Una noche para desvestir el alma a través de la música en 'Desnudando el bolero'
“Un día
después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
te tomaré en mis brazos
un día después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
si después de la guerra tengo brazos
y te haré con amor el amor
un día después de la guerra
si hay guerra
si después de la guerra hay un día
si después de la guerra hay amor
y si hay con qué hacer el amor”
Jotamario Arbeláez
Entre el bolero y el nadaísmo hay una relación íntima. Entregados al instinto y al placer, ambos comparten una sensibilidad profunda hacia las emociones humanas, especialmente al amor, el desamor, la soledad y la pasión. De ahí que unirlos en una noche dedicada a la palabra dicha y entonada en canción resulte una combinación digna de escuchar.
Hay noches que se sienten como un secreto bien guardado, como un roce en la penumbra que divisa la luz cuando la música y la poesía se confabulan para admirar lo más íntimo. Justo así será Desnudando el bolero, una velada donde las palabras y los acordes se entrelazan para despertar emociones en los capitalinos.
El viernes 7 y sábado 8 de marzo, a las 8:00 de la noche, la Casa Plástica, en San Felipe Distrito de Arte, ubicada en la calle 75a # 22 – 24 en el norte de Bogotá, abrirá sus puertas para un público amante de la poesía y el bolero, ese género que ha cantado a la vida y al desamor por generaciones, y que en esta ocasión se despojará de sus artificios para encontrarse con la voz del poeta en un mismo espacio.
Tatiana Jáuregui, con su voz envolvente y su destreza en el piano, bordará melodías que parecen haber nacido del corazón. A su lado, Jotamario Arbeláez, poeta nadaísta y eterno provocador, regresa para recordarnos que la poesía no muere, solo se reinventa. Con su voz pausada y serena recitará versos, abriendo grietas por donde se cuelan las historias de amores imposibles, noches sin tregua y almas errantes.
Será una conversación entre la música y la palabra, entre la memoria y el deseo, en la que cada poema y cada nota será una invitación a despojarse de la coraza cotidiana y dejarse atravesar por la belleza, la nostalgia, la melancolía y la pasión desbordada.
La imagen que acompaña el evento lo dice todo: el poeta, desnudo en su propia casa, fotografiado por Henri Quiroga, como una declaración de entrega absoluta al arte, junto con la pianista y actriz mirándolo con la complicidad de quienes buscan verdad en las emociones, sin miedo a la vulnerabilidad.
En este evento, estas dos fuerzas convergen para hablarle a lo humano sin filtros, desde lo más hondo del alma. Toda la información de la boletería puedes encontrarla escribiendo al 3143297260. Por ahora, la promesa está escrita: música que acaricia el alma y versos que laten en voz alta. ¿Te atreves a escuchar lo que quieren contarte?