Alemania, fuente inagotable de sonidos
Antes de Kraftwerk, tal vez los ‘teutones electrónicos’ mas populares de nuestro tiempo, hubo varios compositores y productores musicales como Stockhausen, de quien ya hemos hablado y repasado algo de su historia, y de la importancia que tuvo para que la electrónica actual llegara a sonar como la conocemos ahora.
Si bien el Krautrock (corriente musical de rock experimental) da la sensación de estar alejado, por sonoridad fonética, a la música electrónica, la realidad es otra. El sintetizador fue un elemento primordial y principal a la hora de realizar las composiciones de los artistas que producían sonidos de Krautrock, y el sintetizador es también la base principal de la música electrónica.
Ralph Hüter de Kraftwerk lo definía de esta forma: “El sintetizador es un instrumento psicoanalítico, es un instrumento freudiano”.
Queremos recordar los sonidos rítmicos profundos de Neu, que parece, antes de ser pensados para tocarse, se hubieran dibujado. Hay que recordar su mítico disco “Hallogallo” (1972). También tenemos que mencionar y por qué no detenernos en el hipnótico y envolvente “pop” de Can, aunque cabe resaltar que esta banda tuvo finos coqueteos con música africana, latina, reggae, tango y otro sin número de géneros.
Otros músicos que dejaron su marca fueron Amon Düll II, los cósmicos Tangerine Dream y por su puesto Klaus Schulze.
Los alemanes no han estado totalmente de acuerdo con el término Krautrock, otorgado por algunos medios de comunicación ingleses que decidieron bautizar así la música que provenía de este sector de Europa y que no podía ser clasificada dentro de lo que ellos consideraban como rock.
Los sonidos producidos por estos y cientos de grupos más eran un caos frenético que desarticulaba la concepción ‘clásica’ de música anglosajona que hasta ese entonces se tenía.
Muchos de estos elementos sonoros fueron las bases para construir lo que hoy día es considerada como una de las principales potencias musicales electrónicas en el mundo. Alemania goza de un color particular en su música electrónica, muchas veces influenciada por el jazz, la música clásica, el pop y por supuesto, el Krautrock. Pero también es prioritario resaltar que la electrónica alemana tiene un sonido diferenciador según la zona en donde se haga. Mucho se ha hablado, aunque ahora con menos frecuencia, de las tonalidades oscuras de Berlín, de la sutileza de Colonia, de la ambigüedad de Hamburgo, del peso histórico de Dulseldorff… Lo cierto es que Alemania siempre ha establecido una relación casi automática entre el hombre y la tecnología. La razón y comprensión del lenguaje hombre–máquina hacen parte del binomio natural que desde hace décadas se ha desarrollado allí
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