Cristian Castro es metalero y su amor es a TOOL como el mar a TOOL
Desde la parte alta de su espalda, justo abajo de la nunca, en todo el centro, se empieza a dibujar hasta la mitad de sus omoplatos la herramienta fálica diseñada por el artista Cam de Leon para TOOL. Varias fotos de la prensa han captado esta manifestación de confeso amor de Cristian Castro por la agrupación de rock de Los Ángeles e, incluso, ya es bien sabido que el artista mexicano, el mismo que llevaba su alto registro en álbumes como Azul (2001), placa que contiene uno de sus más famosos cortes, es un fanático del rock y los sonidos pesados.
En 1997, en Nueva York, cuando Castro tenía 23 años, sus oídos fueron seducidos por el músico Robert Bartleh Cummings, más conocido como Rob Zombie, fundador de la banda de heavy metal White Zombie. O también por la agresividad de Machine Head, que trajo una nueva ola de sonidos pesados en EEUU. En la búsqueda de sus discos, ese anhelado objeto que ya tiene intrínseca una nostalgia, el chico que atendía en la tienda les dijo, a Castro y a sus amigos, que si no había sucedido era momento de conocer a TOOL.
Los polirritmos y compases impares en su ritmo, la armonía de carácter hipnótico y tribal golpeó con fuerza al músico mexicano, quien comenzó una larga historia de amor por los norteamericanos -especialmente por su vocalista Maynard James Keenan.
Al poco tiempo fue a festivales como el Ozzfest, fundado por Sharon y Ozzy Osbourne en 1996 y que desde entonces ha sido casa de importantes shows de heavy metal y hard rock. Además de a Korn, Machine Head y Tricky, fue ahí que Castro vio por primera vez en vivo a TOOL. Con la imagen de Maynard en su cabeza, vestido de Madonna sobre el escenario, con la cara de blanco y su pelo largo amarrado con una cola de cabello, el artista mexicano quiso indagar a profundidad sobre el enigmático vocalista. Le gustó su aparente ocultismo, su historia como militar, su libertad y su rabia, con la que decía identificarse. Los movimientos de jiu-jitsu de Maynard, que rompían su imponente quietud cuando lo vio en tarima, se quedaron de tal manera en su cabeza que varias veces las imitó cuando llegaba al clímax interpretando en vivo sus baladas pop.
Pero este solo fue el primero de los esfuerzos de Castro para ver a TOOL, que ha llegado a seguirlos hasta Francia, para su cumpleaños, en su gira con Mastodon -que también le encanta al mexicano. También lo ha hecho por varias ciudades de EEUU. Y fue precisamente en Los Ángeles donde, luego de entrar junto con sus amigos al pogo, salió eufórico a hacerse el logo diseñado Cam de Leon en su espalda. Para él iba ligado con su visión carnal de la vida, su apego al placer, al sexo, a la entrega terrenal.
El compositor de “Azul”, aparece en los show sin pudor alguno por su pasado de baladas pop y piezas “fresas”, como dirían en su país. Ahí se toma igual foto con todos los fans que se lo piden y que reconocen de paso su ímpetu rockero. Y también ha podido jugar el papel de fan: en el aniversario número 50 de los Grammy, junto con su hijo Devo, tuvo la oportunidad de mostrarle su credencial de TOOLArmy, que certifica su pertenencia al fiel núcleo de seguidores de grupo, al mismísimo Maynard. Él le sonrió y agradeció mientras el mexicano le contaba que lo había visto en más de una veintena de conciertos. Serio, relajado, con una fuerza interior evidente, así lo recuerda Castro. También conoció al baterista Danny Carey, quien le pareció muy amable.
Producciones como Undertow (1993), Opiate (EP de 1992)o Ænima (1996) están entre los favoritos del mexicano. También le gusta mucho lo que Maynard ha hecho con proyectos como Puscifer o A Perfect Circle, a los cuales también ha visto en vivo. Espera ansioso cada lanzamiento, analiza su música y sus letras, le encanta el estruendoso y cinematográfico sonido de “10,000 Days” en vivo, poguea con “Forty Six & 2”, se sienta a interpretar la profundidad de la lírica de “Hooker With a Penis”. Para él, el vocalista de TOOL tiene el poder con la palabra en todo su esplendor.
Toda esta fascinación lo llevó a llamar el ingeniero de sonido y productor canadiense David Bottrill, el mismo que ha trabajado tanto con TOOL como con bandas de la talla de Dream Theater, Rush, King Crimson, Muse y un larguísimo etcétera. Le pidió que participara de La Esfinge, su proyecto alternativo de rock, fundado en 2014 y que tiene incluso colaboración de César “Vampiro” López, uno de los guitarristas de rock más conocidos en México y que ha participado en bandas como Maná, Azul Violeta y Jaguares. Con Bottrill como productor salió el disco El Cantar de la Muerte (2014).
“Si los rockeros pueden hacer baladas, porque los baladistas no podríamos hacer rock. Y creo que ésta sería la primera vez que un baladista formal, como yo, va a cruzar al lado rockero. Espero hacerlo de la manera más digna", ha dicho Castro. En teoría La Esfinge entró a grabar nuevo material en 2018, tiene otro guitarrista y se hablaba de que el disco vería la luz este año. Anochecerá y veremos.