Fin de semana movido en el Apple Music Festival
Acabó el fin de semana y la música fue la gran protagonista, inundando con sus notas las diferentes calles del particular y mágico Camden, lugar que a muchos resulta conocido, aunque sea de nombre, ya que goza de una gran popularidad y reconocimiento histórico, entre otras cosas, por ser el lugar en donde se encuentra uno de los mercados más extravagantes de Londres y por ser además, el lugar por excelencia de la vida alternativa tanto de habitantes como de visitantes de otras zonas de la capital británica.
Es innegable que Camden tiene su propia magia, los olores que la invaden, los colores que la visten, los personajes que la recorren y también en gran parte, una magia otorgada por la variedad de música que los oídos de los transeúntes pueden alcanzar a escuchar de una esquina a otra, músicos emergentes exhibiendo sus demos, poniéndolos a sonar a todo volumen en una grabadora en medio de la calle, bares de rock de los que sale la música cada vez que alguien abre la puerta para entrar y buscar una mesa y desde luego, el Roundhouse, el lugar en el que desde el 19 del presente mes se ha estado celebrando el Apple Music Festival.
El viernes el turno fue para los hermanos Lawrence que escogieron las instalaciones de este antiguo depósito de piezas ferroviarias, ahora destinado a ser el hogar de numerosos conciertos, para presentar su nuevo álbum: “Caracal”.
El segundo trabajo de este dúo de hermanos británicos que desde que los conocimos en 2013 con su canción Latch supimos que su crecimiento sería inminente y exponencial. Ambos subieron al escenario y entre los dos se encargaron del bajo, la percusión y las programaciones. Dieron inicio a su show con White Noise y la voz de Aluna George sonando en los parlantes del recinto. Continuaron con F For You y al finalizar esta segunda canción saludaron a su público y expresaron la alegría que sentían al estar compartiendo el lanzamiento de su segunda producción discográfica con el público londinense dentro del marco del Apple Music Festival. Las voces en vivo que los acompañaron a lo largo del concierto fueron las de Nao, Lion Babe, Brendan Reilly y la de Kwabs a quien conocimos en 2013 cuando pasó por #TardesRadionica con Pray For Love como canción de la semana y quien en esta oportunidad colaboró con Disclosure para el corte número 10 del “Caracal”.
Tocaron un total de 16 canciones pasando por éxitos del "Settle" como You and I o When A Fire Starts To Burn y varios estrenos del nuevo disco cerrando con la canción con la que los conocimos 2 años atrás, Latch. Cayó la noche despedida por los hermanos Lawrence y unas horas después llegó el sábado, día en el que se presentarían Leon Bridges y Pharrel Williams en el ya familiar Roundhouse de Londres.
La presentación de Bridges, como era de esperarse, fue impecable, elegante, de buen gusto, de esos conciertos que pueden disfrutarse desde la comodidad de una silla mientras se contempla la banda o completamente de pie dejando que el cuerpo se balancee de un lado al otro al ritmo de canciones como Better Man, Smooth Sailin o Coming Home que fue con la que cerró el concierto este nativo de Atlanta.
Minutos después, estuvo sobre las tablas del escenario el tan esperado Pharrell Williams.
No resulta para nada difícil entender por qué miles y miles de personas alrededor del mundo aman al personaje que se dio a conocer en los 90 con The Neptunes como productor y con N.E.R.D como baterista y cantante. Cada segundo que tuvo libre entre canción y canción lo utilizó para agradecer y para dejar algún tipo de mensaje positivo en la memoria de su público, la mayoría empoderando a las mujeres y refiriéndose a la importancia de estas en el mundo, de cómo gracias a sus cuerpos todos venimos a este planeta.
Su concierto empezó con el sencillo Freedom y dio paso a 4 canciones más del álbum “Girl” luego de las cuales sus bailarinas y coristas hicieron una intervención en la que durante varios minutos bailaron al ritmo de un mix hecho con Move That Dope de Pharrel junto a Pusha T, Alright de Kendrick Lamar, una canción que entre otras cosas fue co-producida por Williams, Hot In Herre de Nelly, Just Wanna Love You y Pass The Courvoisier de P. Diddy y Busta Rhymes. Acto seguido Pharrel hizo un viaje en el tiempo para recordar canciones de N.E.R.D luego de haber aprovechado unos segundos para agradecerle nuevamente a su público por escuchar su música durante tantos años, por ir a sus conciertos y comprar sus discos.
Este fue el punto en el que todos los presentes en el Roundhouse decidieron pararse y dejar que sus cuerpos se movieran al ritmo de Spaz, Lapdance, Rock Star y She Wants To Move para más adelante recapitular y volver al presente con canciones del trabajo que lo hizo volver a los escenarios y ponerse nuevamente en frente de un público luego de haber permanecido durante 8 años dedicado enteramente a la producción de otros músicos.
Algo que le dio una sensación de calidez a esta presentación fue el hecho de que constantemente subían personas del público al escenario a cantar y a bailar y a ser parte de ese todo que a la larga era una celebración ofrecida por aquello que nos une a todos los seres humanos y que no distingue colores, religiones o fronteras, una gran celebración ofrecida por el verdadero amor a la música, un amor que Pharrell Williams sabe transmitir, compartir y contagiar, no solo mediante sus canciones sino a través de su sonrisa, de sus palabras y de su buena actitud de cara a la audiencia.
Ya hacia la segunda parte del concierto, las canciones protagonistas fueron aquellas en las que este oriundo de Virginia ha colaborado con otros artistas: Beautiful junto a Snoop Dogg, Lose Yourself To Dance y Get Lucky junto a Daft Punk y Blurred Lines junto a Robin Thicke, para finalmente despedir con Happy acompañado de muchos niños sobre el escenario y repetir Freedom para dejar, muy al estilo de Pharrell, un mensaje positivo en el que invitaba a todos los presentes en el Roundhouse a ser libres, a perdonar y a amar