The Cramps y el rock mortecino
La noche es fría, la luna está llena, el cementerio cubierto de neblina, es una velada perfecta para bailar sobre las tumbas. Los cuerpos pútridos se encuentran en el panteón principal, hay pieles escamosas, colmillos afilados y torsos llenos de pelo. Hay criaturas de todas las pesadillas, demonios de los siete infiernos y seres siniestros unidos por la fiesta, la noche y el descontrol. Y sobre la tarima Lux Interior y Poison Ivy comandan el desorden con su sonido único.
Una de las cosas más bellas e importantes de los primeros años del punk es que no había un sonido homogéneo. Esa primera camada de bandas era muy ecléctica e impredecible, juntaba múltiples influencias que iban más allá de la música e involucraban el cine, el arte y la literatura; además de eso hacían lo que podían con sus instrumentos. Entre ese caldo primigenio sonoro, salió una banda que creó su propio subgénero llamada The Cramps.
Encabezada por los esposos Kristy Marlana Wallace (Poison Ivy, guitarra y bajo) y Erick Lee Purkhiser (Lux Interior, voz), esta agrupación comenzó en los 70 cuando ambos se conocieron en Sacramento, California, ciudad donde en ese entonces vivían y estudiaban. El gusto por el blues y el rock clásico, los sonidos rockabilly y el cine de terror tipo B los unió.
Ambos decidieron hacer una banda que juntara, de alguna forma, todas estas influencias, pero enmarcada en los pulsos jóvenes de la época. Después de vivir un tiempo en Akron, Ohio, lugar de nacimiento de Lux Interior, la pareja se mudo a Nueva York, para como muchas otras miles de personas a lo largo de la historia, buscar conquistar la gran ciudad.
En ese entonces Nueva York era una cloaca en llamas, literalmente, o sea, un lugar perfecto para dar rienda suelta a la creatividad. En la ciudad esta pareja conoció a Greg Beckerleg (Bryan Gregory) y después de varios cambios de baterista finalmente se instaló Nick Knox en ese instrumento. Como muchos otros parias, este grupo se refugió en un icónico bar llamado CBGB y ahí junto con bandas como The Ramones, Suicide, Televisión, Blondie entre otros dieron a conocer su maravillosa disonancia.
El sonido de The Cramps, hoy llamado psychobilly, fue muy interesante porque unió el sonido clásico típico del campo estadounidense. La música campirana, las guitarras del blues y la actitud mala de esos primeros rockeros de mediados del siglo XX como Elvis Presley, Jerry Lee Lewis o Johnny Cash, fue juntada a la crudeza y distorsión del punk, el rock de garaje y el surf rock.
Esta banda cambió el folclore del sur y el interior de Estados Unidos por la mitología de la urbe y le dio una nueva oscuridad que, unida a una estética inspirada en el cine de terror y una gran puesta en escena, marcó esos primeros años de descontrol punkero.
Las líneas de guitarra son simples pero pegajosas, están compuestas principalmente por punteados que se repiten y rasgados que invitan al baile. Muchas están formadas por un contrapunteo en el que la voz toma la iniciativa y la guitarra luego responde, como se nota en la recientemente viralizada “Goo Goo Muck”.
La otra gran característica de The Cramps es la gruesa voz de Lux Interior, la cual intercala con juegos vocales en los que hace tonalidades respirando para adentro, generando una especie de grito agudo muy divertido, como lo hace en “Human Fly” y “I Can’t Hardly Stand”, que seguro son las composiciones más famosas de la banda.
Así como la música puede ser lenta y lóbrega también puede pasar al desenfreno absoluto como en “The Mad Daddy” o en “Zombie Dance”. Además, a parte de sus propios temas, el grupo hizo muchas reversiones de clásicos como “Surfin Bird” original de The Trashmen o “The Way I Walk” de Robert Gordon.
Con estos juegos The Cramps empezó a ganar adeptos en el underground de Estados Unidos y pronto su hechizo llegó a Europa donde también fueron de gran influencia para la generación de los 80, sobre todo para un, en aquel entonces, joven llamado Steven Patrick Morrissey, quien se volvería famoso con The Smiths.
Luego de lanzar sus primeros discos Songs the Lord Taught Us (1980) y Psychedelic Jungle (1981), y tras tocar por todo lado, incluyendo un hospital psiquiátrico en 1978, la banda se instaló en Los Ángeles, pero tuvo dificultades para mantener la formación. Greg Beckerleg tuvo problemas con la adicción a la heroína y se cuenta que un día simplemente se llevó la furgoneta del grupo con todos los equipos y nunca volvió. Pero Lux Interior y Poison Ivy siguieron componiendo y dando conciertos por todo lado.
Ocho álbumes de estudio componen el legado de The Cramps que fue fundamental para la creación de otras bandas como: Tiger Army, Nekromantix, HorrorPops, Salidos de la Cripta, entre otros.
Su estilo espeluznante, su humor, su erotismo y su carisma también fueron pilares para la evolución del punk y sus cientos de tentáculos sonoros.
Lamentablemente el viaje de The Cramps terminó abruptamente en 2009 cuando Lux Interior murió a causa de un problema cardiaco que no sabía que tenía y que le causó una muerte fulminante.
Aún así, los mortecinos sonidos de esta banda seguirán retumbando desde el inframundo para darle algo de sabor a este desquiciado planeta.