Un nuevo estudio sobre el ciclo menstrual y la vacuna contra el COVID-19
Aunque antes de esta nueva investigación científica varias mujeres afirmaban sentir más cólicos y cambios en el sangrado, este estudio, el más grande hasta la fecha y que no se centra solo en mujeres cisgénero, muestra que casi la mitad de las participantes que menstruaban con regularidad en el momento de la encuesta tuvieron un sangrado más abundante durante sus periodos, tras recibir la vacuna. Este también dejó ver que otras personas que no solían menstruar, como los hombres transgénero, las personas que tomaban anticonceptivos y las mujeres posmenopáusicas, también experimentaron un sangrado inusual.
Y es que es clave decir que a pesar de que las vacunas han evitado en gran medida la muerte y la enfermedad con pocos efectos secundarios, ya se conoce información que muestra que hubo cambios en el ciclo menstrual de varias personas después de vacunarse.
Fueron investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis quienes distribuyeron en abril de 2021 una encuesta en línea a miles de personas de todo el mundo. Después de tres meses, analizaron más de 39.000 respuestas de personas de entre 18 y 80 años sobre sus ciclos menstruales. Todas las personas que respondieron a la encuesta habían sido vacunadas en su totalidad, con las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
De esta forma, la investigación publicada en la revista Science Advances, muestra que el 42 por ciento de las personas con ciclos menstruales regulares experimentaron un sangrado más abundante después de la vacunación, mientras que el 44 por ciento no informó de ningún cambio y el 14 por ciento informó de períodos más ligeros. “Además, el 39 por ciento de las encuestadas con tratamientos hormonales de afirmación de género, el 71 por ciento de las personas con anticonceptivos de acción prolongada y el 66 por ciento de las mujeres posmenopáusicas experimentaron un sangrado intermitente después de una o ambas vacunas”, explica The New York Times.
De acuerdo a Katharine Lee, antropóloga biológica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, y primera autora del estudio, quien fue entrevistada por el mismo medio, esto no debería significar un motivo de angustia. “Creo que es importante que la gente sepa que esto puede ocurrir, para que no se asuste, no se escandalice y no se quede sin provisiones”, dijo.
El nuevo estudio también encontró que algunos grupos poblacionales pueden ser más propensos a experimentar cambios menstruales y el estudio puede ayudarles a estar mejor preparados. “Por ejemplo, es más probable que el flujo menstrual sea más abundante en las personas de más edad. Las encuestadas que utilizaban anticonceptivos hormonales, que habían estado embarazadas en el pasado o a las que se les había diagnosticado una enfermedad reproductiva como la endometriosis, los fibromas o el síndrome de ovario poliquístico también eran más propensas a tener un sangrado más abundante durante sus períodos. Las personas que se identificaban como hispanas o latinas también tendían a presentar un sangrado más abundante. Y las personas que experimentaron otros efectos secundarios de las vacunas, como fiebre o fatiga, también tuvieron una mayor probabilidad de experimentar períodos erráticos”, dice el medio.
“Nuestros ciclos menstruales no son relojes perfectos”, le dijo Alison Edelman, al New York Times. Ella, quien es profesora de obstetricia y ginecología de la Oregon Health & Science University y que también ha estudiado el impacto de las vacunas para la COVID-19 en la menstruación, explicó que las hormonas segregadas por el hipotálamo, la hipófisis y los ovarios regulan el ciclo mensual, y pueden verse afectadas por factores tanto internos como externos.
El endometrio, que recubre el útero y se desprende durante la menstruación, también se ha relacionado con el sistema inmunitario. “Debido al papel que desempeña en la remodelación del tejido uterino y en la protección contra los agentes patógenos, es posible que cuando las vacunas activan el sistema inmunitario, que es lo que deberían hacer, también desencadenan de algún modo efectos secundarios en el endometrio, lo que provoca una alteración del ciclo menstrual”, dijo Edelman.
En su investigación, la científica descubrió que los periodos de algunas mujeres duraban uno o dos más de lo habitual después de vacunarse, pero afirmó que estos eran temporales: la menstruación solía volver a la normalidad después de uno o dos ciclos.
Este mismo argumento nos lo explicó Sandra Velez, ginecóloga obstetra, Master en Bioética y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia enfocada también en asuntos de salud pública, quien dijo que a pesar de que se han presentado cambios que ya han sido revisados por la ciencia hay que sopesar esto ante una crisis inminente de salud pública.
“Hasta la fecha los datos son para que uno esté tranquilo, para no desanimarse frente a la vacunación ya que son cambios reversibles y hay que sopesar el riesgo y el beneficio de la decisión de vacunarse o no. Creo que se trata de poner en una balanza el hecho de que la vacuna puede causar una alteración menstrual o de que la vacuna me puede ayudar a evitar un desenlace fatal. La alteración menstrual es reversible, no tiene ninguna consecuencia y no me voy a morir, pero si me da un Covid grave, es una lotería”, dijo en su momento.