Gorillaz apagó los robots y activó su lado humano. Llegó 'Humanz'
Este sí que es un “¡Por fin!” con gran entonación. Gorillaz ha revelado al mundo su nuevo álbum y tal fue la magnitud de su trabajo durante estos 6 años de silencio, que el resultado no puede ser más enriquecedor: 26 cortes muy bien acompañados.
Luego de haber mostrado los adelantos de su disco con Andromeda Feat. D.R.A.M, Saturnz Barz (Feat. Popcaan) , We Got The Power (Feat. Jehnny Beth), Ascension (Feat. Vince Staples) y esta semana con The Apprentice, Gorillaz apagó los robots (como se titula el intro) y activó su lado humano. Desde un principio supimos que Humanz iba a revelar más realidades del mundo cuando coyunturalmente lanzaron Hallelujah Money sumándose a las protestas al mandato de Donald Trump, un momento que musicalmente no dejó un buen sabor, pero que despertaba la curiosidad por saber qué se traía entre manos Damon Albarn y Jamie Hewllet.
Entre ese universo de canciones que nos presentan, hay unas especiales para reseñar. Por una parte está la esperada unión entre dos rivales en pleno brillo del britpop en los noventas. Los líderes de Blur y Oasis se juntaron en We got the power; dos minutos contundentes en los que se unen en los coros las voces de Damon y Noel Gallagher para darle paso a los picos de Jehnny Beth, vocalista de Savages. Una canción alentadora en tiempos de desesperanza y que puede convertirse en un himno de resistencia.
Por otro lado y mostrando los diferentes lados de la humanidad, está The Apprentice junto a Rag’N’ Bone man, Zebra Katz y Ray BLK. Un corte que navega entre diferentes tonos de voz para hablar sobre la fragilidad.
No podemos dejar pasar la colaboración en dos canciones de la colombiana Kali Uchis: She’s my collar en la que se revela un amante atrapado, y en Ticker Tape, que también cuenta con la voz de la experimentada Carly Simon en la que esperan que "el mundo empiece otra vez".
Humanz está tan bien curado en sus colaboraciones en cada una de sus canciones que por momentos nos olvidamos de 2D, Noodle, Murdoc y Russel.
Hip, hop, góspel, dance, house, rock, R&B, voces graves y agudas, momentos para bailar y para sentarse y ver llover, tracks de 20 segundos y de 4 minutos, es con lo que nos encontramos en este trabajo, que seguro se convertirá en uno de los discos más valorados del año.
Sin hablar,y a falta de poder entrar físicamente en la Spirit House, pónganse unos buenos audífonos y entren a esta película de una hora: