Nueva Zelanda prohíbe la “terapia de conversión” para personas LGBTI
La “terapia de conversión” busca cambiar o suprimir la orientación sexual o la identidad de género de las personas LGBTI, pero ya mucho se han denunciado estas prácticas que causan un daño grave a nivel psicológico y unas heridas difíciles de sanar.
Por eso, es de celebrar este logro del país oceánico que tiene una nueva legislación que tipifica como delito cualquier terapia de conversión o práctica a una persona menor de 18 años o a una persona que "carezca, total o parcialmente, de la capacidad de comprender la naturaleza y prever las consecuencias de las decisiones con respecto a asuntos relacionados con su salud o bienestar”.
La nueva normativa además tipifica como delito toda práctica de conversión que cause “daño grave” a una persona sin importar su edad, siendo esto sancionable con hasta cinco años de cárcel.
Todos menos ocho parlamentarios nacionales votaron para poner fin a las prácticas. Este proyecto tuvo muchísimo apoyo y más aportes públicos que otros en la historia de Nueva Zelanda. Así pues, el gobierno recibió 107.000 presentaciones públicas sobre la legislación. Entre ellas, la de Shaneel Lal, cofundador de Conversion Therapy Action Group, un proyecto desde el cual ha abogado por la prohibición de estas prácticas durante años.
"Este es un gran día para las comunidades arcoíris de Nueva Zelanda", dijo el martes el ministro de justicia Kris Faafoi. "Las prácticas de conversión no tienen cabida en la Nueva Zelanda moderna", agregó.
Por su parte Grant Robertson, el viceprimer ministro del país, afirmó: "A todos aquellos que se han visto afectados por prácticas de conversión o intentos de realizarlas, queremos decirles que esta legislación es para ustedes. No podemos traerlos de regreso, no podemos deshacer todo el daño, pero podemos asegurarnos que las generaciones por venir, tengan todo el apoyo, el amor y la protección al daño de aquellos que buscan tratar de impedir que seamos quienes somos".