Pastelazos, robos y ácido, los ataques que ha sufrido la Mona Lisa
Algo tiene la sonrisa de Mona Lisa que fascina a la gente. El pequeño y misterioso cuadro de una mujer aún desconocida es una de las obras de arte más visitadas, fotografiadas, reproducidas y curiosamente atacadas del mundo. El más reciente ataque sucedió el domingo 29 de mayo, cuando un hombre joven disfrazado de una mujer anciana en silla de ruedas, le lanzó un pedazo de pastel y cuando fue escoltado fuera del Museo del Louvre gritó varias consignas relacionadas con la defensa del medio ambiente.
En este caso, vimos un activista buscando llamar la atención sobre uno de los problemas más importantes de la agenda política del mundo, a través de una acción algo polémica pero seguro muy llamativa. Y esta no es la primera vez que algo así pasa.
Can anybody translate what ole dude was saying as they where escorting him out?? pic.twitter.com/Uy2taZ4ZMm
— Lukeee? (@lukeXC2002) May 29, 2022
El robo del cuadro
El 22 de agosto de 1911 el museo amaneció sin una de sus piezas más importantes. La Gioconda había desaparecido y no se supo dónde estuvo por dos años. Mientras tanto, los curiosos fueron al Louvre para visitar el espacio vacío como recreando la famosa frase de “ver para creer”, que el cuadro más famoso del arte renacentista había desaparecido.
Este robo hizo que la obra se convirtiera en el gran fenómeno que es ahora y finalmente fue recuperada en Florencia donde Vincenzo Peruggia, un extrabajador del museo, intentó venderlo. Por suerte no sufrió ningún daño. Luego durante la Segunda Guerra Mundial, el museo escondió la Mona Lisa en distintas partes de Francia, para evitar que fuera usurpado por los nazis.
Los daños que sufrió el cuadro
En 1956 el cuadro fue atacado dos veces y esto afectó su estructura. El primero fue una rociadura de ácido que afectó parte de la estructura de madera sobre la que reposa el óleo. Debido a esto el museo puso un cristal protector, pero un hombre lanzó una piedra que rompió el vidrio y dañó uno de los brazos de la Gioconda.
Los ataques de protesta
Para asegurar la integridad de esta invaluable obra, un vidrió blindado protege el cuadro el cual ha servido para que distintas personas llamen la atención a través de ataques a la pintura. En 1974, La Mona Lisa fue exhibida en el Museo Nacional de Tokio, donde una mujer cubrió la estructura con pintura roja en forma de protesta contra las políticas del museo que limitaban el acceso a las personas en condición de discapacidad.
Luego de eso, para evitar más problemas, se decidió que la obra nunca más saldría del Louvre. Pero igual en 2009 una mujer rusa lanzó una taza contra el cuadro, aparentement, para quejarse de que el gobierno francés le negó la ciudadanía y ahora el pastelazo que cubrió de crema la sonrisa más enigmática de la historia del arte occidental.