TIME FOR HEROES: el regreso de The Libertines
Los escuché por primera vez en VH1, allá en el 2003. Como pasaba con varias bandas de la época, no sabía si se trataba de alguna banda de finales de los 70 que no había escuchado. Lo primero que escuché fue Time For Heroes, una reflexión sobre la juventud obrera de aquellos años en Londres. Era una canción que lo tenía todo: ira, romanticismo, rebeldía y ese encanto que solo pueden tener las bandas británicas de ese estilo.
Cuando empecé a averiguar sobre ellos y escuchar su música supe que estaba frente a una banda única. La sinergia que generaban sus principales integrantes (Pete Doherty y Carl Barat) en una relación amor-odio que se notaba en cada una de las notas de la banda era la bendición y sin duda la maldición de una banda que ante todo el hermoso caos que se generaba a su interior, solo pudo sacar dos discos.
Cuando yo los descubrí y me volví fan ya era tarde. La banda no había aguantado los problemas de drogas de Doherty y se había acabado. Me quedó la sensación de aquel que siempre oía hablar de algún equipo fútbol legendario pero solo podía verlo en vídeo. Sin embargo ese puñado de canciones como What Became Of The Likely Lads, What a Waster o What Katie Did. A pesar de las miles de referencias a Londres, a sus barrios y a sus experiencias propias, la música de The Libertines es extrañamente universal. Siendo capaz de conectar la angustia y a la vez esperanza que sienten con cualquier alma atormentada en el mundo.
Curiosamente ninguno de los proyectos en solitario de Barat o Doherty lograron tener la magia o la fuerza que generaban ellos dos juntos. Era claro que esa especie de “sociedad maldita” solo funcionaba a la perfección con sus dos partes.
Las emisoras y en general los medios colombianos nunca se mostraron muy interesados en la banda. Excepto si era para dar noticias de la adicción a las drogas de Doherty junto a su entonces novia la modelo Kate Moss.
En Colombia Doherty era más famoso entre los que veían las noticias de entretenimiento del noticiero que entre los que escuchaban rock. A pesar de que pasaron sin pena ni gloria en su momento, el enorme legado que ellos dejaron en el rock británico empezó a dar sus frutos. Un par de años después de su separación una banda de adolescentes ingleses llamados Arctic Monkeys sacaron un disco que claramente no hubiera existido si The Liberines no hubiera estado ahí un poco antes. Eso pasa con muchas bandas: como los ramones en su época The Libertines inspiró a toda una generación que se tomó el mercado años después.
Durante años pensar en un regreso de The Libertines era casi una quimera. Las relaciones entre Doherty y Barat no parecián mejorar y parecía improbable que pudieramos oir material nuevo de la banda justo en el momento en que la escena que ellos ayudaron a crear había evolucionado.
Pero todo empezó a cambiar en el 2010 cuando accedieron tocar en el festival de Reading And Leeds por una importante suma de dinero. Dejaron claro que solo se reunian para tocar en vivo pero era un primer paso. Cuatro años despues de nuevo se reunieron para tocar en el Summertime Festival y una serie de conciertos más. Ahí arrancaron a hablar de recuperar algunos viejos demos, después dijeron que estaban escribiendo nuevas canciones y de pronto estaban grabando su nuevo material en Tailandia: el sueño era una realidad.
Una realidad que va de la mano con el momento de la banda: Anthems for Doomed Youth es un disco que sigue teniendo ese toque de inconformismo y melancolía de siempre, pero sin la velocidad de una banda perfectamente consciente de que ya no tienen 20 años. Canciones como Gunga Din y Anthems for Dommed Youth Demuestran que la banda maduró, pero aún así, ellos siguen siendo The Libertines.
Hace un par de semanas Gunga Din fue la canción número 1 del #RadiónicaTop25, siendo la primera vez que lograban esto en un listado de rock colombiano. The Libertines ya hacen parte de la nueva generación y esperamos que se queden con nostros mucho tiempo. Como ellos dicen en un pedazo de la canción que le da nombre al disco “Anthems For Doomed Youth”: “Life could be so handsome. It's so good to be okay. We're going nowhere. But nowhere, nowhere's on our way”