El sentir de la calle: ¿qué significa ser joven hoy en Colombia?
"Ahorita en Colombia solo el hecho de ser joven y estar en la calle es arriesgar la vida. Todos podemos morir acá, pero cómo uno va a dejar a su pueblo. ¿Cómo no salir a marchar, a protestar mañana 5 de mayo?"
Este fue el último mensaje que envió Lucas Villa, de 37 años, antes de salir a protestar en las calles de Pereira. Con alegría y con bailes, este líder juvenil y activista, estudiante de Ciencias del Deporte y la recreación de la Universidad Tecnológica de Pereira, que además era profesor de yoga, siempre se manifestó en paz.
Cuando se encontraba esa noche en el viaducto César Gaviria junto a varios jóvenes, testigos aseguran que desde un vehículo empezaron a disparar. Ocho de los balazos impactaron a Villa quien, luego de luchar por su vida durante seis días, falleció el martes 11 de mayo en el Hospital Universitario San Jorge de la capital del departamento de Risaralda.
Lucas es hoy uno de los símbolos de la protesta pacífica, de la cual han participado un gran número de jóvenes colombianos.
Ya son varios años de esa relación entre la rebeldía y la juventud. Desde mediados del siglo XX, después de la II Guerra Mundial, con la aparición del rock, las fuentes de soda y otros elementos representativos de un quiebre generacional, la juventud se convirtió en una fase media entre la niñez y la adultez. Se concretó así ese arquetipo del joven que traía con él la esperanza de un futuro mejor, se oponía al orden establecido y se juntaba con sus semejantes para manifestar mundos imaginados.
El nobel de literatura José Saramago sentenciaba en un poema suyo “¡Tengo la edad que quiero y siento!”, pero más allá de este sentido profundo de lo que significa ser joven, en Colombia (la juventud) se considera que es una etapa que va de los 14 y 28 años de edad -aunque para el Ministerio de Salud se acabe a los 26 y otras entidades tengan sus propias cuentas alrededor de sus objetivos misionales.
Si tomamos ese primer rango de edad y nos remitimos a las cifras del DANE, se estima que en Colombia hay casi 11 millones de jóvenes, acercándose al 22% de la población. El 5% de este grupo se autoreconoce como indígena y el 7,2% como una persona negra, mulata, afrodescendiente o afrocolombiana -estas cifras pueden variar al compararse con otras organizaciones sociales.
Resulta que, acorde al DANE, entre mayo y julio de 2020, se presentó la menor tasa de ocupación (34,9%) desde el año 2001 para los jóvenes: en los hombres fue de 44,2%, mientras que para las mujeres fue de 25,5%. Es decir, una brecha del 18,7%. La tasa del desempleo estaba casi en el 28% dentro de la población económicamente activa.
En el censo de 2018 también se indica que, si se espera que los jóvenes tengan un nivel de educación media, el 25,28% de los hombres está por debajo de este nivel, mientras que en las mujeres es el 17,55%. La población entre 18 y 25 años tuvo la menor participación en las elecciones presidenciales del 2018, el 43,8% no votó.
Varias de la cifras alrededor de la juventud no son alentadoras.
En Radiónica salimos a la calle. A sentir y escuchar las emociones de muchos jóvenes que han hecho presencia en las manifestaciones y que se han visto afectados por las situaciones anteriormente mencionadas. La voz de las nuevas generaciones ha sido clave para resistir los embates de fallas estructurales de nuestra sociedad; así como ha sido un caldo donde se han cocinado los sueños y anhelos de un mejor futuro.
Esto nos dijeron: