Ni Mayweather ni McGregor, Elevn fue el ganador

La noche del sábado 26 de agosto en todo el mundo se hablaba de “La Pelea del Siglo”, un encuentro entre el boxeador invicto Floyd Mayweather y el irlandés, campeón de la UFC, Conor McGregor. Una pelea mediática de miles de millones de dólares que nadie quería perderse. Y cuando digo que “todo el mundo”, era todo el mundo, porque hasta los que no sabemos nada de boxeo estábamos pendientes de lo que iba a pasar esa noche en el T-Mobile Arena de Las Vegas, en Estados Unidos.

En Colombia, obviamente, esta batalla no pasó desapercibida. Si dabas una vuelta caminando por Bogotá, te podías encontrar con pantallas en todos los bares, restaurantes y hasta en las rockolas de barrio, que en las horas de la noche ya estaban sintonizadas y listas para ver cómos estos dos se golpeaban en el ring.

Pero a decir verdad, estas peleas nunca me han llamado tanto la atención como las batallas de gallos. Pero no, tranquilos, no hablo de gallos con plumas que se destrozan en galleras clandestinas; hablo de gallos con micrófonos en sus manos y rimas afiladas, listos para improvisar sobre cualquier tema, gallos que se están tomando el mundo en escenarios cada vez más grandes.  

Así que dejando a un lado la curiosidad por el show mediático que paralelamente sucedía en Las Vegas, decidí asistir a la final nacional de la Red Bull Batalla De Los Gallos.

El evento que iba a suceder en el Royal Center, en pleno corazón de la capital,  y que buscaba coronar al mejor gallo colombiano para representarnos en la final internacional que este año se va a celebrar en México (3 de diciembre), algo así como el mundial de fútbol, pero de improvisación. Un mundial en el que cada país de habla hispana elige a su mejor representante para luchar verso a verso por el anhelado título de campeón internacional.

La RedBull Batalla de los Gallos lleva doce años descubriendo talentos en varios países del habla hispana, visibilizando el poderoso arte del freestyle y haciéndole un homenaje al ingenio, la creatividad y la originalidad en su máxima expresión. En Colombia se celebró la onceava edición y querían tirar la casa por la ventana, así que RedBull preparó un show que no tenía nada que envidiarle a la famosa y publicitada pelea de Mayweather Vs McGregor, que sucedía al mismo tiempo en Las Vegas.

Para calentar motores, la noche comenzaba con Apache y lo mejor de su repertorio directamente desde Venezuela, canción a canción encendió al público y dejó la tarima ardiendo y lista para que los gallos se cocinaran vivos con cada punchline.

Para anunciar el acto estelar de la noche los encargados fueron Lía Samantha y P. Flavor de Crew Peligrosos, quienes comenzaron a llamar, uno a uno, a los gallos a subir la tarima.

Entre los 16 elegidos, se encontraban nombres de peso como Valles T, de Cali, el actual campeón nacional que el año pasado se quedó con la corona y se presentaba este año para defenderla. Big Killa, de Medellín, campeón en 2014 y que prometía volver a reclamar lo suyo. Dunkel, uno de los que más participaciones tiene a sus espaldas, esta fue su quinta aparición en una final nacional, por otro lado estuvo Ñko, un rapero bogotano que se ha ganado el respeto en batallas callejeras, no solo en Colombia sino en varios países de Suramérica.

Arrancaron los cruces de los octavos de final y poco a poco iban despidiendo a algunos favoritos mientras que nuevos nombres sobresalían y comenzaban a dar las primeras sorpresas de la noche. Un inspirado paisa llamado Yol, eliminaba a Ñko en una de los encuentros más intensos de esta final. A Dunkel lo despidió un barranquillero llamado Puma, mientras que Valles T y Big Killa seguían con vida dejando por fuera a dos competidores que venían desde Medellín, Nigga Stayla y Jota Hache, respectivamente.

Con el pasar de los minutos el público comenzaba a identificar a sus favoritos, uno de ellos fue un Bumangués llamado Andy Ink, quien se estrenaba en esta competición dejando por fuera a Evanz Mejía, otro de los que llegaban más fuertes desde la capital antioqueña.

Los otros sobrevivientes a esta primera ronda fueron Elevn, que ya comenzaba a dar de qué hablar, eliminando a Enano Rap. Daba apartando a su compañero de medellín White Zapata y Airon, otro paisa, sentando a Coloso.

Se acababan los octavos de final y el show tenía que continuar, así que mientras los gallos descansaban unos minutos y se preparaban los cruces de cuartos, en alianza con Shock, RedBull presentaba un espectáculo lleno de energía, belleza y poder femenino. Delfina Dib, Diana Avella y Lía Samantha, fueron las encargadas de mantener la adrenalina del público arriba y de enamorar a todos los asistentes con sus rimas.

Lo mejor estaba por venir, en cuartos de final se presenta una batalla más que esperada por todos, el cruce de campeones: Big Killa y Valles T, un despliegue de flow y de métricas donde ninguno quería dar el brazo a torcer, pero donde finalmente Big Killa salió victorioso.

Elevn versus Airon fue toda una descarga de intensidad, donde el bogotano ya se perfilaba como uno de los nuevos favoritos para quedarse con el título. Andy Ink seguía ganándose los gritos del público dejando por fuera a Daba; y Yol en un despliegue de creatividad con el uso de las imágenes que iban saliendo en las pantallas para que improvisaran, sentenció la derrota de Puma.

Se venían las semifinales y no había tiempo que perder, Colombia ya quería saber quién iba a ser el nuevo campeón. Pero antes de esta ronda, los tres jurados hicieron saber por qué estaban allí sentados con la difícil labor de elegir a nuestro nuevo representante.

Jhon Pri de Systema Solar, Jannyval, campeón en el 2007 por Colombia, y desde España el campeón internacional 2015, Record Guinness en improvisación y participante activo del mundo de las batallas: Arkano. Los tres jurados dieron una cátedra en la tarima, mostrando sus mejores skills a la hora de improvisar y demostrando todo su talento. Esto como antesala a lo que se venía... 

¡Comenzaban las semifinales!

Los dos encuentros de esta ronda estuvieron llenos de ansiedad y vértigo. Se estaban jugando su paso a la final. Por un lado Big Killa enfrentaba a Andy Ink y por el otro Elevn a Yol. Los cuatro mejores freestylers de Colombia dejaban todo en la tarima por ganarse un puesto en la final y luchar por el título.

Big Killa sacó su casta de campeón y después de una intensa réplica derrotó a Andy Ink, que se despidió aplaudido por la gente de Bogotá.

Por el otro lado estaban Elevn y Yol, dos concursantes que habían sido sorpresa para el público y que con el paso de las rondas se hacían cada vez más fuertes, pero donde Elevn se impuso gracias a su gran fluidez sobre las pistas y su impresionante tranquilidad a la hora de improvisar.

La final estaba servida: BIG KILLA -VS- ELEVN

No hubo tiempo para descansos e inmediatamente se llamó a los dos finalistas al escenario. Se sentía la tensión, uno de los dos gallos estaba a tan solo unos minutos de proclamarse como el mejor de Colombia, pero para esto no podía haber margen de error, era esa la única oportunidad que tenían para demostrar de qué estaban hechos.

A los dos los separaban tan solo unos centímetros de distancia y unos minutos del sueño de ser campeones. Big Killa comenzó con gran astucia, jugando con el nombre de su rival y demostrando que tenía el nivel para defender la corona. Pero Elevn no iba a dejar que el sueño se le escapara tan fácil y contraatacó argumentando que el título de su rival (2014) no lo merecía, mientras remataba diciéndole en la cara que Big Killa era: “Un Rey destronado”.

Así siguió la batalla por varios minutos más, los jueces dieron una réplica y el público gritaba cada vez con más fuerza las rimas que se decían los finalistas.

Llegó el momento de la decisión de los jueces, ya los gallos habían sacado todas sus cartas y solo quedaba esperar el momento donde anunciaran el nombre del ganador. Habían sido siete minutos llenos de punchlines, respuestas, juegos de palabras y creatividad, siete minutos que finalizaban con una votación unánime de los jueces, quienes levantaron sus tarjetas con el nombre del campeón: ELEVN.

La fiesta no terminaba ahí, Elevn celebraba su título convirtiéndose en el primer bogotano campeón de esta competencia; los demás gallos lo alzaron en hombros y festejaron su victoria, porque el freestyle es un deporte y la rivalidad se queda en la tarima.

En ese momento no sabía nada de MayWeather ni de McGregor, porque “La Pelea del Siglo”, para mí no había sido en Las Vegas, “La Pelea del Siglo” yo la acababa de vivir en Bogotá.

Espero el otro año, si doy una vuelta caminando por Bogotá, poderme encontrar con pantallas en todos los bares, restaurantes y hasta en las rockolas de barrio, que en las horas de la noche ya estén sintonizadas y listas para ver cómo dos gallos improvisan en un escenario. ¡Porque estas sí son batallas!