El talento de los jóvenes en Colombia
La juventud representa la vitalidad, la fuerza y la motivación para generar cambios en los tiempos venideros. Durante esta etapa se alimentan los sueños hacia el futuro, se estimula el aprendizaje y se enfrentan las dificultades para lograr dichos sueños. A pesar de eso, tristemente, la realidad para los jóvenes colombianos varía según su ubicación geográfica, posición económica, género, raza, acceso a la educación y algunos aspectos más, que en muchas ocasiones genera el abandono de esas ilusiones. Por ello, en múltiples ocasiones se desdibuja esa imagen idílica que simboliza la juventud.
En Colombia, la juventud es la etapa de la vida comprendida entre los 14 y 28 años de edad. Según la Ley 1622 de 2013, en esta etapa la persona se encuentra en proceso de “consolidación de su autonomía intelectual, física, moral, económica, social y cultural que hace parte de una comunidad política y en ese sentido ejerce su ciudadanía”. Por otro lado, según el Ministerio de Salud y Protección Social, esta etapa comprende desde los 14 a los 26 años de edad. Sin embargo, de acuerdo a la misión de las entidades y las necesidades de información, el rango puede variar.
Para el año 2020, en Colombia se registró una población de 10.990.268 jóvenes de 14 a 26 años que representan el 21,8% de la población total. 5.552.703 son hombres y 5.437.565 mujeres. Entre los hombres, las personas jóvenes representan el 22,5% de la población y entre las mujeres el 21,1%.
El joven “típico” colombiano no existe, es una abstracción que se deshace entre las singularidades regionales.
Como menciona Jorge Escobar en el Informe Final del Seminario Institucional de la OPS en el 2000, Políticas e Institucionalidad Pública de Juventud, “los grupos étnicos, aun cuando conservan, en mayor o menor grado, algunos de sus elementos culturales fundamentales, actualmente se encuentran en estado de alta vulnerabilidad debido a los acelerados procesos de comunicación masiva, colonización y emigración de la juventud en búsqueda de mejores oportunidades”.
Según el DANE: “la población rural (considerada como las personas que viven por fuera de la cabecera municipal) asciende en Colombia al 30% de la población total; los indígenas son el 2% (701.860) y las comunidades negras no llegarían a ser el 2%, pero las organizaciones afrodescendientes ubican su población entre 12 y 25% de la población nacional”.
No obstante, encontramos algunos casos de jóvenes con cualidades excepcionales desde las distintas regiones colombianas, que resultan inspiradores, cuyo espíritu positivo genera ideas para la optimización de las condiciones de vida en las periferias a nivel cultural, educativo y de participación. Algunos aprovechan al máximo las escasas oportunidades de subvenciones y ayudas estudiantiles habilitadas para ellos en el territorio nacional.
En La Palabra queremos destacar a algunos jóvenes que, a partir de la búsqueda de sus propósitos personales, construyen país. Estos son algunos de los casos que desde las periferias en Colombia se dan a conocer por su talento, inteligencia y sus aportes al desarrollo del país desde su quehacer específico.
Desde el Caribe, queremos mencionar el valioso esfuerzo deportivo de María Fernanda Herazo, tenista barranquillera, ganadora de ocho títulos individuales y diez dobles en el Circuito femenino de la ITF, quien ha sido además ganadora de títulos en campeonatos como el Circuito World Tennis Tour, demostrando un talante creciente en este deporte.
En este recorrido por el país, llegamos hasta Villavicencio, donde a través del baile Leonel Mendoza bailarín de joropo, destaca la importancia del folclor llanero y los aportes del joropo a la construcción del país.
También desde las artes, pero en esta ocasión desde el área audiovisual, conocemos el trabajo de los jóvenes María Gabriela Guevara Molina, oriunda de la ciudad de Pasto, profesional en Cine y TV y de Edinson José Guerrero Meneses, estudiante de último semestre de Licenciatura en Artes visuales de la Udenar, oriundo del municipio de La Florida-Nariño, músico y artesano. Ambos fundaron la productora audiovisual AguiLeo producciones.
En las ciencias los jóvenes destacan por el empeño en sus aprendizajes. En Cali, Jennifer Romo Hernández, ingeniera ambiental e investigadora científica de bioláminas orgánicas da a conocer su proyecto.
Por su parte, Valentina Grisales Betancur, es una bióloga antioqueña que ayuda a las personas a acercarse más hacia la naturaleza y a un estilo de vida más sostenible.
Y finalmente en Bogotá nos encontramos con Thomas Lion, un joven que por medio del arte defiende los Derechos Humanos y es activista en varios territorios de nuestro país.