Drag, perreo y transgresión en un festival de Rock en Pasto
La noche estaba fría, pero por fortuna no llovía. El buen clima logró que la Plaza del Carnaval, epicentro de una nueva edición del Festival Galeras Rock en 2021, se llenara de gente que iba por curiosidad o dispuestos a bailar, aunque no estaba tan lleno como en versiones anteriores.
Ese sábado 27 de noviembre, bandas de indie rock, metal y hip hop habían transitado por el escenario del festival de música independiente más importante del sur de Colombia: el Galeras, que estaba decidido a celebrar la diversidad que somos.
Eran las 7:27 de la noche cuando en los camerinos, tres hermanas, no de sangre, pero sí de convicción transgresora, recorrían el lugar. Estaban inquietas y a la expectativa. Caminaban de un lado al otro y terminaban de organizarse: las pestañas bien puestas, las medias correctas, el maquillaje impecable. En medio de todo y pese al acelere reían con fuerza, irradiaban energía.
La escarcha, el color, las perlas, los accesorios, los labios con brillo, los ojos con lentes excéntricos, los tacones bien altos y la actitud por el cielo. El aura del lugar hacía sentir diva a cualquiera, la seguridad que se respiraba en esa carpa era innegable.
“Yo estoy feliz de esta oportunidad, de subirnos a la tarima de Galeras Rock, es casi como un sueño cumplido. Estamos listas para darla toda, como siempre lo hacemos con todo el amor”, mencionó Neb.
“Estoy súper ansiosa. Realmente quiero subirme al escenario con la seguridad de que lo vamos a dar todo y que esto es solo un primer paso para todo lo que vamos a hacer en el futuro”, respondió Anomia.
“Yo me siento muy nerviosa, pero también muy ansiosa. Estoy sudando demasiado, la peluca me aprieta, los tacos me duelen, la tanga me rasca el culo ¡Pero estamos readys!”, completó Jade.
Afuera, el público se preparaba para recibirlas, también estaban ansiosos, algo atípico sucedería en un festival de rock. Afuera los nervios se sentían en el ambiente. Los presentadores en tarima anunciaban el show de las embajadoras del neoperreo en la ciudad, quienes, además, crearon hace un par de años la primera casa drag de Pasto. Pronto las Jaus Of Mojadas le prenderían fuego al lugar.
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La llegada de Neb Tut, Anomia Hermen y Jade Bullet al Galeras Rock alborotó todo, como sí el mismísimo volcán hubiese estallado, todo fue candela de ahí en adelante. Unas semanas atrás, cuando la organización anunció en redes la participación de un grupo drag en la versión presencial del festival, los comentarios cargados de prejuicios, de corte despectivo y de rechazo no se hicieron esperar. Por primera vez un grupo trans, queer y no binario estaría en un evento donde lo masculino y heteronormativo había sido predominante.
Contrario a todo, los malos comentarios fueron la chispa perfecta para que estas tres hermanas encendieran la flama que impulsó un show sin precedentes en la ciudad, gracias a la invitación que les realizaron desde la Dirección de Juventud de la Alcaldía de Pasto.
Luces, cámara y acción
A las 8:07 de la noche aterrizaron en la tarima.
“Llegaron las travestis, Jaus of Mojadas desde el planeta la madre. Coordenadas: Pasto, Galeras Rock 2021. Venimos en son de paz, traemos perreo. En 3,2,1…”. Una voz robótica enunció esta frase mientras ellas salían de una reflectiva nave espacial. Fueron poderosas desde el primer momento.
Por la mente de cada una pasaron mil pensamientos en ese preciso instante: “Respira”, se recordaba a sí misma Jade. “Llevamos una bandera”, decía Anomia. “Déjate llevar”, se aconsejaba Neb.
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En medio del confinamiento fue cuando empezaron a escribir sus letras, impulsadas por el 16 líneas challenge, un reto que se viralizó en redes sociales y en el que, quienes lo aceptaban, publicaban sus videos rapeando desde casa. Ahí inició todo. Buscaron una pista libre de derechos de autor, escogieron el neoperreo como su género musical y escribieron su primer sencillo: EL MARIKOPERREO.
En seis días crearon una canción con un videoclip que hasta hoy cuenta con más de 5.000 visualizaciones. Cada una hizo su aporte en la lírica, por ejemplo, Anomia desde lo político: “si escuchas bien mi letra siempre estoy hablando de mi identidad, de que me gusta denominarme como marica, no como un homosexual promedio”.
Jade, por su parte, desde lo explícito: “Pensé en mis artistas favoritos que son muy explícitos y no piensan mucho las cosas, dejando a la gente en shock, mi idea era dejar una marca”. Y finalmente Neb, desde la coquetería: “Mi parte va más hacia lo trans y lo femenino, es el aporte más coqueto”.
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Abrieron el show con “Luces, cámaras y acción”, dejando claro que llegaban con el flow. Seguido de “Legendarias”, una composición en la que hablaron sobre ser mujer trans en búsqueda de la libertad. Hicieron mención de los asesinatos trans que ocurrieron en el país a lo largo de esos 11 meses. 35 en total al finalizar el 2021, una cifra desalentadora entregada por la Defensoría del Pueblo.
La influencia de Arca, SOPHIE, Kim Petras, David Bowie, Miss Bolivia y La Goony Chonga, siempre fue determinante. Artistas queer o trans que se han destacado en la industria musical a nivel mundial, raperas feministas o intérpretes de neoperreo, todas y todos juntos estaban con ellas en ese momento.
Entre el público la euforia crecía. El beat de las pistas se adentraba en el cuerpo de cada asistente como el líquido de una inyección cuando recorre las venas y quema. En pocos segundos el ritmo, el flow violento y el bellaqueo se habían apoderado del lugar, no había marcha atrás, el baile era inevitable. La comunión de los cuerpos amantes del perreo había empezado.
Y aun así, algo raro se sentía. El lugar vibraba con una frecuencia poco habitual. La energía de los detractores y de los seguidores se chocaba. Para muchos no era fácil entender cómo un grupo drag estaba en un festival de rock. Sin embargo, el respeto estuvo por encima de todo. Las Mojadas estaban haciendo historia y nada podía impedirlo porque estaban encandilando a todos con su brillo.
El show continuó con “PIRIODT”, “Blow Pops”, “Apocalipsis homosexual” y finalizó con “Marikoperreo”. Esta última canción completó la atmósfera de celebración por la diversidad que estaba habitando un festival que le apostó a fortalecer la cultura ciudadana con un show incluyente, creativo, disruptivo y sorprendente.
La Jaus decidieron descolonizar su corporalidad a través del arte y el performance, enalteciendo sus cuerpos disidentes, femeninos, que reivindican la existencia de lo marica en una sociedad donde la transfobia y la homofobia siguen siendo una realidad. Escalaron su discurso y accionar en un festival de música que convoca a la ciudadanía en plena plaza pública.
Legendarias
El frío se había disipado, el ambiente era de satisfacción, el show tan esperado por unos, y cuestionado por otros, había concluido. Entre el público el deseo por seguir perreando hasta abajo y bailando en medio de la plaza era evidente. Con fuerza se escuchaba el coro que pedía una última canción. Las Jaus lo habían logrado y la adrenalina aun corría por sus cuerpos, no podían creer lo que acababa de suceder.
“Yo todavía sigo nerviosa y me siento muy orgullosa. El público estuvo genial. ¡No esperaba que se perreran todas las canciones y lo hicieron!”, resaltó Jade, mientras una gota de sudor se asomaba entre el inmaculado maquillaje que la recorría desde la sien hasta la punta de los pies.
“Estoy muy feliz. Para un show que se preparó hace muy poco tiempo siento que la dimos toda, me siento bastante orgullosa. A la gente le gustó, eso era lo importante”, mencionó Anomia, con una gran sonrisa en medio de sus labios de color azul, mientras movía su peluca blanca con destellos de arcoiris.
“Me quedé sin voz, sin aire, ¡estuvo fabuloso! A pesar de los contratiempos pudimos salir adelante con el show. De aquí en adelante, tenemos un camino muy largo por recorrer”, enfatizó Neb con la voz agotada y un tono de dulce alegría.
A las 8:38 p.m. finalizaron, con el corazón a mil y un sueño realizado. Cada una se despidió a su manera, orgullosas, felices y empoderadas de lo que son y representan. Anomia cerró la presentación con una frase que instaló un nuevo sueño: “nos vemos en Rock al Parque”.
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En un país donde la transfobia es cotidiana, salir en tacones de 20 centímetros a cantar neoperreo en un festival donde la tradición demanda rock y metal es totalmente subversivo.
Unas semanas antes de la publicación de este artículo una de las integrantes de la casa Jaus Of Mojadas fue violentada y su vida corrió un grave riesgo. Hacemos un llamado, porque es Chévere Pensar en Voz Alta, a que abracemos las diferencias, las defendamos y las celebremos.