Cinco (5) recomendaciones de Cultura Profética para formar y mantener una banda musical
Hacer música, además de talento y creatividad es, en este momento de la historia, una forma de hacer resistencia. Y no solo frente a los contextos adversos particulares de cada territorio (con sus implicaciones políticas y sociales), sino frente a los mismos caminos que se van formando, a veces incluso sin pensarlo, en las vidas de cada parte que forma ese proyecto, esa empresa.
Cultura Profética es una de las bandas de reggae que más años lleva en activo en el circuito latinoamericano. Con 22 años de historia sin interrupciones y con conciertos multitudinarios, han logrado sobrevivir a la madurez de sus integrantes (y los cambios que consigo pueden traer), y han evolucionado sonoramente con el paso de los años, sin perder su esencia. Para Willy Rodríguez, bajista y vocalista de la banda, es necesario en este proceso “tratar de entender, después de alcanzar una madurez musical, qué te hizo único, qué los llevó a ser lo que son en el tiempo”. Se requiere, según él, una mezcla de estar alimentándose del presente, de la calle, junto con volver a los artistas de antaño.
Con más de dos décadas de trabajo, se hace pertinente escuchar algunas recomendaciones que, tras su paso por Medellín, nos dejaron, y que son muy válidas en el contexto de la creación musical:
1. Lo primero que se debe encontrar es la personalidad propia. Uno aprende mucho emulando, tratando de hacer lo que otros hicieron, pero no es hasta que encuentras tu sonido que realmente tienes un proyecto musical.
2. Es importante que se definan los propósitos de la banda. Nunca vamos a olvidar esa reunión que tuvimos donde todos contestamos una misma pregunta: ¿por qué estamos haciendo reggae? ¿Cuál es el propósito de este grupo? ¿Queremos dinero fácil o pureza artística? El camino que se escoja depende de las prioridades en su vida, pero para mantener esa solidez de grupo es importante responder esas preguntas para definir los propósitos.
3. No hay tarima pequeña. Es importante querer tocar para cualquier público, 25, 30, 50, diez mil, cinco mil personas. Ver qué es lo que el público siente, ir probando qué funciona y qué no. Nos sirvió mucho tocar en lugares diferentes, con diversas capacidades, porque uno se nutre de cada energía, y aprendes mucho de tocar en cualquier espacio.
4. Hay que tener disciplina, ensayar todos los días, con metrónomo incluso, para lograr una solidez en vivo que les permita llevar shows de calidad.
5. Lo más importante para mantener una banda hoy es la fibra humana. Puedes hacer música con computadoras, secuencias, y alimentar la banda con cualquier elemento electrónico, pero necesitas siempre volver a la fibra, a la humanidad de la música, ya que, al fin de cuentas, la música es vibración, y si tú entiendes la calidad energética de la música necesitas siempre el elemento humano para que subsista. No es la flecha, es el indio.
Para ellos, es importante “entender el entendimiento: ceder, saber negociar, crear los espacios donde el silencio también aporta. No siempre hay que demostrar el virtuosismo, hay una belleza también en la simplicidad; y llegar a tratar de comunicar, porque el arte es eso: si la persona a la que le estás llevando cualquier tipo de arte no lee nada, no le sirve para nada, no le estás transmitiendo nada, no está ocurriendo la comunicación. Tiene que haber algo que logre esa conexión humana".