‘Johnny Vs. Amber’, una historia de amores tóxicos, memes y redes sociales
Todo el mundo fue testigo. Literalmente, el juicio de Johnny Depp y Amber Heard fue uno de los pocos de la historia que se transmitió en vivo y en directo y le dio la vuelta al mundo para ser visto por miles de espectadores que participaron activamente en las discusiones de redes sociales. Aquí era evidente que quienes entraban en estas dinámicas generalmente tomaban un bando y esto rápidamente se convirtió en una guerra digital desenfrenada que, dicen varios, influyó en los tribunales.
Así lo deja ver una de las últimas producciones de HBO Max: Johnny Vs. Amber: el último juicio que ojo, no es su serie homónima Johnny Vs. Amber, centrada principalmente en la demanda del protagonista de la franquicia de Piratas del Caribe.
Dividida en dos capítulos, esta miniserie, en cambio, da cuenta de dos versiones de la misma historia: la del actor y la de la actriz, en donde con testimonios, audios y narraciones conocemos del lado de cada uno, relatos de un amor tóxico lleno de violencias, golpes, insultos, manipulación y un juego de poder basado en la fama, los fans y las redes sociales.
Aquí la decisión es comenzar por el relato de Johnny, quien en los tribunales decide de la mano de un grupo de abogados, contar su historia con las drogas. Cuenta que desde niño, para soportar el dolor de una familia disfuncional y una madre violenta, empieza a tomar un sedante de ella. Esto da paso a relatos empáticos que le restan importancia a un grave problema de consumo de drogas y trago por parte del actor relacionado también a ataques de ira y explosión. Acá, estos se centran más bien en lo carismático del artista, aunque hay videos, audios y hasta mensajes de Whatsapp en donde este se dice, en tono de “chiste”, que quiere ahogar y quemar a Amber o hasta tener sexo con su cadáver después de muerta.
Poco a poco también se revelan actos violentos de ella hacia él, en donde constantemente lo tacha de ser un niño, un idiota, un bebé inmaduro o donde por ejemplo, se muestra cómo le rompe un dedo con una botella de vodka después de una icónica pelea que tienen en Australia y que es materia de análisis en los tribunales. Acá se muestra una Amber irascible y errática, pero también una mujer que se atrevió a hablar y que es víctima de un sistema patriarcal que la culpa por “hundir” al actor y que se burla constantemente de ella en redes sociales por “destruir” la vida de un ídolo.
Para no revelar muchos más detalles, lo clave de esta producción es entender que el relato es bastante complejo y muestra evidencia de ambas partes de una relación abusiva, donde está normalizada la ira y la violencia y la manipulación siempre está presente.
Temas como el papel de las redes sociales y su alianza con el litigio estratégico por parte de los abogados de Depp dejan una sensación desesperanzadora frente a la poca ética del derecho, en donde la manipulación de las masas a través de un supuesto “periodismo de internet” que no corrobora los hechos y solo réplica por lo que se paga, son urgentes de revisar.
También cómo la participación de una ciudadanía influenciada por esa maquinaria mediática sesgada es indispensable para entender una decisión como la resultante en el caso de Johnny Depp y Amber Heard, en donde a pesar de que se les prohibió a los jueces revisar redes sociales, es evidente que estaban influenciados por una narrativa colectiva.
Y aunque esto de ninguna manera es un motivo para no condenar o ir a fondo de la violencia de pareja, sí debería sentar un precedente sobre los alcances del derecho y advertirnos a todos como sociedad que detrás de un meme, muchas veces hay violencias y maquinarias tan grandes que no nos alcanzamos ni a imaginar.
Aquí pueden ver el adelanto de esta producción: