Margaret Thatcher en “The Crown”: ¿villana o heroína?
La nueva temporada de “The Crown”, la serie que visita los momentos más importantes del reinado de la Reina Isabel II del Reino Unido, ha sido motivo para revivir varios personajes históricos. Y a pesar de que los creadores de la serie, de la mano con Netflix, promocionaron la cuarta temporada con la aparición de Lady Di, hay otro personaje que ha llamado la atención: se trata de Margaret Thatcher, la Dama de hierro.
Gillian Anderson (“Los expedientes secretos X”, “Sex education”) ha sido la responsable de encarnar a Thatcher, una figura fuerte cuya relación con la Reina Isabel fue motivo de controversia.
Hay quienes piensan que la actuación de la actriz es magistral, mientras otros aseguran que su interpretación es caricaturesca. Lo cierto es que su aparición revivió la historia de la polémica figura política. Revisemos algo de su historia.
Margaret Thatcher nació el 13 de octubre de 1925 en Grantham, norte de Inglaterra, hija de una familia de modestos recursos. Química y abogada. En 1959 fue elegida como miembro del Parlamento británico después de una gran campaña en las elecciones generales. Se posicionó en el cargo de Primera Ministra del Reino Unido el 4 de mayo de 1979, convirtiéndose en la primera mujer en obtener este cargo.
De Thatcher se dicen muchas cosas, que en sus 11 años de mandato solo ascendió a su gabinete a una mujer y que estuvo en contravía de las clases más pobres, terminando con programas sociales y manteniendo siempre una pésima relación con los sindicatos, por lo que la pobreza y la inequidad fueron algunas de las consecuencias de su mandato; desató una guerra contra Argentina por las Malvinas; tuvo una relación cercana relación con el dictador chileno Augusto Pinochet, que se hizo más notoria cuando éste estuvo detenido en Londres, en 1999.
Los conservadores preservan de ella la imagen de una líder nata y poderosa cuyos logros fueron claves para el país. De otro lado, muchos movimientos feministas coinciden en que su éxito no significó precisamente un avance para el movimiento y las mujeres. En una columna publicada en The Guardian en el 2013, la periodista Hadley Freman asegura que “El éxito de una mujer no significa un paso adelante para las mujeres. Lejos de 'romper el techo de cristal', Thatcher lo atravesó y tiró de la escalera detrás de ella”.
Si bien en la serie se dan varios visos de esa personalidad, hay quienes piensan que “The Crown” ha humanizado demasiado a la política, logrando borrar muchas de sus fallas. En una reseña de la Revista Times sobre la serie, la escritora Eliana Dockterman, evidencia que la serie se enfoca en mostrar el lado sensible de Thatcher, tal vez con las finalidad de reinvidicarla concluyendo que “Pintar un brillo feminista sobre sus políticas dañinas confunde nuestra comprensión de los derechos de las mujeres. Thatcher, por ejemplo, habría odiado que la llamaran feminista, y en ese punto, al menos, habría tenido razón”.
Lo cierto es que la serie logra, con méritos, hacer una revisión a algunos de los momentos claves de la primera ministra y dar visos de los altibajos que tuvo con la monarquía a causa de sus políticas.
Si bien en esta cuarta temporada se presenta a una Thatcher que se debilita y llora frente a la Reina, no deja de mostrarse como una mujer recia que prefiere a los hombres por encima de las mujeres y que no da el brazo a torcer.