Murió Lee Scratch, una de las mentes más creativas del reggae
Su verdadero nombre era Rainford Hugh Perry y fue una de las más grandes creativas mentes del reggae, produciendo música para varios artistas y lanzando discos propios, instrumentales y cantados. Su trabajo empezó a finales de la década de 1960, cuando impuso canciones o versos de rap. Como productor, llevó a Bob Marley and The Wailers, The Congos y Junior Marvin al éxito y colaboró con artistas como los Beastie Boys, The Clash y Mad Professor. También fundó su propio sello llamado Upsetter Records.
El artista, quien antes había trabajado reparando carreteras, aseguraba que el sonido de las piedras chocando contra el asfalto le sugería un nuevo futuro en la música. Fue así como Lee sobrevivió en el competitivo mundo de los sound systems. Mientras estos se expandían por todo Jamaica, él le apostaba a excéntricas propuestas centradas en el baile y las rimas, que abarcaban temas sexualmente explícitos, así como temas de justicia social.
Perry ayudó a apalancar clásicos del reggae como Police and Thieves de Junior Murvin, I Shall Be Released de The Heptones o Chase the Devil de Max Romeo. También produjo muchas de las primeras joyas de Bob Marley, Peter Tosh y Bunny Livingstone. Incluso vendió a una discográfica inglesa la música de los Wailers, sin avisarles ni pagarles. Pero de nada servía reclamarle: Perry era conocido por su excesivo consumo de alcohol y marihuana y porque era difícil mantener una conversación con él.
Tras abandonar su país natal en los años ochenta, supo venderse como un genio ante periodistas y promotores crédulos. Y poco a poco se acomodó a las exigencias de artistas de hip hop como los Beastie Boys y también incursionó en géneros como el jungle o el dubstep. Vivió en Estados Unidos y en diferentes países europeos antes de quedarse en Zurich, donde se casó Mireille Ruegg, en una ceremonia Hare Krishna.
Lee Scratch Perry siempre fue considerado como un artista excéntrico y polémico. Una de sus anécdotas más resonadas ocurrió cuando le prendió fuego a su estudio de grabación asegurando que "el diablo se había instalado allí”. Aunque no se ha confirmado, todo parece indicar que estaba en un viaje con LSD y otras sustancias alucinógenas.
En el 2002 fue ganador del premio Grammy al mejor álbum de reggae por Jamaican E.T y en 2004, la revista Rolling Stone lo puso en el puesto número 100 de su lista de “100 Greatest Artists of All Time”.
Paz en su tumba.