Nadie regresa con su sonido bestial
El rock colombiano está de júbilo por el regreso a los escenarios de una de sus bandas más queridas: los creadores de himnos generacionales como Emilio dice, A punto de vomitar y Me sabe a sangre el corazón.
Han pasado 8 años desde el último concierto de Nadie en 2009 pero ese silencio acabó… ¡El anhelado regreso terminó con el retorno a los escenarios en 2017!
Este retorno se iniciará en Altavoz Fest y ha sido tal el impacto que no exageramos al decir que Nadie es la banda cabeza de cartel.
Repasemos la trayectoria. Desde sus comienzos en abril de 1994, Nadie ha planteado un viaje donde el punk (su escuela), el hard core, el ska, el rocanrol e incluso el reggae, han sido su sello, con letras existencialistas (Lo que no se olvida), ambientalistas (Otro estado de conciencia), sociopolíticas (A punto de vomitar), de lucha (Aquí estamos), liberadoras (Rompiendo el karma), entre otros temas que con los años se han edificado como himnos de vida del rock colombiano.
Son cinco placas discográficas y dos compilados: Nadie (1997), su disco debut con tufillo colegial y punk callejero sin decoros; Carne Trémula (2002): el tránsito a la consolidación de un sonido propio con aires de punk español y letras intimistas, donde el saxofón y la trompeta también sonaron; Me sabe a sangre el corazón (2003), la placa que recogió semillas de su disco anterior para madurar un matiz crudo y directo; incluyó un documental, dos videoclips y fotos: una placa multimedia, sui generis en un tiempo donde no existía ni Youtube ni Facebook; Verdades y mentiras (2006), el disco que rompió los moldes con invitados como David Rivera de Tenebrarum y Alex Oquendo de Masacre: una banda punk invitando dos referentes del metal; fue una colección de canciones con personalidad que tradujo un sonido cavilado y visceral; por último, Monólogos de un perro con bozal (2009), el más reciente larga duración antes de silenciarse la banda; según Julián Velásquez, un compedio de tracks que “no fue comprendido en la época”. Los dos compilados fueron un disco que reunía Carne Trémula y Me sabe a sangre el corazón (2004) y el otro, un grandes éxitos titulado Los mejores ruidos de Nadie (2006).
Con toques en Perú, pasando por Rock al Parque (Bogotá), Altavoz Fest, el FFF de Ecuador y Manizales Grita Rock, entre muchos otros, compartiendo escenario con bandas como Misfits, Los Violadores de Argentina, Cadena Perpetua y Attaque 77, además de shows memorables como la celebración de sus 10 años en Seven & Eleven (2004) y el primer toque oficial de Ilegales de España en Medellín (Templo Antonia, 2006); su último recital como banda activa fue el 10 de octubre de 2009 en el Festival Internacional Altavoz (llamado así para época). Esa vez se despidieron sin que nadie lo presumiera; aquel día que estuvo pasado por agua en la noche, compartieron escenario con Grito, Frankie ha muerto, La pestilencia, Kreator, Exodus y Masacre...
Y es en ese mismo festival pero en 2017 cuando la banda regresa a los escenarios con una fanaticada de la vieja guardia que clamaba por verlos en vivo y, a su vez, una nueva generación que ha pogueado canciones como Emilio dice, Me ahogo en cemento, Todo bien, Soy una película o Sonido bestial, una fanaticada que ha soñado el pogo en uno de sus conciertos.
En este regreso, la banda está conformada por dos de sus miembros originales, Julián Velásquez (guitarra y voz) y Juan David Márquez (bajo y voz); y junto a ellos están: Alejandro Gómez “Limón” en la batería y Jorge Tobón en el saxofón – estos últimos, integrantes del grupo Militantex-; Felipe Correa, baterista oficial del grupo hasta el disco Verdades y metiras, no estará en este regreso por compromisos con su banda Los espíritus de Argentina.
Nadie y su legado
Hay algo claro: Nadie le inyectó poética a sus canciones. En palabras de Fernando Puerta, amigo de la banda y realizador de varios de sus videoclips, “marcaron un precedente tanto musical como lírico, no solo en el punk sino en el rock, se convirtieron en una banda de culto, apostaron al concepto, querían sonar bien y dejaban atrás esa vieja idea punkie donde no importaba sonar desafinado o no saber tocar”.
Eso lo refuerza Julián Velasquéz cuando dice: “no nos subíamos a un escenario borrachos o drogados, respetábamos lo que hacíamos y a la gente que nos iba a ver; queríamos sonar bien y nos salimos del propotipo”.
Y es que la banda se desmarcó y lo hizo con estilo: música bien ejecutada, letras cuidadas, rabia y denuncia en conjunto pero sin caer en el lugar común; como complemento fundamental, dos voces que se acompañaban y respaldaban musicalmente como cuando lo hacen un hermano de sangre que perciben a su compañero de cuarto alicaído. En las canciones Julián y Juanda escupían voces a veces furiosas o lasceradas, rasgadas y enérgicas pero eran siempre cómplices, se conocían y eran soporte la una de la otra.
En el audiovisual, cuando en Medellín se popularizaron los programas de videoclips en los canales regionales (Musinet en Teleantioquia; Radio U y luego El conteo en Canal U, además de programas especializados en canales de cable –un privilegio de pocos en 2002-), la banda marcó la pauta con Carne Trémula y Emilio dice; según Fernando Puerta, “fue la primera banda de punk en Medellín en hacer un videoclip”. Experimentaron en aquella época con stopmotion, animación graficada y efectos visuales digitales, todo en el videoclip de Emilio dice, una de sus canciones más aplaudidas y que seguro sonorá en la presentación de Altavoz Fest.
En esa búsqueda de identidad propia, sí que lo hicieron también desde lo lírico y lo sonoro; compusieron canciones que soltaban cual pesadilla que partía en dos las emociones; además, compusieron melodías que iban desarrollando como quien cuenta un cuento y va destapando sus personajes; un ejemplo contundente es la canción Lo que no se olvida, una joya que abre con un riff acompañado de exquisitas líneas recitadas para luego explotar en una verdadera oda existencial para poguear:
“He buscado ya por dentro
No me encuentro donde estoy
Me sumerjo en el dolor
Que se consume la razón….
Son palabras que vienen y van como filos de cuchilla
Que me cortan la respiración
Y me calientan la sangre… Y no se olvida"
Y esa canción es apenas una de las tarareadas por cientos de personas en diferentes lugares del país y que han perforado el vientre de muchos con sus letras; a la anterior y las ya mencionadas, se suman Lobo, Quiero saber, Cultura, Puntos adyacentes y Supositorio.
Como sea, este fin de semana en Medellín se materializará uno de los regresos más esperados del rock colombiano en Altavoz Fest, una banda que creció entre el público y que sin duda, en parte gracias a la web social, fue redescubierta por muchos, sumado a canciones que nunca han dejado de emitirse en programas especilizados, en bares y claro, en nuestra programación y en el Concierto Radiónica donde ofrecieron también uno de sus ultimos recitales en 2009, año en el que asimismo participaron en el compilado Radiónica Vol. 2.
#Datónico El show en Altavoz Fest será el sábado 4 de noviembre de 2017 a las 6:15 de la tarde en el Escenario Principal, cancha del Estadio Cincuentenario, contiguo a la Estación Universidad del Metro de Medellín. Entrada libre.
¡Nadie ha regresado y grabarán nuevas canciones antes de terminar 2017! Están de vuelta para ocupar su merecido lugar en el rock colombiano.