El reto de reabrir La Casa de Papel según su director Álex Pina
"Nunca imaginamos nada así, es absolutamente impensable. Para nosotros fue muy emocionante, pero lo vimos con cierto sentido del humor, porque cuando ves que en Arabia Saudí están poniendo banderas de tu serie sabes que algo se está volviendo realmente loco", esas fueron las primeras palabras de Álex Pina durante la presentación de Smart Films, el festival de cine hecho con celular que se lleva a cabo en la ciudad de Bogotá.
Estas palabras, seguro repetidas cientos de veces a manera de redención personal y como una dosis de realidad expresan en la cara de este cineasta y realizador español que sabe la responsabilidad que carga a sus espaldas, y sobre todo el impacto que generó en el mundo entero con su historia.
Pina es la mente detrás de series como El Barco, Vis a Vis y su más reciente éxito La Casa de Papel, una serie hecha para la cadena española Antena 3 sin mayores pretensiones que la que capturar la atención del público ibérico pero que sin saberlo, terminó convirtiéndose en un fenómeno mundial que ya va para su tercera temporada.
"Predecir cosas así es imposible, porque vivimos en una mole de ficción y lo único que tratas es de diferenciarte, de buscar una identidad bien construída. Desde la carta de color que usas, que en La Casa de Papel es rojo, pequeñas cosas así te hacen único", asegura el director español, quien también hace énfasis en la importancia de la construcción de identidad.
"Yo lo que busco es hacer cosas diferentes. Hoy en día el espectador le dedica muchísimas horas al consumo de la ficción con lo cual intentamos hacer siempre algo que no hayan visto o que tenga una forma diferente de contar. Creo que eso es lo que se busca en un mundo en el que estamos tan rodeados de ficción".
En su cara se nota que dice la verdad, que en efecto no veía venir todo el revolcón profesional y personal que trajo la serie, en especial porque hay ciertas cosas que no se planean y resultan generando un vínculo único con la audiencia, de hecho, según el director, si se planearan, estarían condenadas al fracaso.
"Nunca tienes ningún tipo de control sobre cómo la gente se va a enganchar con lo que piensas. Nosotros nos tardamos mucho tiempo eligiendo la máscada de la cara de Dalí pero no nos imaginábamos que fuera a llegar a donde ha llegado y muchos menos lo que sucedió con Bella Ciao que era una canción de los partisanos italianos durante la segunda guerra mundial y que hoy en día Steve Aoki, uno de los djs más importantes del mundo la use para cerrar sus shows", cuenta.
Ahora el reto que se le viene encima es continuar esta historia que en un principio, y como todos los que la vimos podemos notar, se cerró. En el pasado mes de abril, Erick Barmack, vicepresidente de Producción Original Internacional de Netflix, sorprendió anunciando que en el 2019 llegarán nueve capítulos nuevos a cargo del creador de la serie Álex Pina y que sólo se podrá ver en la plataforma.
"La Casa de Papel estuvo complicada durante mucho tiempo, como sabéis tiene dos partes y en principio iba a quedar cerrada, así que nos dedicamos mucho tiempo a pensar cómo abrir la casa. Era un reto muy grande, porque la mayor respondabilidad que teníamos y tenemos era a no defraudar al público que la ha pasado muy bien y había vivido un viaje muy poderoso", contó durante su visita a Colombia, Álex Pina.
El desafío es enorme, no sólo por los millones de ojos que tiene encima, sino porque ciertamente construyó un universo muy conciso, redondo, con personajes cuyos arcos de transformación son de admirar, un ejemplo es el de el detestable Berlín que pasa de villano a héroe sin que nos demos cuenta. Desde lo narrativo y la historia misma el reto es enorme, sin embargo, Pina tiene a su favor lo bien construídos que están cada uno de los personajes.
"El gran reto era no ser incoherentes con la historia que habíamos contado y eso era muy complicado porque claro teníamos una banda de millonarios, así que reunir a esos tipos era algo complicado. Solo había una razón que podía hacerlos reunir y esa razón tenía que ser emocional. Dedicamos dos meses metidos en una sala dedicados a buscar cuál podía ser esa razón. La encontramos y le dijimos a Netflix: creemos que no vamos a defraudar con eso y comenzamos", asegura.
A su favor hay que decir que está todo el monstruo corporativo y empresarial que es Netflix, empresa de la que se sienten respaldados: "Nos da muchísima estabilidad y libertad creativa, algo que viene muy bien en este negocio. Poder llevar a cabo una idea desde el principio hasta el final sin que la idea misma se pervierta es una fortuna y es parte del acuerdo al que hemos llegado y nos da bastante tranquilidad".
Aunque no lo parecía en un principio, pues su final es muy redondo, La Casa de Papel tiene mucho más para decir y se vuelve a abrir para una tercera temporada en la que no hay certezas de nada y en la que a diferencia de otras series, cuesta imaginarse el camino a recorrer. ¿Qué sucederá? Ya lo veremos.