The Silver Thunders: 50 años después les siguen gritando melenudos
La historia es, en términos generales, la misma. Grupos de jóvenes que movidos por la música de los Beatles y su notoriedad mundial, a mediados de los años 60, decidieron imitar su estética y su propuesta sonora, su forma de vestir y sus peinados. También sus instrumentos y sus equipos técnicos, en algunos casos, construyéndolos ellos mismos. De ahí, la imitación de las canciones del grupo británico incluso inventando las palabras de un idioma ajeno.
A grandes rasgos, así se registra la llegada del rock n’ roll a Colombia (y a otros países suramericanos): traducción de las letras al español, los primeros experimentos de composición y –posteriormente– la búsqueda de un sonido propio.
Con estas características podríamos resumir la historia de The Silver Thunders, proyecto musical que junto a Los Speakers, Los Flippers, Los Yetis y Los Ampex, entre otros, marcaron el sonido del rock colombiano más primitivo, alcanzando notoriedad en lo que por ese entonces se denominaba como ‘música nuevaolera’ interpretada por ‘grupos musicales modernos’ o ‘conjuntos a go-go’.
Pero mientras unos consiguieron dejar su aporte sonoro a lo largo de las cinco décadas siguientes con producciones discográficas convertidas en delicias de coleccionistas en todo el mundo, el nombre The Silver Thunders quedó casi en un segundo plano. El no haber podido editar una placa discográfica, según dicen por la falta de interés de las casas discográficas de la época, los dejó injustamente relegados en la historia del rock hecho en Colombia.
Pero que no hubiera sido lanzado no quiere decir que no fuera grabado. En 1968, la banda entró en estudio y registró lo que para ese entonces era su repertorio: canciones de The Beatles, The Monkees, The Lovin’ Spoonful e incluso una composición propia. Es esta grabación la que ve la luz, después de cinco décadas, gracias a Festina Lente y al sello independiente español Munster Records, responsable de la reedición de clásicos como los trabajos de Los Saicos (Perú), Los Yetis o de The Flippers, solo por nombrar algunos.
“Estaba yo haciendo una pesquisa en YouTube en febrero del año pasado. En esas estaba cuando, aleatoriamente me salió una canción de los Silver Thunders. Me sorprendió, pues hasta ese momento, en las pocas historias del rock colombiano que había leído, se notificaba que los Silver Thunders había sido una de esas bandas colombianas que pasaron a la historia sin haber grabado un disco. Me sorprendió más que la persona que había subido la canción era Jorge López, uno de los integrantes originales de la banda. En uno de los comentarios dejaba su correo”, recuerda Luis Daniel Vega, periodista musical y cabeza de Festina Lente.
De ahí el contacto con Iñigo Pastor de Munster Records. “No pasaron más de 24 horas e Iñigo ya me respondía el proyecto con un rotundo ‘Sííííí. Vamos de una’”, complementa. El proceso duró alrededor de un año y once meses, según el mismo Vega, “tiempo que no es nada frente a las cinco décadas que permaneció engavetado”.
Si bien la historia de The Silver Thunders conserva muchas similitudes con las de sus pares de la época, existe una diferencia fundamental. Como lo afirmó Jorge López (guitarrista) en una entrevista en el programa Garage A Go Go de la UN Radio en 2015: “nosotros nos especializamos en tocar canciones que ningún otro grupo tocaba, entonces por eso también pudimos obtener un poquito de popularidad”.
Los primeros tres discos de Los Speakers incluyeron versiones de los Beatles, de The Trashmen, Rolling Stones, Bob Dylan o Chuck Berry. Los primeros dos álbumes de The Flippers también tienen como referencia directa a Berry, a los Beatles o a Wilson Pickett. Lo mismo pasó con Los Ampex, que en su Colección Infierno A Go Go de 1966 incluyeron una versión en español de “I Fell Fine” de Lennon y McCartney.
Por eso no asombra que The Silver Thunders hubiera decidido registrar sus versiones de canciones como And Your Bird Can Sing, Got To Get You Into My Life (Revolver, 1966) o A Day In The Life del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) de los Beatles. Tampoco Mary, Mary de los Monkees o una más que interesante versión de Summer In The City de The Lovin’ Spoonful originalmente incluida en el disco Hums of the Lovin’ Spoonful editado por los neoyorquinos en 1966.
Lo que sí deja en evidencia este Me Gritan Melenudo (2019) es que el cuarteto conformado en ese entonces por Orlando Córdoba, Edgardo Córdoba, Jorge López y Carlos Cardona tenía una gran influencia de los originarios de Tacoma (Washington, Estados Unidos) The Ventures. Esto se puede escuchar a lo largo del disco en el cuidadoso protagonismo que se le da a la guitarra melódica y en versiones puntuales de temas como Good Thing o Fresales Eternos, versión Silver Thunders de la también versión de The Ventures de Strawberry Fields Forever de los Beatles.
“Revisando las canciones del disco y del repertorio de los Silver Thunders sí encuentra uno grabaciones, covers de bandas poco comunes y covers raros de bandas muy comunes […] Encontrar el clásico Pata Pata de Miriam Makeba o canciones muy experimentales de los Beatles da cuenta de que eran músicos muy curiosos y que a pesar de las limitaciones técnicas en cuanto a instrumentos y equipos de grabaciones que había, se le medían a hincarle el diente a canciones como A Day In The Life, por ejemplo, o Strawberry Fields Forever. […] También se le miden a hacer Revolution de los Beatles. El sonido estaba cambiando y las bandas estaban atentas a esa transformación que llegaba”, afirma Umberto Pérez, periodista musical e historiador del rock colombiano.
Además de su versión de Wild Thing original de The Wild Ones y popularizada por The Troogs, registrada un año después de que Jimi Hendrix la usara como banda sonora de la destrucción en llamas de su guitarra en el Monterrey Pop Festival, The Silver Thunders –como afirma Pérez– también grabó una curiosa adaptación de la canción Pata Pata de Miriam “Mama Africa” Makeba, uno de los primeros acercamientos del rock colombiano a la fusión del pop con las músicas tradicionales que después sería común con proyectos como Banda Nueva, Génesis o El Bloque de Búsqueda.
Con todo esto Me Gritan Melenudo, frase desprendida de la canción original Alma Agobiada compuesta por Carlos Cardona, se convierte en un registro indispensable en la historia del rock colombiano. Un trabajo que desde su grabación y registro, pasando por las dificultades de edición y el posterior rescate por medio de un sello extranjero, refleja las dificultades que el género ha tenido en el país. Además, la esperanza de fanáticos y coleccionistas que hoy, después de 51 años, celebran su descubrimiento.
“Otra de las cosas que considero importante de la edición de este disco es que nos invite a reflexionar quién está editando este disco. […] Acá en Colombia tenemos un problema de memoria muy serio, y quienes se vieron interesados en que esto viera la luz fue un sello discográfico español que se llama Munster Records, que valga mencionarlo desde hace varios años se ha interesado en las rarezas y en material descatalogado de la discografía de la música popular colombiana, tanto de la música tropical del sello Fuentes y ahora recientemente del sello Codiscos, ambos con casa en Medellín, y también en cuanto a rock de los años 60 y 70. […] Si no lo hacen acá, benditos sean ellos que lo hacen en su país porque les interesa, porque creen que puede funcionar y porque seguramente aman la música. También es una invitación a reflexionar por qué acá no pasa eso. Acá mueren los artistas, nos olvidamos de su discografía, nos quedamos con dos o tres canciones si es que fueron populares y de resto ya está”, concluye Umberto Pérez.
El disco, que será lanzado oficialmente en vinilo en Colombia el próximo 6 de diciembre en La Roma Records (Transversal 17A Bis # 36-21, Bogotá), contiene además cuatro canciones grabadas por Los Yoguis, nombre del proyecto cuando, tras la salida de la agrupación de Jorge López y Carlos Cardona para ser parte de Los Flippers, se dio por terminada la historia de The Silver Thunders.