Las protestas en las ruinas mexicanas de Chichén Itzá
Chichén Itzá es considerada como una de las siete maravillas del mundo moderno. A este punto, ubicado en el sureste de México, lleno de la más antigua simbologia e historia de la cultura maya llegan millones de turistas de todo el mundo, todos los días del año.
Lo complejo es que hoy una batalla por la “recuperación” de estas ruinas la encabezan indígenas de las comunidades de Pisté, Xcalakoop y San Felipe, poblaciones de Yucatán donde se asienta la zona. Ellos denuncian la corrupción del encargado de la zona arqueológica y que no los dejan trabajar a pesar de que este espacio siempre les ha pertenecido.
"Más grupos de ejidatarios de la región y del centro del país se suman al cierre de carreteras y otras zonas arqueológicas para pedir la destitución del director de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, quien con sus acciones atenta contra la cultura maya", informó el comisario de Xcalacoop, Jeremías Cimé Ciau a la agencia EFE.
Por este motivo, se dio un bloqueo en las carreteras que logró evitar el paso de vehículos que transportarían a turistas nacionales y extranjeros, aunque el sitio prehispánico no estuvo cerrado.
El líder indígena aclaró que no quieren que cierren Chichén Itzá, "el objetivo es que el Instituto Nacional de Antropología e Historia destituya al director que abusa de su poder para evitar que nosotros los indígenas trabajemos en el sitio, un lugar que es nuestro, que perteneció a nuestros abuelos mayas".
"Tenemos el apoyo de indígenas de otras partes del país y ante tal fuerza podríamos tomar las oficinas del Centro INAH-Yucatán y el acceso principal a la majestuosa ciudad prehispánica, pero el cierre de las vías de Pisté y Xcalacoop seguirá, no doblaremos las manos", agregó.
Sin embargo, el delegado del Centro INAH Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas afirmó que “no destituirá” a Santos Ramírez y será respetuoso de las manifestaciones de guías de turistas, artesanos, vendedores y ejidatarios de comunidades aledañas.
Durante el bloqueo, Silvia Cemé, líder de los artesanos de Pisté, se manifestó en su lengua materna. "La zona arqueológica es nuestra, no nos vamos a ir a ningún lado, el bloqueo seguirá, sólo muertos nos podrán sacar de las carreteras".
También explicó que la protesta no sólo es por el abuso de poder del director de Chichén Itzá, que con apoyo de la Guardia Nacional impide trabajar a los habitantes de las comunidades donde se asienta el sitio."Ellos (el INAH) hacen millones y millones de pesos y nosotros, que somos dueños de la tierra por herencia de nuestra cultura, no recibimos nada", puntualizó.
Arturo Ciau Puc, secretario de Asuntos Indígenas de Yucatán, dijo que la lucha es pacífica, "por eso más indígenas se suman al movimiento social que surgió este 2 de enero".
Más tarde, el INAH en un comunicado avisó que las ruinas se mantienen abiertas al público y privilegia “el diálogo con todos los sectores involucrados en la operación y aprovechamiento de la zona arqueológica” al tiempo que demandó “un diálogo directo, sin intermediarios”.