"Recordemos que no solo tenemos sonidos afrocolombianos"
Alejo Monroy de ENePEI entrevistó a Frank Forero de Velo de Oza en este nuevo #BandasEnCuestión.
En #BandasEnCuestión, agrupaciones colombianas similares, pero de caminos diferentes, se entrevistan mutuamente. Sus preguntas son libres, nosotros solo somos espectadores.
ENePEI y Velo de Oza, viejos conocidos, llevan años buscando por su cuenta un estilo rockero que para algunos es raro y para otros ingenioso -o a veces difícil de entender-, pero que tiene una misma visión: vestir al rock de campesino, abrigándolo con ruana y folclor andino, a la vez metiéndole rebeldía a la carranga y otros ritmos autóctonos, cantándole a la tradición con actitud y caña.
El rock de acá, es un hecho, ha convivido inevitablemente (y afortunadamente) con la riqueza musical también de acá, valga la redundancia. Bien sea andina, afrocolombiana o costeña, desde Genesis hasta Atercipelados, es clara la influencia de nuestra música y cultura en la forma en que pensamos el rock.
¿De qué otra forma podría ser?. Desligarlo de nosotros mismos, esperando que imite sus orígenes en Estados Unidos, o sus mutaciones en el Reino Unido y Europa, o que florezca como en Argentina luego de una dictadura, nos llevaría a un debate interminable.
Y el rock colombiano, aunque ha logrado en muchos casos ser una mezcla exitosa y única de lo propio con lo foráneo, sigue siendo el que menos invitan a bailar a la fiesta; el que siempre parece el nuevo del paseo. Las razones, muchas, pero el rock en Colombia, de acá o de afuera, ha calado muy poco en nuestra cultura más autóctona, y no ha gestado un movimiento de base más allá de la locura de pocos que son, en últimas, quienes se lo han inventado por su cuenta, experimentando.
ENePEi y Velo de Oza, son de esos locos que en vez de batas de laboratorio hacen sus experimentos con ruana: country, blues, rock y guitarra électrica con guacharaca, requinto y sanjuanero (Velo de Oza incluso tiene patrocinio "ruanístico" de una asociación de artesanos de Villa de Leyva, Boyacá).
Si lo que hacen es o no rock colombiano "de verdad", por sonar más a lo de acá que a lo de allá, no importa, que se discuta en otros escenarios. Ellos los llaman "rock de la tierrita" y sale. A buen entendedor pocas palabras.
#BandasEnCuestión presenta entonces a Frank Forero (foto; voz y guitarra de Velo de Oza) charlando con Alejo Monroy (voz y guitarra de ENePEI) de los gajes del oficio, de las cosas más mundanas de hacer carrangarock como pogear con ruana, ingeniárselas para hacer sonar el requinto más arriba de la distorsión de las guitarras, o sobre la receta perfecta entre rock y folclor. Estos y otros dilemas solventaron estos dos músicos, en medio incluso, de una invitación para cuadrar "un cotejo de tejo".
Vuelve el rock vestido de ruana, tocado con instrumentos "extraños" como el requinto y la guacharaca. Llegó el turno de responder para Velo de Oza. (lean la primera parte).
Alejo Monroy (AM): ¿Cuándo fue la primera vez que escucharon, ENePEI?
Velo de Oza (VDO): En un evento organizado por Yamaha, buscando un guitarrista para patrocinar, que se hizo en Ozzy Bar. Ahí escuchamos la presentación de "Juane" de ENePEI, indagamos por la banda, y desde ese momento tenemos gran admiración por su buena música.
AM: ¿Cómo hacen para qué el requinto suene parejo al volumen de las guitarras eléctricas?
VDO: Se le sube (risas). En la carranga el requinto hace mucha melodía y eso lo hace notar bastante. De por sí es un instrumento brillante que le gusta hacerse notar. Se juega con la ecualización para ayudar.
AM: ¿Qué opinan de las bandas cuyo sonido pretende ser más foráneo que local?
VDO: Cada quien puede hacer lo que le plazca. Lo que no nos gusta es que busquen imitar como una copia fiel. En Colombia tenemos una diversidad cultural brutal, eso puede ser una ventaja competitiva en el mundo para cualquier banda de acá, pero prefieren imitar para complacer a unos pocos; es una visión corta. Nos falta consciencia sobre nuestra diferencia e identidad. Como consumimos masiva e insistentemente extranjerismos, ya nuestros prototipos de sueños son de afuera, e igual creemos que no trascienden. Es decir, los Sex Pistols tuvieron su momento y su contexto, The Beatles igual...y así con todas, aportaron a modelos, pero no como punto de llegada si no de partida.
AM: ¿Nos pueden dar el dato de la persona qué les fabrica las ruanas?
VDO: Somos patrocinados por una asociación de artesanos boyacenses llamada Asocrecemos, en Villa de Leyva. También pueden verlas en nuestros conciertos o por internet.
AM: ¿Por qué Velo de Oza no tiene un guacharaquero?
VDO: Sí lo tiene, de hecho tenemos dos. La cosa es que por temas de tiempo no siempre pueden ir a los conciertos. Ya saben ustedes cómo es el lío con una banda.
Velo de Oza. Foto: Facebook.
¿Cuándo nos echamos un cotejo (cotejo de tejo)?
VDO: Cuando digan, aunque deben tener cuidado con las cabezas...por las mechas.
AM: ¿Qué tanto arriesgan "creativamente" a la hora de la composición? Es decir, hay una muy pequeña línea entre las propuestas geniales y las cosas qué no pasan de ser un blooper de YouTube...
VDO: Hacemos lo que sale. No tenemos limitaciones a nivel sonoro. La parte lírica sí tiene un lineamiento claro, ligado a lo que pretendemos con la música, que no es más que inyectar energía a la gente y cambiar lo que nos genera inconformismo. Cantamos al “antidespecho”, porque estamos mamados de tanto despecho, o más bien a la actitud que asumen los despechados. Intentamos llevar coplas que inviten al amor propio, a la autogestión, a la vida, al optimismo. Creemos que es lo que falta que ronde en los oídos de la gente; y las mezclamos con música de acá, porque somos fans de nuestra identidad sonora que suele ser opacada por los sonidos de "allá". Es una forma de unir lo de acá con lo de allá, sirviendo se nexo multigeneracional y multicultural.
AM: ¿Si fuera por "cucharaditas de hueso", cómo sería la cantidad correcta de mezcla entre rock y folclor?
VDO: Si quiere échele rap o si quiere algo de jazz, pero carranga y rock and roll no pueden faltar. A eso agréguele siempre "quereme", como todo en la vida.
AM: ¿Han escuchado alguna nueva propuesta de "rock de acá"?
VDO: En realidad hablar de rock de acá, podría verse, por encima, que toda banda que ensaye en Colombia es de acá. Pero falta crear un sello propio con intenciones, de lo contrario no deja ser algo sin trascendencia. No se trata de popularidad, se trata de qué tanto aporta sumercé al mundo con lo que hace. Propuestas como Aterciopelados y Andrea Echeverry, han sido indudablemente los abanderados de esto. Lo que hacemos nosotros, también ENePEI, y otras agrupaciones enamoradas de la música tradicional del centro del país, es valioso por transformar esos sonidos y llevarlos a otros escenarios. Recordemos que no solo tenemos sonidos afrocolombianos, que es lo que más se conoce en el mundo de nuestra música tradicional. Este es un país de muchos estilos musicales refundidos para muchos, entre otras cosas por la poca difusión de los medios. Colombia es carranga, bambuco, torbellino, vallenato, cumbia y mucho más. Entre los recomendados con sonidos de acá, diriamos que Los Rumbambuquiando, que son más carranga, pero tristemente tampoco hemos escuchado muchas propuestas nuevas.
AM: ¿Para la integridad física del participante en uno de sus conciertos es conveniente "moshear" (poguear) con ruana?
VDO: Justo y necesario. Es la hora del rock and roll de la tierrita.