El Blues de la Parranda no solo se oye, también se lee
Fusionar blues con música parrandera seguramente no era una idea frecuente en la mente de los músicos en general, y al no serlo, resulta original hoy el proyecto que hizo posible el encuentro de dos artistas provenientes de las montañas del Eje cafetero.
El Blues de la Parranda, del que hacen parte los músicos Carlos Elliot Jr y Rubiel Pinillo, con una cabeza conceptual detrás a cargo de la Fundación Músicas en Albor, es el proyecto que enmarca la fusión de estas dos vertientes musicales que a simple vista nada tienen en común, pero que al detenerse en cada una de ellas, las semejanzas resultan tan evidentes como sugestivas.
Ambas se definen como músicas campesinas que llevan a cuestas el legado del arduo trabajo en plantaciones de algodón o café, dependiendo desde qué orilla o país se le mire, con musas de inspiración que surgen del diario vivir, de las anécdotas de amor y desamor, así como de la esperanza y la desesperanza.
El resultado de este enuentro surge entonces de diversos sucesos que tienen en común el blues y la música parrandera, algo excéntrico, sí, agradable entre cafe, amigos, ríos y montañas. El disco El Blues de la Parranda (2018) cuenta con 10 canciones que le cantan a la cotidianidad, a las anécdotas y a los personajes de una vereda llamada La Florida en zona rural de la ciudad de Pereira, en el departamento de Risaralda, y que se presenta como lugar de encuentro entre Carlos Elliot Jr, quien ha trascendido de su territorio de origen y se ha adentrado hasta el Mississippi, territorio fiel del Blues, y Rubiel Pinillo, cantautor y trovador de músicas campesinas y tradicionales antioqueñas.
La producción del disco estuvo a cargo de Bobby Gentilo, grabado en Pereira entre septiembre del 2017 y febrero de 2018, y contó además con la participación de Sebastián Gómez en el bajo y coros, Carlos Andrés Hernández en la guacharaca y coros, y Eduardo Oviedo en la batería.
Pero no siendo suficiente, y como parte del proyecto auspiciado por la Fundación Músicas en Albor, que nace con el ánimo de apoyar y dejar memoria de las músicas que florecen en los rincones de América Latina, se produjo un libro que condensa parte de la inspiración, la descripción del lugar de encuentro y las historias detrás de los músicos como complemento investigativo y de comunicación para con el mundo. El libro, en 88 páginas, con fotografías de Jess Ar, ilustraciones y diagramación de María Isabel Isaza Echeverry, investigación de Gustavo Colorado Grisales, y la dirección editorial de Alejandro Patiño, contó con escritores invitados como Gustavo Acosta Vinasco y Jaime Andrés Monsalve.
Estamos pues frente a una pieza de lujo, un libro - CD cuya producción enriqueció a los artistas involucrados tanto a nivel personal como artístico, y que dejó como resultado una ganancia cultural inigualable. En palabras de Rubiel Pinillo: “Esto fue una experiencia nueva y bonita en mi carrera, una que me hace sentir feliz y agradecido. Todo se dio de forma natural, sabiéndonos oír, y entendiendo lo que cada uno hacía. Es una medicina, como dice Carlos, uno ve la gente contenta, bailando, la gente queda feliz, esto que entregamos es una música feliz”.
Como simples espectadores podríamos calificar dicho encuentro musical con sutiles adjetivos. Habrá a quienes les parezca atractivo, como habrá otros que simplemente no lo encuentren así, y eso está bien. Sin embargo lo que no se le puede negar a El Blues de la Parranda es el virtuosismo que lograron sus músicos tanto en composición como en interpretación, pues es casi imposible detectar alguna nota o rima forzada y sin sentido a lo largo de sus diez canciones.
“De este proyecto me queda mucha experiencia. Me queda un gran aprendizaje de don Rubiel, de su composición, de sus historias, y de toda esta exploración de música que se sintió en el estudio y en el en vivo. Me queda todo ese espíritu del compartir que se sintió con todos los muchachos, de esa forma natural y honesta en la que nos encontramos, eso es lo que me queda de este Blues de la Parranda”, detalla Carlos Elliot.
Durante el lanzamiento del Libro – disco que se llevó a cabo en la ciudad de Pereira, también se unió el lanzamiento del videoclip, Miguelito, una canción homenaje a uno de los personajes más icónicos que tiene la vereda La Florida, un hombre sabio del poder curativo de las plantas al que “todos por aprecio le dicen miguelito”.
“Si allá en el gallinero un zorro te hace daño
Miguel les da barato un rezo pa’ todo el año
Y si algo de la suerte también quiere saber
Si le formula un baño acéptele también”.
La producción estuvo a cargo de Beto Briceño y se utilizaron imágenes del primer concierto que Rubiel y Carlos ofrecieron de “El Blues de la Parranda” en el corregimiento de La Florida en el mes de diciembre de 2018. Sin actores ni pretensiones, la vereda va contando también su historia.