Casa de la mujer: 40 años de lucha feminista
“La memoria es un espejo quebrado, uno siempre refleja el mundo o la realidad como era, es la reconstrucción fragmentada, parcial y personal que hacemos de esas realidades. Quisiera colocarme en un doble juego, de quien habla y quien escucha, el hablar nos permite recordar y reconstruir hechos vividos y el escuchar permite reconstruir lo escuchado, lo que sale a relucir y lo que queda escondido en el lenguaje hablado o en el lenguaje corporal”. Mientras que la voz le tiembla por momentos y los ojos se llenan de vez en cuando de lágrimas, Amparo Sánchez, coordinadora de la Casa de la Mujer hace una analogía sobre cómo funciona la memoria para intentar explicar con un discurso de tan solo 15 minutos lo que ha significado esta organización para las mujeres en Colombia.
En 900 segundos Sánchez habla sobre la esencia de la Casa de la Mujer, desde sus inicios hasta la actualidad. “Queríamos salir del individualismo, aprender a darnos la mano, estrecharnos en un abrazo de amigas y compañeras con la certeza de que juntas podríamos transformar la estructura de poder”, con estas palabras, en 1977 un grupo de mujeres presentó la propuesta para crear esta organización.
Cuatro años después de que se presentara esta solicitud se realizó el Primer Encuentro Feminista Latinoaméricano y del Caribe y en 1982 se creó oficialmente la Casa de la Mujer como una organización feminista sin ánimo de lucro.
La casa nació en un país en guerra, en medio de críticos casos de violencias contra las mujeres que no eran registrados ni reconocidos como violación a sus derechos. Han sido 40 años de lucha constante, de acompañamiento y unión para construir feminismos, democracia y paz en un país que históricamente ha estado marcado por la violencia.
“Herederas de las mujeres sufragistas y de todas aquellas que han vindicado la autonomía sexual, reproductiva, económica, emocional y política de las mujeres, nuestro compromiso es hacer posible que las mujeres seamos sujetos políticos pactantes, una democracia radical, y una vida libre de violencias para las mujeres.” Casa de la mujer.
Ubicada en la localidad de Teusaquillo, la Casa de la Mujer le ha abierto sus puertas a más de 100.000 mujeres diversas, provenientes de distintos territorios de Colombia para acompañarlas en procesos psicosociales y de formación, acción y reflexión para lograr la transformación de las relaciones patriarcales.
En estos 40 años la organización, además de ser pionera del feminismo en América Latina, se ha convertido en un espacio seguro para las mujeres, ha logrado forjar una voz colectiva y transgresora que cuestiona al patriarcado desde lo íntimo, lo social y lo político.
“La casa es la escuela donde hacemos juntanza para construir una sociedad más justa y solidaria, digna para las mujeres”, menciona Eucaris Olaya, académica de la Universidad Nacional que desde los 18 años se reconoce como feminista y ha puesto a disposición sus conocimientos e investigaciones en Derechos Humanos, Políticas Públicas, Educación y Género para ayudar a otras mujeres en la casa.
Así como Marta Lucía, una de las psicólogas más queridas de la casa, quien afirma que aunque llegó tarde al feminismo ahora “hace parte de su carne y de su sangre” y que gracias a él y en especial a la Casa de la Mujer pudo descubrir a las mujeres como aliadas y no como enemigas, ver cómo luchan a diario para hacer de este un mundo distinto, también aprendió a amar a las mujeres y a trabajar por las mujeres.
“Me enseñó el significado del amor, en una sociedad en la que no es grato ser mujer. El feminismo y la casa te permite experimentar el placer de vivir como una mujer”, cuenta Lorena sobre su experiencia en la organización, en la que aprendió que el amor entre mujeres nos fortalece, que hay que apostarle a construir en colectivo y preguntarse siempre ¿qué sería de las mujeres sin el amor de las mujeres?.
Los testimonios de estas mujeres que han sido víctimas del conflicto armado, de violencia sexual, de violencia intrafamiliar, del capitalismo y el patriarcado demuestran la importancia de tener una organización como la Casa de la Mujer, que durante 40 años ha mantenido vigente la apuesta feminista en Colombia y ha logrado posicionar las agendas de las mujeres en la escena pública y política del país.
Una organización que busca recuperar la memoria histórica de las mujeres desde un enfoque feminista y que, además de celebrar 40 años de un trabajo impecable, se llena de orgullo porque a partir de hoy el Museo Nacional de Bogotá abre un espacio con documentos y elementos donados por la Casa de la Mujer que ahora hacen parte de la colección del museo y de la memoria colectiva para dejar en evidencia lo relevante que ha sido la organización para el feminismo en Colombia.
“Continuaremos arriesgándonos a vivir plenamente la vida, a construir un mundo en el cual la autoridad de las mujeres sea reconocida y la diferencia sexual no sea motivo de subordinación y esclavitud sexual. Seguiremos escudriñando, buscando respuestas… Gracias por acompañarnos esta noche y estos 40 años”, los aplausos no cesan, desde la primera hasta la última fila del Auditorio Teresa Cuervo Borda del Museo Nacional se ponen de pie todas las mujeres y algunos hombres que asistieron al evento De lo Íntimo a lo Político: 40 años construyendo feminismos, democracia y paz para agradecerle a Amparo Sánchez por su discurso y también por el trabajo que ella y cientos de mujeres han realizado en la Casa de la Mujer.
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Para entender más a fondo el trabajo que ha realizado la Casa de la Mujer durante estos 40 años hablamos con María Eugenia Sánchez, socióloga, feminista, quien hace parte de la organización desde sus inicios y es responsable de las estrategias de incidencia de la casa, sobre los logros y las luchas feministas.