[Entrevista] Las revelaciones del escritor Mario Mendoza
"Escribir es resistir, porque escribir de alguna manera es emanciparse, sublevarse contra las lógicas del ego que el capitalismo promueve...", esta y otras ideas fueron las que nos compartió Mario Mendoza quien lanzó hace poco su más reciente obra: El libro de las revelaciones (2017).
Mario, yo lo he considerado desde hace varios años como un cazador de historias, pues encuentra uno en sus libros historias reales que parecen sacadas de la ficción más absurda, ¿cómo llega usted a estos personajes? O a todos se nos cruzan por el frente y no nos damos cuenta...
Yo creo que con los años va pasando algo muy raro y es que uno va entrenando una manera de ver, uno va entrenando una forma de percibir. ¿Qué es lo que uno le admira a un artista como Fernando Botero?... Independientemente de que a uno le guste o uno, hay algo que uno tiene que reconocer y es que él tiene una manera de percibir, una manera de ver el mundo, que hace que uno vea un cuadro y diga "eso es un Botero", ¿por qué? porque él mira de cierta manera y logra tejer un mundo casi inédito.
Uno logra leer una historia contada de cierta manera y puede decir que eso es de García Márquez, porque uno identifica una manera de percibir el mundo que podría llamar Garcíamarquiana, lo mismo pasa con Cortázar y con los grandes escritores.
Yo tengo una manera de percibir que es una manera rara y curiosa, muy particular también. Yo estoy muy entrenado para ver lo que está por fuera del margen, entonces yo no tengo una mirada hacia el centro, yo tengo una mirada hacia la periferia, entonces, si voy a un lugar, a un evento, a un sitio, yo suelo fijarme en cosas que pasan desapercibidas.
Bueno, y entre tantas anotaciones en su libreta, ¿cómo elegir las historias que merecen ser contadas?
Se trata de sobreexcitar el ego del sujeto: primero yo le subo el ego y luego lo condeno a que tiene que trabajar 10 veces más. Al decirle "creemos en ti, confiamos en ti" la persona se sobreexcita y comienza a trabajar por fuera de sus capacidades, multiplica los horarios; ya no hay necesidad de explotarlo, él se explota solo. Esa sobreexplotación es la sociedad de la Coca Cola, el Redbull, el café; de no dormir las horas suficientes.
Pero con el tiempo eso tampoco es suficiente y es cuando llegan las drogas como la cocaína, que hace de esta, la sociedad del yuppie que siempre está acelerado. Es la sociedad de las metánfetaminas, es la sociedad en la que no puedo ser un perdedor, hay que evitarlo por todos los medios posibles. Además según eso, también hay que tener las abdominales marcadas, tengo que tener cierto cuerpo y presencia acorde con el "ser ganador". Entonces también hay que ir al gimnasio, hacer spinning, ir a correr, hay que ser positivo, optimista y hay que sentirse llamado a conquistar el mundo.
Mario, usted ha tenido un interés especial en temas como la locura, la muerte y lo paranormal...¿por qué indagar en ellos teniendo en cuenta la realidad tan compleja en la que vivimos?
Precisamente por lo mismo, porque creo que Colombia ha estado a nivel literario y artístico, me atrevería a decir, sometida al hiperrealismo por las condiciones de la guerra. Entonces hemos tenido un narcotráfico terrible, hemos tenido movimientos paramilitares, hemos tenido guerrilla y ese ha sido el campo de acción de nuestra realidad, pues no nacimos ni en Holanda ni en Suecia, nacimos acá y nos tocó ese contexto.
A muchos el arte nos da valentía, y usted ha asumido como suya la frase "escribir es resistir" y en la más reciente feria del libro le sumó otro verbo: leer. ¿Cómo define usted la resistencia?
Entonces yo creo que leer y escribir son formas que permiten emanciparnos ante las lógicas perversas que nos han tocado que son las de la guerra. El conocimiento es poder.
Una de las reflexiones de El Libro de las Revelaciones (2017) gira entorno al tiempo como un espiral, luego de tantos años escribiendo, sintiendo cómo se estira y se acorta el tiempo frente a una hoja en blanco, ¿cómo llegó a entenderlo de esa manera?
Por ejemplo, cuando uno camina por Bogotá por la Caracas a la altura de la Jiménez hasta la calle décima u once, uno cree que está desplazandose unas pocas calles y resulta que no, resulta que en esa caminata de cuatro o cinco calles yo empiezo a ver tipos barbados, con garrotes en la mano que duermen debajo de los puentes, que son nómadas que se desplazan en carros de madera y duermen donde los coje la noche. No tienen una cédula de ciudadanía, son NN, no están dentro del sistema, son invisibles. No hay un recibo de la luz donde mandarle a un sujeto que es nómada, no hay cómo enviarle un recibo del agua, o de su celular. No existen dentro de la pantalla, dentro del panóptico digital contemporáneo.