Rap Palenquero: el legado cultural de un pueblo cantado en rimas
Palenque es un pueblo que no se levanta con el canto del gallo sino con el pito de Rocinante, uno de los coloridos buses que desde temprano hacen el recorrido de San Basilio de Palenque a Cartagena y cuya bocina retumba en todos los rincones de esta tierra en donde todo el mundo se conoce, donde crece en todos los patios el ñame y la yuca y donde se respira libertad.
San Basilio de Palenque, o el Palenke de Benkos, es un lugar donde la música y el sonido se siente en cada momento del día. Ya sea por el canto de un pájaro, el balido de una cabra, el golpe de un tambor o en un equipo de sonido que retumba a todo volumen. Pero lo mágico de este lugar es que cada cosa resuena de forma armónica, sin bien hay mil sonidos, no hay ruido, cada onda tiene su espacio, su significado, su función.
El Palenque es una tierra generosa y cálida. La cultura palenquera ha sido fundamental para la contrucción identitaria de Colombia: el bullerengue, el son de negro, la chalupa, los sextetos, la marimbula, el tambor alegre vienen de este rincón del Caribe. El mismo que vio nacer a la Dinastía Batata, a Antonio Cervantes Reyes mejor conocido como Kid Pambelé, a la cantaora Graciela Salgado, al actor Evaristo Márquez, al maestro Rafael Cassiani y a la congresista Cha Dorina Hernández.
Pero a pesar de esta enorme riqueza, el abandono histórico que ha sufrido Palenque ha dejado cicatrices profundas entre su belleza. La pobreza y el conflicto armado han golpeado durante décadas a esta región y a lo largo de los años, los palenqueros y palenqueras han visto a sus familiares y vecinos migrar en busca de mejores oportunidades. Aquí se ha vivido la discrimanación, el racismo y el abuso, a tal punto que uno de sus mayores legados, la lengua palenquera, estuvo en peligro.
Pero en 1603, Benkos Biohó, junto a las mujeres y hombres que se rebelaron contra el yugo español, plantaron una semilla que no ha parado de crecer. Cuyo tronco es grueso, firme y fortalecido por la historia el legado palenquero, y del cual se han desprendido varias ramas que siguen construyendo y alimentando esa riqueza cultural.
El hip hop es una de esas ramas, la cual cada día da más frutos. Cuando está música llegó al pueblo no fue bien vista por las generaciones mayores. Más o menos en el 2004, algunos jóvenes empezaron a improvisar en las esquinas de Palenque, en sus equipos de sonido ponían a todo volumen artistas como Guerrilla Seca y otros grupos inspirados en el gangsta rap, cuyas letras hablaban de la vida en la calle y el malandreo.
Esto asustó a los mayores, porque a pesar de ser muy libre, Palenque también es una sociedad hermética y muy ligada a sus tradiciones. Por eso estos jóvenes de ropas anchas que cantaban una música foránea eran tildados de locos. Pero la semilla que sembró Benkos también creó unas raíces muy profundas, las cuales conectan al Palenque con África y por ende con el rap.
El hip hop es producto de la diáspora africana así que sus beats no eran un lenguaje extraño para los primeros raperos palenqueros. Además, esta es una música que alza la voz, que protesta, que enfrenta y que habla del orgullo prieto.
Desde su inicio el rap palenquero se creó con una responsabilidad ligada a su comunidad y su cultura. Pronto las rimas comenzaron a hacerse en lengua palenquera y los tambores reemplazaron las máquinas. La unión de muchas mentes, corazones y talentos dio como resultado el Rap folclórico Palenquero (RFP) dando paso a una revolución cultural.
Elementos como la lengua, los peinados y las vestimenta tomaron un nuevo nivel. Muchas personas que en algún momento sintieron vergüenza o desdén por su herencia, empezaron a ver con nuevos ojos este legado y a llevarlo con orgullo.
Pero también el hip hop ha sido una herramienta de lucha, de cambio y de enseñanza. Se ha vuelto una forma de denunciar los problemas de Palenque y de Colombia y de buscar soluciones a estos.
Hoy el hip hop palenquero tiene dos formatos. El que une los ritmos tradicionales con el rap y el que es más similar al estilo clásico pero ambos tienen un mismo objetivo: trabajar por toda la comunidad palenquera y por las nuevas generaciones que seguirán fortaleciendo y enriqueciendo a esta tierra.
Disfruten del reportaje documental Rap Palenquero, dividido en tres partes y protagonizado por: Kombilesa Mi, Rap Ku Suto, Kutú Prieto, Tommi Hampa, Ashanty Lawhier y El Azul. Artistas, gestores culturales y maestros y maestras que con sus rimas trabajaban por la cultura, el futuro y la libertad de Palenque.