Artistas, músicos y escritores reflexionan sobre el 21N
Pasó el 21N y llegó el 22. Lo delicado de la situación, en este punto, no es ajeno para nadie. Es necesario, primero, el poder escuchar las opiniones que se gestan en las calles, en las casas, en la universidades, en las empresas. Por incómodas o contrarias que sean a nuestras realidades preconcebidas y alimentadas día tras día por nosotros mismos, es necesario podernos escuchar. La comunicación debe ser un valor primordial.
De la misma manera, el momento es histórico. Pisamos terrenos pantanosos que quizás muchos nunca habíamos vivido -quizás, por mucho, imaginado- y por lo tanto debemos ser inteligentes y responsables a la hora de actuar con criterio frente al presente.
Decidimos, entonces, en Radiónica, reunir opiniones de algunos personajes de la música, del arte, de la cultura sobre lo que sucedió durante el jueves. Al recoger dichas opiniones aún lo sucedido este viernes 22 de noviembre no había tenido un desenlace claro. Y por eso son eso: opiniones de personas interpretando su presente.
No hacemos eco porque haya verdades absolutas en estas respuestas, ni porque creamos que representan la interpretación acertada de lo que está sucediendo. Simplemente abrimos la puerta a la palabra libre para que la incomunicación no sea la que reine.
La curaduría fue aleatoria, no busca imponer ninguna posición. Cada quien las interpretará y las interpelará, ejercicio sano en cualquier discusión. La invitación es a arrancar así un espacio de escucha, para luego sentarse a hablar con los semejantes -que son todos- y que juntos podamos encontrar consensos en un país que vive un momento de volatilidad evidente. Como Radio pública, queremos invitar conversar.
Todo esto acompañado con imágenes del 21N que quedan para la memoria del país. Una memoria que está en nosotros definir cómo queremos que se narre en un futuro.
Nidia Góngora
(Gestora cultural y cantante)
Yo ayer en horas de la mañana salí hacia las canchas panamericanas, uno de los puntos de concentración de la marcha pacífica acá en la ciudad de Cali. Me reuní y me junté con varios amigos músicos de diferentes proyectos musicales y había un colectivo fuerte con el que salí en la multitudinaria marcha caminando hasta el CAM. Durante toda la marcha todo surgió bajo un orden, bajo la alegría, bajo la normalidad, bajo la prudencia. No hubo ningún tipo de situación de orden público ni de violencia dentro de esta marcha. Había familias enteras, había niños de brazos incluso: las mamás en sus coches con sus hijos, había ancianos, había personas discapacitadas, animales. Bueno, la marcha hasta el momento en que nosotros llegamos a la concentración del CAN, estaba bajo la normalidad. No hubo ningún acto de violencia.
Luego, nos quedamos un buen rato allí, nos fuimos a almorzar y cuando regresamos continuamos cantando, tocando, danzando y de repente empezaron a llegar un grupo no muy grande de encapuchados simultáneo con el ESMAD. Empezaron a tirar incluso en medio de donde nosotros estábamos explosivos, generando confusión. El ESMAD empezó a responder y también a atacar a la gente. Yo estaba ahí en medio y de hecho nos tocó correr porque en el lugar donde estábamos tiraron unos explosivos en el lugar. Tuvimos comunicación con familiares que viven en el sector tanto del Distrito de Agua Blanca como de Valle del Lili y nos notificaron que habían personas cometiendo actos vandálicos y disturbios en estos lugares. Que estaban llamando a las autoridades y a la policía y no había reporte de ningún acompañamiento policial. En algunos lugares llegó el acompañamiento policial, pero los desmanes fueron incontrolables.
Ya yo me dirigí a mi casa a eso de las 6:30 o 7:00 de la noche porque declararon toque de queda y allí todo fue confusión. Empezaron a llegar videos de todas partes, videos de todo el mundo, todo el mundo en pánico. Empezaron a llegar videos de amenazas tanto de personas que se iban a meter a los barrios, que se iban a ir al Distrito a hacer limpieza y bueno una cantidad de cosas que me imagino ustedes ya saben.
Todo fue tenso porque yo tengo dos niños pequeños y una de las niñas entró en pánico. Me tocó sentarme a explicarle que se controlara, que se calmara que la marcha ya había pasado y la marcha se había desarrollado bajo la normalidad y bajo la consigna pacífica, tal como se había planteado. Que esos hechos eran hechos aislados y que ya pues se estaba tratando de controlar la situación. Fue bastante complicado. Yo me acosté, casi al rededor de las 2:30 de la mañana porque había amenazas de que iban a intervenir absolutamente todos los edificios, las unidades y bueno, pues todo el mundo estaba alerta.
Pienso que hay una ola de terror, hay una ola de miedo, hay una ola de pánico y es una ola general en la cual las personas sospechan de cualquiera que ven pasar. Todo el mundo está tan tenso que están armados en sus casas, en los barrios, para atacarse entre sí. Para mí es claro que hay alguien a diestras de esto y se deben adelantar unas investigaciones serias para mirar realmente qué es lo que está pasando y quiénes tomaron la riendas de armar y generar este caos en medio de unas marchas que se venían adelantando de manera pacífica.
Creo que el problema y la situación de orden público que tiene el país es bastante complicada. Aquí en Cali se cometen delitos, robos, hurtos, asesinatos y bueno, pienso que todo lo que pasó ayer toca sentarse y revisarlo porque se puede adjudicar a muchas cosas. El Distrito de Agua Blanco es un lugar al que yo, desde que llegué a la ciudad de Cali, he frecuentando y el problema social allá es bastante difícil, de hecho yo trabajo con niños. Mi fundación nació en el barrio Ciudad Córdoba y nosotros conocemos perfectamente la problemática de este sector: la falta de educación, la falta de oportunidades, la indiferencia del Estado en estos sectores de la ciudad y del país; la vulnerabilidad en la que se crían muchos de estos muchachos no es una situación de combatir con la violencia y de combatir con la fuerza. Es una solución que va más allá de atacar.
Pienso yo que es inclusión y prevenir pero bajo otras instancias, no a través de la violencia. Nunca va a ser el mejor medio para dar soluciones a las cosas y era la consigna ayer en la marcha: “sin violencia, sin violencia, sin violencia”. Era lo que gritábamos todo el tiempo y tratando de evitar al máximo cualquier tipo de desmanes o cualquier tipo de situación que alterara el orden público.
Omar Rincón
(Académico y analista de medios)
La marcha del 21 de noviembre tiene como cinco cosas para resaltar. Una, fue espectacular en cuanto el estilo de convocatoria y de expresión. Había letreros de todo tipo, había jóvenes de todas las clases, habían señoras, habían académicos, políticos, de todo. Fue una real testa a la democracia en cuanto a expresión ciudadana de una bronca que se tiene con el modo en que están pasando las cosas.
Segunda, el presidente Duque, su gobierno y la policía lograron crear el miedo, apropiarse del miedo, generar violencia, hacer una auto profecía de que habría violencia y creo que el énfasis que le pusieron a la violencia fue lo que cosechó que hubiera violencia. Si siembras violencia, cosechas violencia.
Tercera, el presidente Duque creó el slogan de la marcha, “¿De qué me estás hablando, viejo?”. Toda la marcha le estaba mandando mensajes al presidente para que escuchara. Le estábamos diciendo, “Viejo de ¿qué estamos hablando? De un país que no tiene presidente, un país que no cree en la paz, un país que atenta contra el medio ambiente, un país que no nos gusta vivir.”
Cuarta, los medios de comunicación sirvieron al mensaje de miedo de la policía y al mensaje de miedo del presidente. Se alejaron de los ciudadanos y ayer cuando informaron sobre las marchas, otra vez se concentraron en la violencia, que produjeron 40 o 50 personas, y se olvidaron que más que millones de personas salieron a marchar y que el protagonista era la ciudadanía y no los violentos. Esto es como en los partidos de fútbol; cuando entra un violento, a él no se le da visibilidad, se le da a los jugadores, aquellos que estaban jugando el partido de la democracia, que eran los ciudadanos.
Y quinto, lo del cacerolazo, que se me hace a mí espectacular, que es otra manera de expresarse ya desde la casa sin salir, o cerquita a la casa, y decir “no nos gusta el país que están haciendo desde el gobierno Duque, desde los políticos y desde las élites, llámense como se llamen. Es un repudio a la forma en que están construyendo el país en este momento. Por último, habría que decir que pues, es un movimiento de bronca contra la democracia que estamos construyendo que no tiene líder y de lo cual es buenísimo, porque todos los ciudadanos somos los que construyen la democracia y que dentro de esta posibilidad sería buenísimo si la ciudadanía sigue activa, si el ciudadano colombiano sigue creyendo que su voz, su presencia en redes, su presencia en la calle pueden ayudar a un cambio.
Pero para todo esto necesitamos que el presidente se entere, que oiga. Y ayer el resultado es que él no se dio cuenta que toda la marcha tenía un interruptor: él como presidente y su gobierno. Él no se enteró de eso. Necesitamos que el gobierno se entere y que si no se entera que sigamos con los cacerolazos y las manifestaciones pacíficas, diversas, alegres, festivas que constituyen una democracia más cercana a lo que nosotros queremos. Para el ciudadano: mantenerse activo, hasta que las cosas comiencen a cambiar. Mantenerse activo con la alergia, poniéndole onda y creatividad.
Iván Alexander Agreda Jamioy
(Indígena de la comunidad Kamsá, director de la Radio Waishanyá)
Creo que la marcha del 21 era una convocatoria en la que la mayor parte de los ciudadanos estaban esperando el momento, el escenario, para poder expresar el inconformismo que se tiene en todos los sectores y en todos los temas que deberían estar a favor de las minorías. Estamos hablando de las poblaciones campesinas, de los hermanos afro, de los hermanos campesinos y demás comunidades que habitan en este territorio. Creo que el tema está relacionado con las víctimas que están siendo reprimidas de forma violenta y hasta asesinados. Creo que es una forma de silenciar al pueblo. Pero creo que en la ciudades hay una guerra que no es a través de la guerra sino que también sucede por el dominio de los poderes políticos por no prestarle atención a la educación, pues las políticas son cada vez menos favorables en cuanto al acceso. Creo que el tema de salud, y con este gobierno, estamos muy mal en la atención. El tema de la cultura está muy olvidado. La lista es muy grande.
El 21 de este mes se vio de manera masiva que no estamos de acuerdo con el gobierno de Duque. Los medios de comunicación se enfocaron más en los disturbios, en lo que podría pasar a futuro. Ya lo estaban preparando. Son pocos los medios que realmente se enfocan en el sentido, en hablar de paz, en que se puede marchar en paz.
Yo sacaría unas conclusiones muy sencillas: en todo el territorio Nacional se vio reflejado el inconformismo. Que queremos que se sienten las partes, la oposición y que empecemos a escuchar, que tengamos esa voluntad de llegar a una conciliación de hacer cambios. Sé que es muy difícil pero toca. Que no maten más líderes sociales.
La otra cara de la que hay que hablar es que siempre van a tratar de entorpecer los procesos de las movilizaciones. Los medios se dedican a mostrar únicamente cuando hay un daño en cosas del Estado o cuando golpean a alguien del ESMAD, pero nunca muestran algo positivo. Creo que no muestran la realidad y que es una forma de manipular. La gente ya no cree en eso y tenemos muchos puntos a nuestros favor. Este encuentro entre pueblos fue un momento importante, no estamos haciendo un movimiento de partidos, sino más humano y ciudadano. Las clases sociales empiezan a ver que es necesario unirnos. Los procesos son lentos pero hay que llegar. Latinoamérica está en ese proceso y Colombia hace parte.
Por último también expresar a los colombianos que sigamos firmes, en pie de lucha. Estos procesos se logran siempre cuando tratamos desde la familia intentar entender, cuando usamos los medios alternativos correctos para que podamos tener más lecturas. Hay que leer, informarse. Y sobretodo tener paciencia y no dejarse llevar por la violencia. En el paro muchos sectores que demostraron que sí se puede hacer la movilización en paz. Hemos ganado un paso muy grande.
Adriana Lucía
(Música)
Construir, construir. Muchísimos marchamos porque queremos que el presidente abra un camino al diálogo, a la transformación, a nuevas reformas; que responda al momento que la historia le exige. Yo no marché por políticos. A mí no me representan los vándalos, sí los que construyen.
Toxicómano
(Muralista)
Yo pensaría que la jornada de ayer fue histórica, fueron muchísimos los que salieron y sentaron su voz de protesta. La gente está cansada ya de la corrupción, de las mentiras, de la politiquería, de la violencia y no quiere más. Le dejó claro un mensaje al gobierno: no quiere más. Ahora es por parte del gobierno que atienda los llamados de la ciudadanía y brinde soluciones. Que trate de aportar y de construir en este diálogo. Creo que si se hace el sordo, como al parecer lo hizo, la cosa continuará. La protesta se engrandecerá, llegará a otros lados y seguró se tornará más complicada.
El mensaje a todos los colombianos es que continuemos parados en la raya y si no estamos conformes con lo que está sucediendo, es protestar, de manera pacífica pero contundente. Y que ojalá el gobierno no se haga el sordo, escuche y brinde soluciones.
El sinsabor que me queda de la marcha es la propagación de los actos de vandalismo. Hay una cantidad de fotos y una cantidad de videos donde se nota que son los mismos policías que, infiltrados en estas protestas, luego quieren culpar a quienes marcharon. Ahí tiene que haber una investigación fuerte de cómo actúan estas mafias que se organizan para hacer estas cosas. Y aparte el atropello que siempre comete el ESMAD cuando hay este tipo de manifestaciones. Siempre hay casos de abuso, de mucha violencia que quedan impunes. Eso no puede pasar en una democracia. Ojalá los medios se enfoquen en buscar la raíz de ese asunto y se destape esa olla.
Javier Fonseca
(Cantante)
El análisis de lo de ayer es un poco complejo. Por un lado, por el lado nuestro, el musical y la comparsa que hicimos como manifestación en la que nos reunimos más de 300 personas inicialmente, y a la cual se fueron juntando músicos en el camino con sus instrumentos, fue algo muy hermoso. Fue tratar de compartir a la gente lo que hacemos todos los días: cantar, en la mayoría, cosas muy positivas, tratar de dar soluciones porque nosotros no queremos profundizar en problemas. Queremos dar soluciones y hacer aportes para que los problemas pasen. Así que la primera parte del día me pareció increíble, la unión entre músicos y artistas, porque no solo había músicos: había gente de teatro, de televisión, había gente animalista, ambientalista, gente preocupada por derechos humanos y por los líderes sociales sobretodo. Casi que diría que el tema de la paz nos interesa mucho a los músicos. Mi balance personal de la mañana es muy hermoso y muy positivo.
Después creo que el balance cambia porque no sé a quién no le conviene que estas muestras de paz sí fructifiquen, que la gente sí entienda que podemos miles de personas gritar y decir cosas sin irrespetar a los otros, porque hay un descontento que es una generalidad. Son diferentes los motivos, pero en algún punto esa inconformidad se vuelve común y hace que ideas de personas totalmente diferentes se unan en un bien común que es algo muy hermoso. El bien común en este caso es la paz, es la justicia, es la dignidad, es el respeto y es algo por lo cual trabajamos desde la música. Ya en horas de la tarde y parte de la noche fue muy terrible lo que se vio con los saqueos y violencia de ciertas protestas.
Pero después pasó nuevamente algo muy hermoso y es que la gente, las familias, cansadas de tantas cosas, se manifestaron nuevamente, sacaron su cacerola, que finalmente es un ruido que le puede incomodar el sueño a algunas personas, que puede incomodar de cierta forma a cierta gente, pero que también significa que algo está pasando y que las familias están cansadas. Entonces lo mejor sería que nuestros mandatarios, que el gobierno que hay realmente tuviera sentido común. Sería importante que no dieran discursos de violencia, sino que tratara de ser inteligente y mirara cómo soluciona tantas quejas comunes. Que son muchas, son muchísimas.
Algo que me parece lindo, que se debe resaltar, aunque no todo el mundo lo haga, es el tema de CityTV con su transmisión ininterrumpida mostrando qué estaba realmente aconteciendo en el paro y no quedándose solamente con las noticias negativas que pueden suceder. Hablaron de cosas bonitas, de cómo la gente se manifestó con alegría y respeto. Que esa es la función del periodista: no ser parcial y comunicar las cosas de buena manera. Los músicos seguiremos ahí en la resistencia de buena onda, de paz, de amor y de respeto.
Fabio Rubiano
(Dramaturgo)
Mi percepción de la jornada de ayer es muy sencilla. Primero, quedó claro que la estrategia del partido de gobierno, y de los cercanos, antes de las marchas, que andaban diciendo que quienes salían eran terroristas, eran pagos por el foro de São Paulo, o pagos por Venezuela, por Cuba, por el diablo, que era una marcha satánica, que por ridículas que fueran y mucha gente se las creyó, resultaron falsas. Que ayer quedó clarísimo que quienes marchábamos éramos ciudadanos y ciudadanas común y corrientes de todas las tendencias. Había de todo, menos gente violenta, que fuera en contra del país o de la economía. No. Estábamos gente que no éramos de extrema izquierda, que no queríamos imponer el comunismo como decían algunos, ni acabar con la iglesia. Éramos gente descontenta y la gente descontenta es de todas las corrientes, menos de la del partido de gobierno. Estábamos caminando en paz.
Hubo después actos vandálicos. Eso habría que investigarlo porque la gran mayoría de gente con la que estuvimos desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, que fueron los cacerolazos, no presentaron ninguna manifestación de violencia. La presencia de los vándalos, la presencia de la violencia contra estudiantes, de actos detestables, de encapuchados que no sabemos de qué lado son, resultan claramente reprochables.
Lo otro es que se preguntan por qué la gente estaba marchando. Pues como había un abanico tan amplio entonces usted coge cualquier tema: ¿A usted lo atienden bien cuando va con la EPS a un hospital? ¿Son humanamente sensibles a sus necesidades? ¿Estamos bien en educación? ¿Estámos bien en el desempleo que ha crecido? Había temas ya más complejos que son más difíciles de contestar en este análisis, lo que tiene que ver con la OCDE, por donde puede haber un enredo con decretos. Es un tema que habría que hablar con expertos. Pero la sensación general es que las cosas no andan bien, ni en buen trato, ni cuidado a los líderes sociales a quienes les debemos mucho, ni en educación, ni en empleo.
Tendríamos que enfocar los siguientes momentos en la consolidación de una verdadera paz. En respetar los acuerdos que se firmaron para que no siga renaciendo la violencia que se estaba extinguiendo desde el proceso. Eso es lo primero, queremos un país en paz. Luego ir punto por punto: la educación, los líderes sociales…
Mi mensaje es que los colombianos no piensen que protestar es un acto ilegal, eso se ve en la constitución, es legítimo. La ciudadanía tiene las garantías. No tiene garantías para destruir, que es otra cosa.
Héctor Buitrago
(Músico)
Nació la furia y este momento Latinoamericano, no sólo colombiano. Nos han pasado cosas muy sincrónicas con Aterciopelados, por llamarlo de una manera. Por ejemplo, cuando visitamos Cuba y sucede la muerte de Fidel, ahí decimos “por qué estamos acá en este momento”. Mucha sincronía. Ahora resulta que lanzamos esta canción en la ciudad de “La Furia” y es un momento muy intenso para Latinoamérica y para Colombia. Después de lo sucedido ayer con el Paro Nacional uno se conecta a veces con el inconsciente colectivo, pidiendo por un cambio, teniendo en cuenta la voz. Y bueno, llegó esa canción en ese momento.
N. Hardem
(Rapero)
Me encontré ayer y hoy sirviendo desde otras barricadas. Puede que sea un pajaso mental pero concluí que estaba resistiendo desde el mejor lugar que podía en ese momento, entregado. Pues puse toda mi energía en el canal al servicio de lo que creo que necesitamos, es afortunado pero espero que no sea gratuito, mucho menos inocuo. Gracias. Hay mucha valentía ahí fuera. El sábado estaremos en Medellín celebrando el encuentro que es el principio y el fin de mucho de lo que se pretende. Ojalá nos veamos, dialoguemos y se fortalezca el propósito: Paz y amor.
Mabiland
(Cantante)
Medellín me sorprendió, yo nunca había visto tanta gente en una marcha, en medio de tanta problemática. Fue muy lindo ver a la gente feliz por estar en las calles dando el mensaje. Me expresaron un par de frases como “nos han quitado todo, hasta el miedo”, entre muchos otros. Algunos muy cómicos, otros muy fuertes, de víctimas, números rojos tristes que nos duele como población. Pero ver a los taxistas, a la gente apoyando y gritando en contra del gobierno que ha sido una basura. No sé qué piensa el presidente, habló súper tarde. La policía actuando de una forma violenta.
Yo estoy feliz de que la gente salga a las calles pacíficamente a exigir. Cerca a la Universidad de Antioquia hubo actos de violencia pero son personas que aparecen y no hacen parte de los civiles. Colombia está en un momento muy bonito. Los artistas salieron, se manifestaron y se expresaron. Ya nos cansamos de tanta guerra y de seguir en una misma situación que no compete a un país que quiere paz. Yo soy feliz por lo que pasó en Medellín y por sus elecciones. Es un momento importante donde todos hablamos desde el arte, desde las marchas pacíficas.
Edson Velandia
(Músico)
La jornada de ayer fue una jornada positiva. Totalmente positiva desde todos los puntos de vista porque la mayoría del pueblo, la comunidad entera, salió a manifestarse, a demostrar que no se dejó amedrentar con todas las medidas que el gobierno quería imponer, de fuerza, de falsas noticias, tratando de minimizar el paro con informaciones falsas de movimientos anarquistas internacionales y cuanta cosa quisieron decir. Amenazando con noticias de acuartelamiento, de alerta total del ejército, de allanamientos a colectivos de comunicación y colectivos gráficos opositores.
Nada de eso logró achantar a la gente, sino que salimos con más fuerza a la calle a manifestarnos en una gran protesta, en un gran paro que fue absolutamente positivo, pacífico y que deja en entredicho la veracidad de las noticias de los medios masivos de los supuestos disturbios causados por supuestos vándalos que siempre dejan la sospecha que son infiltrados; que son gente que viene a sabotear una iniciativa comunitaria y cívica y que demostró que tiene mucho poder y que el gobierno de alguna manera tiene que justificar su mala labor y amplificar pequeños actos vandálicos, o más que vandálicos, de fuerza, que por muy fuertes que sean, ni siquiera puede llegar a rozar el 1 % o el 0,1 % de la magnitud que tiene un mal gobierno como este; o un mal sistema que no solo viene de ahora sino de 200 años, pero que con una coyuntura como esta urge tomar medidas y exigir cambios rotundos o una renuncia al presidente que sería lo más conveniente, porque ha demostrado que no tiene capacidad de gobernar. Todas sus medidas son impopulares, violan derechos.
Salen a decir que este gobierno no va a permitir la violencia porque la violencia causa dolor y el gobierno no ha hecho otra cosa que ejercer la violencia y permitirla. Casos como la agresión a las comunidades indígenas: ¿Por qué el presidente no ha salido a decir que no permitirá esos actos de violencia? ¿Por qué en ese caso no es vehemente y no se altera? ¿Por qué en ese caso no habla en favor de su pueblo? En cambio sale a decir y desunir a toda la gente haciéndole pensar que dentro de nosotros mismos estamos llenos de vándalos. Siempre hace responsable a la gente de a pie de los males del país. Pone al mismo nivel un cajero roto hecho por un manifestante, o por un muchacho, que un desfalco del erario público. Jamás podrá estar al mismo nivel.
Creo que lo que se viene es más grande, ayer fue un inicio y va para largo. Creo que el país va a tomar consciencia y necesitamos tomar la iniciativa, tomar el poder como debería ser en la democracia que pretendemos ser. Exigir y hacer un gobierno que realmente respete los derechos humanos, que realmente dignifique a su pueblo entero. Así que para mí y para toda la gente que ha participado en las manifestaciones el balance ha sido positivo y, lo más positivo, es lo que se está creando de manera cívica, el cacerolazo, por ejemplo. Muestra que tenemos conciencia política. Tenemos que seguir.
No hemos conocido la democracia más allá de un solo nombre. No se puede llamar democracia a un país donde ha habido las mayores desapariciones forzadas en América Latina, comparada con países donde ha habido dictaduras brutales como Chile o Argentina. Colombia supera, duplica, triplica, cuadriplica, las cifras de atentados contra los derechos humanos. Estamos lejos de ser una democracia pero muy cerca de empezar a construirla.
Gloria Susana Esquivel
(Escritora)
Para mí el análisis es que los medios de comunicación tradicionales están totalmente muertos. Los medios se dedicaron a infundir miedo y lo que se vio desde las 9 de la mañana fue toldas de gente, lo que demostró que las propaganda contra el miedo y la violencia y todas las narrativas que confunden protesta con vandalismo quedaron completamente descartadas.
Me parece que se vio el inmenso poder que tiene esta generación. La asistencia masiva de jóvenes con arengas, camisetas, pancartas, fue muy emocionante. Eso demuestra que es una generación que entiende perfectamente las cosas que están en riesgo si dejamos que estos gobiernos neoliberales sigan. Había jóvenes feministas, animalistas que estaban a favor de los indígenas, de las comunidades afro. Todos entendiendo muy bien su lugar político. Me pareció muy conmovedor y ese es el poder. Mi mensaje es ese, el que se hace evidente: que acá en Colombia hay un poder muy fuerte y que las cosas están cambiando y que a pesar de que quieran seguir metiéndonos en la cabeza que protestar es igual a vandalismo, no es así. Y nosotros seguiremos tronando nuestras pancartas y cacerolas hasta que ese señor Iván Duque se retire.
*Luego de lo sucedido en la tarde y noche del 22 de noviembre, con la declaración del toque de queda -hace cuarenta años no sucedía- es necesario hacer un llamado a la sensatez y la calma. El pánico no debe seducir nuestro actuar y la esperanza y el sentido de comunidad deben volverse la regla. Debemos unirnos. Son tiempos de cambio y es esencial entender que este proyecto, llamado Colombia, se construye con la mirada limpia y la mano extendida para decidir. Es momento de preguntarnos ¿qué es lo que queremos?