Kill 'Em All llegó al tercer piso
El álbum que diferenció a Metallica desde el principio, es un trabajo crudo, rápido y sin tapujos. Lanzado en 1983, sería el disco más importante en la historia del thrash si la banda no hubiera sacado "Master Of Puppets" en 1986.
Metallica celebró sus treinta años a finales de 2011 con varios conciertos a los que invitaron a tocar a sus amigos de toda la vida. Dave Mustaine, Ozzy Osbourne, Rob Halford, Glenn Danzig, y muchos otras leyendas del thrash, el punk y el metal, tocaron con ellos sus clásicos, cóvers y canciones que escogieron según el invitado ilustre.
Dos años después, "Kill 'Em All" es el que celebra 30 años de historia. Como disco debut de Metallica, más que un álbum, es un objeto arqueológico. Lanzado el 25 de julio de 1983, bajo el sello Megaforce Records de Jon y Marsha Zazula, es testimonio de una revolución que comenzaba en el crisol musical que era el rock a comienzos de los años 80.
El éxito de este clásico disco es la mezcla del sonido de la Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM) con el hardcore punk estadounidense, más todo lo que existía en la mitad.
Aunque Mötorhead ya tocaba heavy con espíritu punk, "Kill 'Em All" fue tan novedoso que inspiró una nueva corriente, el speed metal, que luego sería llamado thrash metal. Tenía mucho de heavy, pero este parecía tan inofensivo ante el frenético, veloz e iconoclasta estilo de Metallica, que ya no podía ser calificado como "pesado" solamente.