely, director IUCN Biodiversity Programme, “tan grave es el asunto, que la propagación de especies exóticas invasoras se reconoce como una de las mayores amenazas para la ecología y economía mundiales, ocupando el segundo lugar como causa de pérdida de biodiversidad después de la destrucción del hábitat”.
El pez león es un depredador que se alimenta de una gran cantidad de organismos marinos, pues según datos arrojados por el informe 10 años de lucha contra el invasor pez león de INVEMAR, se ha visto asociado con una dieta amplia que comprende más de 250 especies diferentes de peces en las que caen animales endémicos del país que ahora se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN.
De acuerdo a un informe entregado por la revista científica Zootaxa (2015), se identificó por primera vez al pez león como la razón principal de reducción poblacional de varias especies de gobios (Coryphopterus spp.), que actualmente se ubican dentro de las especies amenazadas en vía de extinción.
A este propósito, no solo el ecosistema marino sino que además, la economía de la región costera se ha visto afectada por la alta tasa de reproducción del pez león, pues algunos pescadores han sentido la disminución de individuos en las especies que comercializan.
Ahora bien, el control poblacional del pez león es otro punto importante para analizar, pues solo en Colombia este pez tuvo 5 años para expandirse por todo el Caribe sin tener grandes depredadores, excepto el ser humano.
De acuerdo al biólogo Luis Chasqui Velasco, quien trabaja hace más de 10 años con la organización INVEMAR, “el pez león es un depredador nuevo, bastante exitoso y abundante que está comiendo de todo, además, no es un animal que pique los anzuelos, para atraparlo hay que arponear y utilizar otros tipos de captura, lo que hace difícil controlarlo. Tiene ciertos costos atraparlo ya que se debe realizar buceo o apnea”.
No obstante, es importante resaltar que en distintos lugares del caribe colombiano la densidad poblacional del pez león se ha visto reducida gracias a las acciones de control, mediante torneos y cacería frecuente que hacen distintas escuelas de buceo y corporaciones autónomas regionales, a merced de la Resolución 0132, 2010: “Por la cual se adopta el protocolo para la extracción y control de la especie exótica invasora Pez León (Pterois volitans) en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales”.
En palabras de Luis, “El animal ya no aparece de manera abundante en la parte más superficial del mar, en mi opinión es posible que se haya ido un poco más hacia el interior a 50 y 60 metros de profundidad”.
Aunque estos métodos de control han cumplido con su objetivo, no han sido suficientes para frenar la alta reproducción del pez león, “se deben fortalecer las corporaciones regionales, darles capacidad, recursos y sumar entre todos; de esa forma, ellos pueden realizar más jornadas de caza y tener un control más medido por todos”, opina Chasqui.
El Océano Pacífico y el Océano Atlántico, son dos enormes ventanas azules que ocupan el 45% del territorio colombiano; albergan más de 2574 peces marinos, 1192 moluscos y 641 crustáceos. Es el hogar de gran parte de la biodiversidad del país, y cuidar, proteger y defender estos territorios es cuestión de todos.