¿Por qué el Parlamento de Japón está redefiniendo el concepto de violación?
En Japón se está debatiendo un proyecto de ley histórico para reformar las leyes de agresión sexual. Se trata, tal como lo evidenció una investigación de la BBC, de una iniciativa que propone una serie de cambios y el más significativo de ellos, tiene que ver con la redefinición del concepto de violación. Según la ley japonesa, esta se define actualmente como una "relación sexual forzada", pero con este proyecto busca definirse como una "relación sexual no consensuada".
Al día de hoy, explica el mismo medio, la ley define la violación como una relación sexual o actos indecentes cometidos "por la fuerza", "mediante agresión o intimidación" o aprovechando el "estado de inconsciencia de una persona o su incapacidad de resistirse".
Sin embargo, el concepto no coincide con el de muchos otros países que la definen de manera más amplia: como cualquier relación sexual o acto sexual no consentido, donde no significa no.
Así, casos como el de le joven no binarie, Megumi Okano dejan ver lo problemático de esta definición que da paso a la arbitrariedad judicial y a la impunidad. Días después de vivir una violación, Okano optó por no denunciar a su agresor a pesar de que conocía su paradero. Esto porque luego de estudiar la legislación, concluyó que la policía no consideraría el suceso como una violación y que el atacante saldría impune.
Megumi, agrega el medio, cuenta que estaba viendo televisión con su compañero cuando él comenzó a hacerle insinuaciones sexuales, por lo que le dijo "no". Fue entonces cuando comenzó el ataque y los dos "lucharon" por un rato, antes de que Megumi se congelara y dejara de resistir.
Esta es una respuesta bien documentada a un ataque que muchas veces no está cubierta por la ley en la actualidad, según activistas. Luego de analizar detenidamente el código penal y los precedentes del caso, Megumi, abogade de profesión, afirma que se dio cuenta de que lo que había sucedido no cumpliría con los estándares judiciales de "agresión e intimidación".
Este ejemplo, de acuerdo a activistas, deja ver cómo la ley actual de Japón disuade a las víctimas de denunciar agresiones sexuales. El problema, dicen, es que estrecha definición ha llevado a que fiscales y jueces interpreten la ley a su parecer y a que se perpetúe una cultura de escepticismo que disuade a los sobrevivientes de denunciar las violencias de las que son víctimas.
En Japón, solo un tercio de los casos reconocidos como violación resultan en procesos legales, pero ha habido un descontento generalizado con miles de opiniones de ciudadanos que están a favor de un cambio.
De hecho después de varios casos que quedaron impunes en 2019, surgió una iniciativa conocida como Flower Demo, para mostrar solidaridad con los sobrevivientes de agresiones sexuales. Varios activistas afirman que este proyecto junto con #MeToo ayudaron a impulsar la conversación nacional sobre la agresión sexual y una reforma legal.
Como parte del proyecto de ley también se establecieron escenarios en los que es difícil para la víctima "formar, expresar o cumplir una intención de no dar su consentimiento". También se incluyen “situaciones en las que la víctima está intoxicada con alcohol o drogas; o sujeta a violencia o amenazas; o está "asustada o asombrada"”, dice la investigación.
Sin embargo, algunos han pedido más claridad sobre los escenarios, diciendo que están redactados de manera demasiado ambigua. Y aunque todavía no hay un consenso, de ser aprobadas, las reformas marcarían una victoria para aquellos que han presionado durante mucho tiempo por un cambio y por abrir una discusión honesta sobre los límites del consentimiento.