Las canciones de la Vecindad, un homenaje a Roberto Gómez Bolaños
Por: Jaime Andrés Monsalve / @jamonsalve
Algunos de los más frescos recuerdos de nuestra infancia tienen como protagonistas, no podía ser de otra manera, al “primer súpercomediante de la televisión humorística”, Chespirito. Y de entre las disparatadas situaciones diarias en la Vencindad, se hace imposible no recordar los infortunados intentos de sus protagonistas por convertirse en músicos. Como en aquella oportunidad en que el Profesor Jirafales y Don Ramón tratan de darle clases de guitarra a Quico y al Chavo, respectivamente, por supuesto sin fruto alguno más que alguna guitarra rota y una que otra cachetada. O como en aquella otra en que por iniciativa propia, los dos niños, junto con La Chilindrina, deciden armarse de una matraca, una guitarra de juguete y una batería hecha de ollas (literalmente una batería de cocina) para hacer con ello un ruido que pese a lo lejos de estar de la armonía, ellos denominan música.
Curiosamente el tema de la música en El Chavo no es de gran recurrencia a lo largo de la serie. De alguna manera, parece que los productores estaban tan interesados en el tema como el propio Chavo, quien en una clase termina hablando del “Padre Whisky” cuando le preguntan por el compositor Paderewski. Sin embargo, hay capítulos donde todas las situaciones cómicas se hacían secundarias frente a un cierre monumental, con don Roberto Gómez Bolaños y su elenco cantando algunas canciones que ya son clásicas a la hora de recordar a El Chavo.
Aquí están cinco de las mejores canciones de esa inolvidable serie televisiva, a propósito del natalicio del genio creador de El Chapulín Colorado, Los Chifladitos y Los Caquitos.
5. Payasos
Una bella apología al oficio de hacer reír, en el que tan bien se especializó Roberto Gómez Bolaños. Parte de un capítulo de El Chapulín Colorado de 1978.
4. Churin churin fun flais
Una histórica frase comodín convertida en canción. Todavía resulta de utilidad salirle al paso a alguna pregunta incómoda, una cobrada de plata inoportuna o un reclamo inesperado, respondiendo “churin churin fun flais”.
3. Los cursis
El amor casi platónico e inocente entre Doña Florinda y el Profesor Jirafales tuvo su banda sonora a ritmo de bolero, como tenía que ser. Una simpática canción para contestarle los chismosos, creada en rima esdrújula, lo que seguramente dificultó su composición.
2. Las brujas
Aunque sugerimos no intentarlo en casa, la presente es la fórmula mágica por medio de la cual La Bruja del 71, en la parodia de Blanca Nieves y los Siete Enanitos, puede convertirlo a uno en cosas tan terribles como “en baba de caracol o en patín usado… en cronista de fútbol o en abogado”.
1. Qué bonita vecindad
No podía ser otro el número uno de este listado. Un homenaje a las raídas paredes de ladrillo de la vecindad, en el que El Chavo cuenta en cada verso quién es quién en su linda vecindad.