Participación política juvenil: de activismo a otros desencantos
Siempre se habla de la indecisión de los jóvenes al momento de escoger los candidatos de su preferencia. Sin embargo, en muchos casos, es esta población la que más cuestiona, presiona y replantea los modos en los que percibimos las jornadas electorales.
Según el Dane, la población juvenil habilitada para votar supera los ocho millones, representando el 16 % de la población; sin embargo, escasamente tres millones lo hacen.
Suena dramático, sin duda, pero al mismo tiempo retador y esperanzador, teniendo en cuenta el aumento de la participación política juvenil en la última jornada electoral a lo largo de todo el territorio nacional.
Los niveles de motivación que poseen las personas jóvenes para participar activamente en la política sugieren estar relacionados con la información recibida. Por ello, uno de los factores determinantes en el aumento de participación política juvenil en las elecciones pasadas fue la saturación de información mediática y en redes sociales, sobre el inconformismo de la ciudadanía previo, durante e incluso después del paro nacional de 2021.
Escepticismo y participación
Los temas que suelen aquejar a las juventudes no son siempre los mismos que preocupan a las generaciones que les preceden. Algunas de las cuestiones de interés para los jóvenes son la incorporación al trabajo, el acceso a la educación, el medio ambiente y los relacionados con la igualdad de género.
“Muchos de los candidatos incluyen a la población juvenil dentro de sus planes de gobierno de manera accesoria y no se realizan programas claros sobre lo que podría ofertarse o beneficiar a la juventud, que además es un espectro de población muy grande por atender, si hablamos por ejemplo de los 18 a los 36 años” comenta Adriana Algarín, abogada con doctorado en estudios de gobierno local e investigadora en participación ciudadana.
Al enfrentarse a escenarios donde no se encuentran representados en la planificación ni en las estrategias para gobernar, un gran número de jóvenes puede decantarse por la abstención.
“En algunos planes de gobierno local, se incluyen temas como la seguridad y la empleabilidad, pero a manera general y no bajo un enfoque que focalice estrategias para este tipo de población. En otros asuntos como el medioambiental, es escaso, casi nula la mención. Y esto afecta de manera directa a los jóvenes, porque incluso la salud mental está en deterioro a causa de las preocupaciones por el futuro en el planeta que habitamos y se destruye rápidamente” agrega.
Los retos
Durante la campaña electoral, muchos candidatos se suman a tendencias de redes sociales, con todo tipo de contenido que llama la atención sobre la priorización de necesidades y la falta de claridad, en contraste, con una planeación puntual y bien definida sobre los retos a asumir.
Los gobiernos locales tienen muchos asuntos por resolver. El caso Barranquilla, conduce a la crisis de la cultura en la ciudad, el cuidado y compromiso por el medioambiente, la revisión a los asuntos de servicios públicos y la deuda del municipio, sin embargo, estos son asuntos que muy someramente se dejan leer dentro de los planes de gobierno de los candidatos.
“La salud mental o cuestiones de género, ni siquiera se incluyen en los planes de gobierno de los candidatos locales y eso genera mucha preocupación y apatía en los jóvenes” agrega la abogada también directora del Podcast PodCaribe desde el que se realiza veeduría ciudadana a temas como la cultura.
Los jóvenes siguen viendo con escepticismo a los candidatos, ya que la situación para algunos no cambió en términos de seguridad, movilidad, corrupción y mucho menos se han tenido en cuenta aspectos prioritarios como género y medioambiente.
“Uno de los retos de los gobiernos es combatir el desencanto por la democracia involucrando a la población juvenil directamente y de manera participativa” concluye la abogada Adriana Algarín.