Vean lo que pasa en Abbey Road 48 años después de la famosa foto
Por poco y nos quedamos sin la famosa foto que inmortalizó un calle cualquiera de Londres con 4 genios musicales pasando sobre ella. Y decimos por poco ya que de no ser por un alto costo en la producción de una portada alterna, el disco Abbey Road de los Beatles se hubiera llamado Everest, y en vez de tener a John, Paul, George y Ringo caminando, hubiera tenido la montaña más alta del mundo.
Todo comenzó el 22 de enero de 1969. El Cuarteto de Liverpool ya era considerado uno de los grupos de rock más importante de todos los tiempos (y eso que solo había nacido 9 años atrás). Ese día los EMI Studios, llamados así hasta 1970, iniciarían un proceso que los perpetuaría junto con un álbum de música, una banda de rock, una calle, un Volkswagen y un turista estadounidense. El undésimo disco de los Beatles estuvo listo 7 meses después. El 19 de agosto de ese mismo año, el productor George Martin, con Geoff Emerick como ingeniero de grabación, Tony Banks como operador de cinta y Alan Parsons como asistente de grabación, junto a los 4 fantásticos, le dieron luz verde a su última grabación juntos, el Abbey Road.
Estrenado el 26 de septiembre del 69, con 16 temas, divididos en 2 partes, este se convertiría rápidamente, y como era de esperarse, en la posición número uno de las diferentes listas musicales que por la época marcaban el éxito o el fracaso de una banda. Con Come Together como tema principal, y un medley de 16 mintuos en donde se entrelazan 8 canciones sin terminar, el álbum quedaría plasmado en la historia como uno de los más trascendentales de la agrupación (si no el más), y de la historia del rock mismo.
A finales de los 60, los integrantes del grupo tuvieron ciertos porblemas personales que los fueron alejando lenta y dolorosamente. El fin de Beatles se veía venir y todos eran conscientes de eso. ¿Qué mejor manera de bajar el telón que con un último álbum? Eso pensó Paul McCartney cuando llamó al productor Martin y le propuso el proyecto, a lo que este muy sensatamente le respondió que sí, pero siempre y cuando John estuviera de acuerdo. Aunque el ambiente durante la grabación no dejó de ser tenso, los 4 sabían que tenían que ponerse los guantes de boxeo y dar la pelea con honores, como siempre lo habían hecho. Tal vez eso hizo que la mística que encierra el disco se viera reflejada en cada uno de sus acordes, letras, tonos, melodias, silencios, coros, redobles, riffs y secuencias.
Caminando por Londres
La portada del Abbey Road fue diseñada por John Kosh, el director creativo de Apple Records (el sello discográfico de la banda). Fue improvisada, y lo fue así porque en un principio se había pensado en algo totalmente diferente a lo que es. El LP iba a llamarse Everest, en honor a la marca de cigarrillos que fumaba el ingeniero de sonido Geoff Emerick. De hecho, se había planeado un viaje al Himalaya para fotografiar la gran montaña, una idea que al final y afortunadamente fue desechada por altos costos de producción. Fue así entonces como de manera repentina y en una de las sesiones se planeó todo.
Abbey Road es una calle bastante transitada de Londres. Es la calle donde se encuentran ubicados los estudios de EMI que llevan su mismo nombre y en los cuales los Beatles grabaron el 80% de sus canciones. ¿Algún mejor escenario que ese? Probablemente no. La calle (muy transitada por cierto), fue el paisaje ideal para ponerle al álbum la piel que necesitaba. Con sus ajuares cotidianos y uno que otro retoque, un plano perfecto, casi simétrico, y un momento preciso, sin carros andando y un fondo cinematográfico, la foto se logró (solo se tomaron 6 para la que sería la portada). George con sus clásicos jeans, Paul descalzo, Ringo de negro y John impecablemente de blanco, cruzando la cebra; con un Volkswagen escarabajo de placas LMW 281F, parqueado al lado izquierdo como era de costumbre; Paul Cole, un turista norteamericano parado en la acera derecha, quien ni se percató de la foto (solo meses después) y un cielo perfectamente azul... No podía ser otra la pintura que adornaría la portada del que sería triste y alegremente el último álbum de estudio de The Beatles. (El último grabado y el penúltimo lanzado, ya que en 1970 estrenarían Let It Be, grabado antes de Abbey Road).
El carro fue subastado en Alemania. Paul Cole murió en 2008. Los jeans de Harrison le quedaron pequeños tiempo después. Lennon se afeitó. McCartney compró zapatos y guitarra nueva. La líneas que dividen la calle se borraron y se pintaron de nuevo. Algunos árboles se talaron. El cielo siguió dando vueltas. Los estudios adoptaron el nombre de su misma calle. Y el álbum obtuvo el mayor reconocimeinto que puede tener un trabajo musical: la inmortalidad no solo en las listas de reproducción, sino en la mente y el corazón de todo aquel que le gusta la música.
Una calle sin fin
Cerrar este artículo no es nada fácil. Tal vez no tenga un final, como tampoco lo tienen esos 47:02 minutos del álbum, ni tampoco el fondo de la calle de la portada. Por eso, y como lo ha sido la música de los Beatles hasta hoy, no lo vamos a cerrar, simplemente vamos a empezar a celebrarle los 47 años a esta obra maestra (y a su foto de portada) y pensaremos en los miles de acontecimientos que han transcurrido por esa vía londinense.
Hace algún tiempo los estudios instalaron una cámara en su fachada desde donde se puede ver en tiempo real y durante las 24 horas, qué es lo que sucede en ese mágico cruce. A continuación lo pueden ver. Cientos de personas pasando, tomándose una foto haciendo que caminan, submarinos amarillos gigantes pasando, grupos de amigos posando de diferente manera, gente besando el pavimento y hasta pingüinos de verdad curzando la calle, son algunas de las cosas que pueden ver si se quedan así sea 5 minutos viendo la imagen. Se la dejamos para que como nosotros, imaginen qué se siente estar ahí y cómo ese perfecto día londinense de 1969 se hizo una de las mejores portadas de un álbum de rock. Feliz cumpleaños al álbum con la foto más famosa de la calle Abbey Road.