Celebramos el primer aniversario de las Emisoras para la Paz
Si miramos con detalle aún somos un país de formas radiales. No solo porque, según el Ecar (Estudio Continuo de Audiencia Radial), el 55 % de los colombianos sigue considerando este medio su principal fuente de información y entretenimiento, sino porque las formas que muchas veces oímos en otros medios vienen de la radio. Ese estilo narrativo, tan característico en el fútbol colombiano, que cuenta cada acto que sucede en el campo, viene de cuando el deporte más que ser visto era escuchado. Los ejemplos pueden ser varios.
Para Dora Brausin, Subgerente de Radio RTVC Sistema de Medios Públicos, las razones que motivaron el ingreso de la radio aquí en Colombia, bajo la necesidad de “unir al país superando nuestras dificultades geográficas, hoy existen todavía”. Y así, de tantos años conviviendo con él, este medio hace que esta sea parte de nuestra cultura y tradición. Se transmite generacionalmente y casi todos tenemos a alguien en la familia que nos introdujo en el mundo radiofónico.
También ha sido un medio de vanguardia, versátil, que ha ido con las transformaciones tecnológicas y sigue generando contenidos a través de las páginas web, redes, aplicaciones, que dan respuesta a necesidades reales y concretas que tiene hoy el país. “Somos orales y musicales y la radio es un medio muy fuerte para manifestar esto”, explica Brausin.
Quizás por esta misma vigorosidad, fue un medio que jugó un papel protagónico en el marco del Acuerdo de Paz de La Habana. En varios apartes de este, se hizo énfasis en la necesidad de fortalecer procesos educativos para las personas que trabajan en este medio en la zona rural, en fortalecer las radios comunitarias, en generar más espacios de radiodifusión o en garantizar la inclusión de diferentes poblaciones. Y en lo que compete a RTVC, en el punto 6.5 del acuerdo final entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, se propuso crear 20 Emisoras para la Paz que, en su etapa inicial, entrarían a ser parte de la radio del Estado colombiano.
En 2019, el 23 de junio en Chaparral (Tolima) y el 4 de julio en Ituango (Antioquia), nacieron las primeras dos y están por cumpliendo por estos días su primer aniversario. Se trata de emisoras de Clase C, es decir que cubren un municipio o un territorio claramente delimitado, que han garantizado un espacio para organizaciones sociales, grupos étnicos y todas las poblaciones que se denominan en condiciones de vulnerabilidad.
Superada la incertidumbre causada por los muchos imaginarios que surgieron alrededor de las Emisoras para la Paz, y cuando se ha tenido como resultado una dinámica de confianza con el territorio, con las autoridades y con las comunidades, para Dora Brausin son principalmente tres cosas las que se pueden destacar:
- Las emisoras hoy son punto de encuentro en sus territorios, son punto de referencia. Se han convertido en un espacio donde la comunidad llega, donde los artistas saben que pueden presentar sus propuestas musicales y los gestores culturales pueden contar de sus proyectos.
- Han sido un medio que ha hecho posible visibilizar historias de resiliencia, de emprendimiento, de esperanza. Han aportado al optimismo y a la fe en que se puede vivir mejor, se puede estar en mejores condiciones y que desde el diálogo y la palabra construimos y tejemos una mejor sociedad.
- Tanto al interior de ellas como hacia afuera, se han podido construir proyectos desde la diversidad que somos. También si participamos activamente o no en el conflicto, si fuimos víctimas o no; si simplemente estuvimos ahí. Así están conformadas y así están creando contenidos. Las diferentes experiencias de memoria, ideologías o visiones se han traducido en historias incluyentes y de calidad.
Y mientras se festeja este primer aniversario, la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación de los Acuerdos de Paz, aprobó seis nuevos puntos geográficos para la instalación de nuevas emisoras de paz en los siguientes municipios: Algeciras (Huila), Florida (Valle), Bojayá (Chocó), Arauquita (Arauca), Puerto Leguízamo (Putumayo) y El Tambo (Cauca). Y según el consejero presidencial para la estabilización, Emilio Archila, tendrán un alcance de 5 kilovatios y también serán coordinadas por RTVC.
Para Dora Brausin, la experiencia con las dos primeras emisoras ha enseñado que se debe confiar aún más en las comunidades y en toda la institucionalidad: “De entrada vamos a comenzar con unas horas de programación mucho más amplias que con la proporción de horas con las que se empezó en Ituango y Chaparral”, explica la Subgerente. Y así, abriendo las emisoras para que las comunidades las sientan propias y sigan siendo un punto de encuentro de los territorios, de las comunidades, y que se hagan “visible los talentos, los saberes, las memorias, las historias, los sueños, los planes, el trabajo que se está realizando. Estas emisoras pueden ser un eje importante para el desarrollo de la comunidades”, señala Brausin .
Recordemos que, según el acuerdo y la política de Paz con Legalidad, la meta de contar con 20 emisoras de paz se cumple en el año 2026.