Astrud Gilberto, la primera "reina de la bossa nova"
Con unos versos cantados en inglés con voz suave y melancólica, la brasileña Astrud Gilberto se convirtió en "La chica de Ipanema", primera "reina de la bossa nova".
Un premio Grammy a la mejor canción en 1965 reconoció esta mítica versión de "Garota de Ipanema", de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes que, sobre un ritmo sincopado de samba mezclado con jazz, sigue siendo un éxito mundial más de 50 años después.
Fue en Nueva York donde Astrud Gilberto grabó "Girl From Ipanema" junto al cantante y guitarrista Joao Gilberto, entonces su marido, y el saxofonista estadounidense Stan Getz, de quien se separaría más adelante.
Astrud decía que debía su popularidad a una propuesta inesperada de Gilberto, en medio de un ensayo con Getz, para que cantara un coro en inglés. "Esta canción te va a hacer famosa", le predijo Getz en el estudio de grabación.
A los 24 años, con su mirada sabia y tierna, la guapa morena conquistó de inmediato al público pero, para vencer su miedo al escenario, tuvo que tomar clases de interpretación en la escuela Stella Adler de Nueva York. El concierto de los tres amigos en el Carnegie Hall de Nueva York en octubre de 1964 los llevó a la cima.
Nacida el 30 de marzo de 1940 en Bahia (noreste brasileño), de madre brasileña y padre alemán, Astrud Weinert creció en Rio de Janeiro y a los 19 años se casó con Joao Gilberto, cuyo álbum Chega de Saudade acababa de seducir a los brasileños, en un nuevo ritmo de bossa nova.
Después de "Garota de Ipanema", la que suele llamarse la "reina de la bossa nova" continuó su carrera en Estados Unidos, donde permaneció tras su divorcio de Gilberto y su posterior separación de Getz.
"Fly Me To The Moon" (1972) fue el nuevo gran éxito de Astrud, quien se convirtió en compositora con los álbumes Astrud Gilberto Now y That Girl From Ipanema, donde con letra de Hal Shaper, también se ilustra con "Far Away", cantada a dúo con Chet Baker, el ídolo de su adolescencia.
Su timidez vencida le permitió realizar giras por Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa, con su grupo de músicos, entre ellos Marcelo Gilberto, uno de sus dos hijos. Con él y su hermano Gregory Lasorsa creó Producciones Gregmar, de la que destaca un disco tributo a Antonio Carlos Jobim.
El año 2001 fue el de la última aparición en escena de la artista que, tras un Latin Jazz USA Award se ganó un lugar en Nueva York en el Salón de la Fama de la Música latinoamericana, el International Latin Music Hall of Fame.
En 2008, un premio Grammy Latino la premió por toda su carrera. Lejos de los flashes, Astrud Gilberto vivía en Filadelfia, donde se dedicaba a pintar y luchar por la defensa de los derechos de los animales. Fue autora del ensayo Animals, They Need Our Help!!!.
© Agence France-Presse