'The Witcher', la adaptación de la saga literaria de Andrzej Sapkowski
En 1986, el autor de fantasía polaco Andrzej Sapkowski quedó de tercer lugar en el concurso de una revista literaria con un cuento titulado ‘Wiedźmin’, ‘The Witcher’ en inglés y ‘El brujo’ en español.
Treinta y cuatro (34) años más tarde, la saga de The Witcher incluye 8 libros, cómics, una de las series de videojuegos más exitosas de la última década y desde el pasado 20 de diciembre, una serie original de Netflix.
Lauren Schmidt Hissrich, escritora y productora de series como The West Wing, Daredevil y The Umbrella Academy, es ahora showrunner de la serie de ocho capítulos que cuenta con la actuación protagónica de Henry Cavill como Geralt de Rivia, mejor conocido como el carnicero de Blaviken, un cazador de monstruos que pertenece a una orden semi religiosa de solo hombres que son entrenados militarmente y mejorados físicamente por medio de mutaciones.
Las personas que conocen a Cavill por su actuación como Superman encontrarán a un actor mucho más maduro y seguro en sus expresiones y en la manera en cómo encarna el personaje. Los fanáticos de los libros y videojuegos encontrarán una fiel representación de Geralt: sarcástico, hermético, empático a momentos, pero generalmente brusco. Aunque el personaje no tiene un desarrollo profundo durante la temporada, a momentos se logra visibilizar el por qué de sus comportamientos y trayecto de vida.
El reparto principal lo completan Anya Chalotra como Yennefer de Vengerberg -una de las hechiceras más poderosas del mundo conocido y a quien vemos transformarse a través de la serie y de lo que aparentan ser décadas para llegar a su posición de poder- y Freya Allan como la princesa Cirilla, huérfana por una guerra desgarradora y en cuyas manos se empieza a tejer el destino del continente donde se desarrolla la trama durante el transcurso de dos semanas cruciales en su vida.
Es en este punto donde empiezan a aparecer algunos problemas narrativos. Las tres líneas de tiempo muestran períodos de diferente longitud y entre cada capítulo vemos saltos en el tiempo hacia adelante pero también hacia atrás sin ningún tipo de recurso que ayude al espectador, sin contar con que los personajes de Geralt y Yennefer tienen vidas extraordinariamente largas en las que no aparentan envejecer. La única manera de darse cuenta de los saltos y el paso del tiempo es cuando tres capítulos después del inicio de temporada nos reencontramos con personajes que vimos morir al inicio.
Adicionalmente, las locaciones (visualmente maravillosas) dejan un mal sabor al no comprenderse el contexto general geográfico en el que se encuentran. Años de tener mapas de sagas como ‘El Señor de los Anillos’ o por ejemplo al inicio de cada capítulo de ‘Juego de Tronos’, tal vez nos mal acostumbraron, pero sí hacen falta en The Witcher, al menos para entender las dimensiones de los reinos e imperios, sus locaciones y el contexto geopolítico de la trama.
Aparte de estos problemas, la escritura de la serie y las actuaciones son bastante sólidas y están acompañadas de excelentes efectos visuales, una dirección de arte con vestuarios, locaciones y maquillaje del más alto nivel, además de una banda sonora memorable, la cual cuenta con algunas canciones que compone Jaskier, el bardo que acompaña a Geralt en muchas de sus aventuras.
La serie ha sido bien recibida, en especial por la audiencia (Netflix menciona que fue una de las series más vistas en 2019) y por el autor de la saga, que ha mencionado la representación de Cavill como uno de los logros de la adaptación.
Ya hay planes para una segunda temporada que será lanzada en 2021, pero por lo pronto, podemos disfrutar de las aventuras de Geralt, Yennefer y Ciri en la plataforma de Netflix.