11.22.63, lo nuevo de Stephen King
La más reciente adaptación televisiva de Stephen King demuestra que las grandes uniones creativas traen consigo resultados reveladores
Si usted pudiera viajar en el tiempo para detener un evento en la historia de la humanidad ¿Qué época y lugar tendría como destino?
Tal vez para algunos el 22 de noviembre de 1963 signifique nada, pero para la historia de los Estados Unidos resulta sumamente importante debido al asesinato de , John F. Kennedy, tema que durante años ha sido motivo de discusión y objeto de diversas revisiones; gracias a los múltiples estudios en diferentes campos donde inclusive han propuesto que el evento fue una conspiración desarrollada por los extraterrestres.
Stephen King, quien para aquel momento era un simple joven de diecisiete años, vivió el acontecimiento fijándose en diversas perspectivas sociales, y los recuerdos deambularían en su mente hasta consolidarse como una idea concreta en 1971 para ser desarrollada años después, ya que la consideró merecedora de una investigación profunda desde múltiples ángulos generando diversas hipótesis en caso de que este asesinato nunca hubiese ocurrido.
Fue así como el 8 de noviembre de 2011 King publicó 22/11/63, una novela de viajes en el tiempo que se convirtió automáticamente en Best Seller llamando la atención de múltiples realizadores atraídos por desarrollar una adaptación. Esa línea la pisó Jonathan Demme (El Silencio de los inocentes), quien se interesó por crear una versión para la pantalla grande pero nunca se dio por diferencias creativas con el propio autor. Finalmente la Warner Brothers en conjunto con Bad Robot Productions, se embarcó en un proyecto digno de las nuevas tecnologías y plataformas de televisión actuales, en donde como un equipo de ensueño, J.J. Abrams y Stephen King unieron fuerzas como productores ejecutivos al lado del inigualable talento actoral de James Franco.
La historia nos ubica en la vida de Jake Epping, un brillante profesor de literatura que está pasando por un complicado proceso de separación y descubre que su amigo Al Templeton, propietario de una cafetería en el poblado de Lisbon, Estado de Meine, puede viajar en el tiempo y se traslada al 21 de Octubre de 1960 a través de un armario.. Las cosas se tornan desafiantes cuando Al le pide a Jake que viaje al pasado para detener el asesinato del presidente John F. Kennedy (22 de noviembre de 1963) argumentando que si ese evento no ocurre, la historia de la humanidad llegaría a ser más próspera en muchos aspectos.
Como todo relato de Stephen King, la realidad histórica es permeada por la ficción y lo sobrenatural. Este viaje en el tiempo tiene una regla importante: siempre que se cruza por el armario se llegará al mismo punto del 21 de Octubre de 1960, entablando una relación proporcional donde por cada año que se transcurra en el pasado, durante el presente solo habrá pasado un minuto; sin embargo, si se hacen cambios en el pasado que alteren la continuidad del futuro regresando al presente no se podrá volver cruzar por el armario, ya que toda modificación será reiniciada, por ende, el viajero regresaría a ese mismo punto de inflexión en 1960.
A diferencia del argumento original del libro, aquí descubrimos algunas variaciones en favor de crear un producto atractivo para televisión. Entre los elementos más asombrosos encontramos que al estilo “Abrams” en series como Lost y Fringe, este viaje en el tiempo empieza a tener manifestaciones sobrenaturales, donde el mismísimo Espacio-Tiempo trata de impedir que se cambie el curso de la historia creando una atmosfera en que los obstáculos no solamente provienen de los misterios sin resolver de la vida real, sino también de los enigmas que trae consigo aquel portal.
Por otro lado, nos topamos con el estilo “King” y la historia se fusiona de una manera brillante con la ficción, abordando un discurso y una crítica social de manera implícita, visibilizando situaciones como la ansiedad del presidente ideal, la corrupción política, la violencia intrafamiliar, el machismo, el patriotismo, el racismo, la guerra de fría, Vietnam, el crimen organizado y hasta el bullying. Todo visto a través de los ojos de un hombre proveniente del futuro, en donde para bien o para mal la sociedad piensa de manera distinta.
Ver esta serie es motivo de alegría y satisfacción, una unión creativa sin igual que con todos estos elementos descritos, evoca la magia que transmitían series de televisión como Dimensión Desconocida, Twin Peaks y la maravillosa Historias Asombrosas de Steven Spielberg. A esto debemos sumarle el nuevo y desarrollado sentido de hacer series televisivas, donde creando cine para la pantalla chica, todos estos eventos se irán encadenando en un laberinto sin salida que seguramente lo tendrá atrapado a la espera de un nuevo episodio.
Sobre el reparto no se pueden dar mejores referencias, encontramos por ejemplo a Chris Cooper, quien con su elegancia encarna un personaje clave en toda esta historia de viajes en el tiempo. Josh Duhamel (recordado por Transformers y Battle Creek) colabora para entablar otros arcos argumentales dentro de la historia principal. Y el gran James Franco que con el paso de los años ha ido adquiriendo una notoria madurez artística, demuestra ser bastante versátil a la hora de interpretar papeles para todo tipo de producción.
La amplia literatura de Stephen King ha sido adaptada a gran cantidad de series de televisión, dando por resultado tanto producciones mediocres, como importantes adaptaciones que logran condensar su poética de manera certera. 11.22.63 se adhiere triunfalmente a ese listado, compartiendo estantería con otros seriados como It, The Stand y Under The Dome.