¿Qué le debe la música colombiana a Petrona Martínez?
La primera vez que Rafael Ramos Caraballo, músico, productor y mánager, escuchó a Petrona Martínez fue a través de un casete que le proporcionó una amiga, la misma que lo llevó a un concierto de la reina del bullerengue en el Planetario de Bogotá. Así comenzó una relación que con 1 disco bajo el brazo llevó el bullerengue a otros horizontes:
"He tenido la fortuna de trabajar con la señora Petrona en un momento muy importante de su trayectoria, durante todo el desarrollo de su carrera en los circuitos de World Music. La primera vez que vi su show en vivo estuve frente a una presentación de expresiones culturales de los pueblos afros del Caribe que no se veía y no salía en ese momento de esos territorios. Me pareció muy original, tenía esa fuerza de la tradición y ella tenía esa interpretación de las viejas cantadoras; eso me llamó mucho la atención de Petrona, era como una puesta en escena de la expresión cultural de los pueblos afros del Caribe"
Fue durante un viaje haciendo trabajo de campo que Rafael Ramos entablaría relación con Petrona; estaba hacia finales de los años 90 en el departamento de Bolívar grabando a Las Alegres Ambulancias y al Sexteto Tabalá en Palenque y pasó por Palenquito: "la saludé y desde 1999 empezamos una amistad que nos llevó a varios años de trabajo en los que grabamos dos discos e hicimos muchas giras."
Cuando Rafael conoció a Petrona ella ya hacía conciertos en Bogotá y era una cantadora reconocida en su región, pero fue luego que el trabajo fuera de Bolívar comenzó a tener visibilidad en los medios, aspecto que se vio fortalecido con la primera nominación de Petrona a los Grammy con el álbum Bonito que canta (2002), un disco donde la voz de Petrona se impone sobre una fuerte percusión protagonizada por los tambores 'alegre' y 'llamador' con presencia de la tambora, las maracas, la guacharaca, las totumas y el inconfundible sonido de la gaita en Sendero indio, el único tema instrumental del disco, un mestizaje entre lo afro y lo aborigen. Entre las colaboraciones de este disco destaca la participación de Totó La Momposina con su voz en Tierra Santa.
"Recuerdo que me costó mucho el tema de su incursión en el exterior, fueron casi dos años de trabajo. Allí encontré el apoyo de Totó, que nos abrió su casa en Bristol, donde ensayaban sus músicos para que Petrona y el grupo pudiera quedarse en Inglaterra mientras grabábamos Bonito Que Canta."
Rafael Ramos ya había trabajado con Totó La Momposina como músico y como tour mánager, pero en el caso de Petrona asumió como productor, hizo los arreglos del disco y fue su mánager durante 8 años, la nominación a un Grammy en el 2002 fue la primera para un trabajo producido por él, pero nunca fue ese el objetivo:
"El trabajo con Petrona iba más allá de tener un reconocimiento internacional, tampoco ha sido la ambición de la señora Petrona tener nominaciones ni ser una artista reconocida internacionalmente, ella simplemente hace la música que aprendió de su abuela y su bisabuela. Pero con esa música el logro más importante que yo tuve con ella fue que empezara a mejorar sus condiciones de vida... Me llenó de alegría escuchar a la señora Petrona decirme regresando de una gira que ya tenía agua en su casa y que había arreglado su rancho, son esas el tipo de cosas que a mí me llenaron mucho, ver cómo a partir del trabajo que habíamos realizado en equipo, Petrona y sus músicos mejoraban esa situación de vida. Ella a partir de cantar bullerengue en España, Estados Unidos, Canadá, y en África, empezó a mejorar el nivel de vida de su familia."
Petrona se abrió caminos internacionales por su participación en Radio Francia, pero estratégicamente, según cuenta Rafael Ramos, el inicio de toda su carrera sobre los escenarios fuera de Colombia se logró después de un showcase en Mercat de Música Viva de Vic, un mercado cultural hecho en Cataluña: "desde esa noche se despertó el interés de muchos mercados sobre todo en Canadá. Desde esa gira en Canadá empezó a circular más Petrona en Europa."
Con ritmos como la chalupa, el bullerengue sentao, la puya y el fandango, Petrona Martínez, fiel heredera de la tradición de los bailes cantaos afrocolombianos, logra una conexión casi que ritual con la música de raíz africana. Más de dos décadas han pasado desde sus primeras grabaciones y ella siempre se ha mantenido fiel a sus voces y tambores, a la interpretación de la música de manera tradicional, y es ése uno de los aspectos que le permitieron obtener circulación internacional: "Hay unos mercados internacionales en donde esa música es contratada, es valorada, se programa en teatros, en grandes festivales. De pronto aquí no valoramos casi el tema de la tradición y pensamos que son músicas demasiado rurales, que no tienen elementos de músicas contemporáneas, pero eso en los circuitos en el exterior, en Europa y otros continentes, es muy valorado. Yo creo que el éxito de Petrona en en exterior fue muy fácil porque su propuesta es muy tradicional, mientras siga así va a tener mucho reconocimiento en el mundo."
Petrona se inspira en algún suceso de la vida para poder escribir y la tradición que heredó comenzó con su bisabuela Carme Silva pasando luego a su abuela Orfelina Martínez y una de las tías, Tomasita Martínez, todas ellas hicieron de Petrona una alumna que después de recibir una formación como cantadora y compositora, e inspirada en el ritmo y la energía de la música afrocolombiana de la región Caribe, se convirtió paso a paso y con muchas dificultades, en la reina del bullerengue, la misma que a los 78 años sufrió una isquemia cerebral que provocó la parálisis de parte de su cuerpo y dificultades para hablar, complicación que la tiene hoy por hoy en la Clínica Bocagrande de Cartagena.
Por esta razón y buscando honrarla por el legado que ha construido para nuestra historia musical y cultural, preguntamos: ¿Qué le debe la música colombiana a Petrona Martínez?
"Exponer el canto del bullerengue en todas sus expresiones de la manera tradicional, pero además llevar a los escenarios un grupo de expresiones afro que la gente desconocía. La gente nos veía, se extrañaba y preguntaba si en Colombia habían negros. Colombia le debe ese reconocimiento a Petrona por llevar esas expresiones del bullerengue, una voz con todo ese sonido de la tradición. Siempre he dicho que Petrona no tiene una bonita voz, pero canta bonito porque canta con sentimiento, canta lo que aprendió. Cuando estaba haciendo el disco Bonito Que Canta, cantó un bullerengue de 15 minutos y yo le decía que tenía que ser más corto y ella decía que no, que así había aprendido de su abuela y que así lo tenía que cantar; esa es Petrona, una señora que defiende la música tradicional como la aprendió y así le exige a sus músicos que se toque, difícilmente negocia que se altere la música tradicional." Rafael Ramos Caraballo.