La pintura corporal como legado cultural
El ser humano, desde el inicio de los tiempos y a través de distintas comunidades en el mundo, ha demostrado la necesidad de auto decorarse como una forma de expresión propia. Del mismo modo que otros seres vivos, la humanidad identifica la belleza desde distintas perspectivas, destacando algunas facciones, recurriendo a accesorios o adornos de diferentes tamaños, formas, materiales y colores.
Algunas de estas manifestaciones estéticas suelen ser permanentes, como los tatuajes. Pero muchas de estas ilustraciones tienen sus antecedentes en las pinturas corporales y faciales de los pueblos indígenas que conservan sus representaciones culturales, a través de un lenguaje no verbal, importantísimo en la conexión con los antepasados.
La pintura corporal es el método de expresión del cuerpo más antiguo que se conoce, su origen se remonta a la prehistoria y desde el principio se la ha relacionado con grupos y ceremonias tribales. Pero, este tipo de decoraciones no se limita a hacer lucir a un grupo poblacional más “bello”, sino que también permite transmitir y expresar el origen, la cultura, estatus social, procedencia familiar y mucho más.
Ese es el caso del Acheepa o pintura facial de la comunidad Wayúu, en la Guajira colombiana.
A pesar de que el arte corporal del tatuaje es tan antiguo como las pinturas corporales, en la cultura wayúu ambas difieren, pues solo algunos jóvenes se tatúan el emblema del clan familiar, siempre decorado con otras figuras, sin ser este un rasgo característico de la tradición.
El acheepa al igual que muchas de las tradiciones de los wayuu, está inspirada en la naturaleza, imitando en sus figuras animales y objetos.
La conexión con la naturaleza
Desde los inicios de la tradición del Acheepa se ha utilizado la espiral como principal elemento característico debido a que representa la vida del ser Wayúu, el origen y recorrido de su vida, indicando que sea cual sea el camino que tome el Wayúu nunca olvidará su origen. También, se pueden incluir pequeños puntos a los diseños, que representan el paso de la muerte, los cuales se incluyen teniendo en cuenta la estrecha relación dentro de la cultura entre lo natural y lo místico.
El acheepa como maquillaje es utilizado de manera cotidiana, como protector solar, también de manera creativa y en la ritualidad, por ejemplo, en eventos tradicionales como La Yonna (danza tradicional), rituales de sueño, entre otros.
Para las mujeres, estás figuras se dan en forma de espirales como símbolo de lo femenino y para los hombres son figuras lineales como símbolo de masculinidad.
“Las espirales en el rostro de la mujer varían de acuerdo con la edad de quien lo lleve plasmado, entre mayor edad tenga la mujer más círculos componen la espiral, como representación de la longevidad y recorrido de cada persona, así por ejemplo las mujeres adultas tienen una mayor cantidad de líneas en espiral y si en caso contrario es una niña la espiral es más corta, y se les plasman diseños especiales y de menor complejidad, como son espirales representativas de los cerros o las múcuras, la flor de la ahuyama y las alas de mariposa, entre otros”, comentan Betty Martínez y Primeria Barros líderes del Colectivo Mujer Wayúu.
De igual manera, los hombres Wayúu utilizan acheepa, sin embargo, este maquillaje es más sutil y menos elaborado, para estas figuras se realizan trazos lineales, representativos de Juyaa (lluvia, deidad masculina de la cosmogonía Wayúu), rayos, garras de animales, entre otros.
Precisamente, para conocer más al respecto, conversamos con Luis Fuenmayor, que nos cuenta en detalle sobre esta tradición. “Para nosotros un de las expresiones más grandes de la espiritualidad y de la sabiduría del mundo, está depositada en la mujer como transmisora de la vida. De allí que la pintura facial tenga esa estrecha relación con la pintura de vasijas. Las pinturas que se hacen en las cerámicas, también se hacen en el rostro para conservar la conexión con el entorno, con la naturaleza y con la madre tierra”, puntualiza.
El maquillaje corporal de la comunidad Wayúu reflejada en sus rostros, expresa una conexión con sus antepasados y los símbolos para imitar la naturaleza.
Distintos tipos de pigmentos y de representaciones hacia los entornos se observan en este lenguaje estético de la comunidad. Uno de ellos es el protector solar o paipai que se extrae de las esporas de los hongos. Para la pintura recreativa se usa Uliisha, el cual se puede obtener de una piedra ubicada en arroyos, este mineral es principalmente de uso medicinal. Y en el caso de la ritualidad se utiliza el paliise o Bija roja.
Por su parte, la coloración de tonos rojizos que se da en las pinturas faciales, representa la vitalidad y lo sagrado. “Tener estas pinturas representa que nuestra sangre roja sigue cubriendo nuestro cuerpo activo, es estar protegidos por la sangre roja de la naturaleza, de la madre tierra. De esta manera, celebramos la vida y garantizamos nuestra perpetuidad en el tiempo”, agrega Luis Fuenmayor.
El acheepa sin duda seguirá vivo en la piel y la tradición Wayúu durante siglos.
En Radiónica exploramos el mundo de la pintura corporal y los tatuajes en convergencia con Canal Institucional en el programa La Palabra, todos los sábados a las 8:00 p.m. Los invitamos a conocer más sobre esta tradición aquí: