Las tradiciones en el teatro barranquillero
Las comunidades occidentales, a lo largo de la historia han estigmatizado la menstruación femenina, especialmente en su primera etapa. Esa mirada con que se oculta, incomoda y guarda como si de algo prohibido se tratara, expone a las niñas a la discriminación desde muy temprana edad. La falta de educación y la mitificación del desarrollo juvenil puede llevarnos a aborrecer el propio cuerpo, a conflictuar con nosotras mismas, todo ello derivado de la desigualdad de género.
Por eso, cuando se re-encuentran las historias ancestrales que enaltecen este proceso natural del cuerpo como una de las etapas más importantes de la vida, magnificándolo, glorificándolo incluso, es satisfactorio reconocer a los ancestros de etnias colombianas siendo parte de ello. A partir de allí la vida cambia, las implicaciones culturales que ello trae consigo son inimaginables.
Asürülaa: el último encierro, una puesta en escena del colectivo teatral “La tropa de Melquiades”, nos narra la historia del encierro de una joven wayúu.
El encierro es un rito que se practica con la llegada de la primera menstruación y en el que el cuidado del cuerpo y de la dieta son esenciales. Madres y abuelas hablan con las niñas wayuu desde los 8 años sobre el significado de pasar de niña a mujer, con el fin de garantizar que se cumpla con el ritual del encierro y todas las prácticas asociadas una vez se advierta que el sangrado vendrá pronto.
En la obra de teatro la joven es reunida con su madre, su abuela y demás mujeres cercanas de su comunidad. En medio de bailes, colores y música, la puesta en escena presenta cómo este periodo, casi siempre satanizado en otras sociedades, es aprovechado para reunir a miembros femeninos de la familia, sus saberes ancestrales, la simbología de sus manifestaciones culturales y las enseñanzas que en esta fase de la vida se promueven comunitariamente.
Durante este rito de paso, que puede durar de seis meses a un año y es contado en soles, lunas y noches, las niñas aprenden el significado de ser mujer a través de las técnicas de tejido, así como el valor y la sensatez de la mujer wayuu.
Esta puesta en escena, que surge como deriva de la comparsa teatral “Supuna Jieyuu, camino de mujeres”, realizada por “La Tropa de Melquiades” durante los carnavales de 2019 y 2020, recrea el encuentro de un grupo de mujeres ancestrales, procedentes de diversas culturas, que se reúnen ante la inminente extinción del rito del “encierro de la señorita” en la comunidad wayuu. Acuden por el anuncio de que la última niña de la etnia wayuu, criada de manera tradicional por su abuela, entrará al encierro ritual previo a su iniciación en la vida adulta como mujer, lo que además significará su empoderamiento como ícono del pensamiento, los saberes, la fuerza y la resistencia femenina de su raza.
Esta pieza de teatro fue escrita y dirigida por el maestro Manuel Sánchez e incorpora versos de poetas guajiros, como Vito Apüshana, Ramón Paz Ipuana y Carlos Daniel Prieto, así como un poema de la escritora nicaraguense Gioconda Belli, y un tema musical de la cantautora Laura Ramírez Ocampo. El elenco de La Tropa de Melquiades está integrado por las actrices Oniris Bonilla, Yurileth Bonilla, Yully Martín, Vicky Osorio, Ingrid Palma, Paula Castillo, Zoila Sotomayor, Gilma Escobar, Diana Flores y Angelín Coronell. La musicalización de la pieza está a cargo de Domingo Sánchez, director musical.
La obra, ganadora de Beca de Creación “Juglares 2021”, otorgada por el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura, hace parte de las puestas en escena en rotación de la Sala Luneta 50.